Deseo conocerla

2.9K 239 53
                                    


Robin esparció varios fotos de la noche pasada sobre la mesa, Emma conversando con Jefferson, después en la pista de baile demasiado pegada a una mujer morena y más joven que Regina, hasta el momento todo bien, su novia solo estaba divirtiéndose como cualquier otra persona, pero sus ojos se humedecieron cuando el cuñado le dio tres foros, Emma besando a la morena más joven, las otras dos eran a la entrada de un apartamento desconocido y a la salida del mismo.

Celos mezclados con odio se reflejaron en la mirada de Regina, que ya tenía la respiración pesada y el corazón acelerado. "No, ella no haría eso. No lo haría. Debe tener un buen motivo para esto", concluyó angustiada, seguía mirando las fotos en su mano, perpleja.

-¿Cómo has conseguido esto, miserable?- dijo Regina en un hilo de voz, aunque con autoridad

-No importa. Lo que importa es que no debes estar con ella, ella está contigo solo por tu dinero, te lo avisé- fue "amigable"

-¿Sabes?...Veo esto muy extraño, Robin...¿Por qué te importa? ¿Cuál es el propósito de todo esto?- entrecerró los ojos

-Solo quiero tu bien, Regina, tu bien y el de mi sobrino...- consiguió fingir muy bien su sinceridad.

-¿Desde cuándo te importa mi hijo? ¡Lo único que te importa de verdad es tu posición social! No sé cómo has conseguido estas fotos...¡Pero pretendo averiguarlo, querido Robin!- su tono era más firme, no se dejó destruir por las fotos.

-¿Cómo? Con las pruebas delante de tus narices, ¿tienes el coraje de dudar de mí?- agarró a la presidenta por el brazo -¿Prefieres creer en sus mentiras antes que confiar en mí?- se acercó al rostro de la morena, sus alientos se mezclaban -¿No me echas de menos?- agarró el rostro de la morena. Regina tenía la respiración pesada, cerró los ojos por un momento, aún guardaba un resquicio de sentimiento por Robin, físico, nada más que eso, pero lo tenía. Pero enseguida despertó de sus devaneos. Se apartó tres pasos hacia atrás.

-¡No! ¡No te echo de menos! ¡Amo a Emma!- fue sincera, la primera vez que lo admitía en voz alta, estaba sorprendida con su propia actitud.

-¡Ja ja! ¡Ahora sí!- aplaudió -¿Te estás escuchando, Regina? ¿Estás diciendo que amas a una mujer? ¿Una mujer que la noche pasada te engañó?- desdeñó sonriendo

-¡Pedazo de hipócrita! ¡Como si tú no hubieras hecho lo mismo! ¿Quién me lo asegura? ¡Estas fotos no prueban nada, Robin! Puede haber sido un malentendido- aumentó el tono de la voz, hablando irónicamente

-¡Estás ciega! ¡Esa mujer te ha cegado! ¡No puedes amar a una oportunista!- gritó

-¡Ah, Robin, no me vengas con esas! ¿Quién ha sido el interesado aquí? Sabemos el verdadero motivo por el que te acercaste a mí. Y sí, ¡por ti sí estaba yo ciega! ¡Pero no voy a cometer el mismo error dos veces, querido cuñado!- colocó las manos en sus riñones

-Ahí es donde te engañas. ¡Esa mujerzuela no vale nada! ¡Conociste a Jefferson! ¡Y mira aquí!- señaló una de las fotos de la mesa –Se conocen, y sabes mejor que nadie los negocios que él hace, ¿quién te garantiza que ella no está metida en sus mierdas?

-¿Y tú? ¡Tú también estuviste metido en ellas! ¡Y estuve saliendo contigo, impresentable!- vociferó

-¡Si prefieres creer en esa oportunista, cree! ¡Asistiré a tu caída, Regina!- amenazó

-¡Siempre estaré por encima de ti, querido! No te atrevas a nombrarla de nuevo. ¡Cuida de tu vida!

Salió del despacho, necesitaba hablar con Emma.

-Eso es lo que tú te piensas, Regina...Ocuparé tu lugar en la empresa, y tú serás una mera asistente- Robin dijo entre dientes, guardando las fotos en un sobre.

Una promesa de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora