Fuerza y sensibilidad

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Nueva York- apartamento de la familia Swan- Mills

-Amor, ¿y si es otra niña?- Emma acariciaba el vientre pensativa mientras admiraba a Regina pasándose crema hidratante por la misma zona

-Voy a amarla mucho...- respondió sonriendo. Aquella pequeña vida se movía de forma perezosa. Regina podría jurar que su bebé estaba disfrutando de las caricias, sus manos se deslizaban por la parte alta de su bajo vientre, era reconfortante.

-Quiero decir...los nombres...Escogimos Lana cuando estabas embarazada de Henry...- Swan se sentó en la cama, de forma lenta, había acabado de despertarse -¿Aún quieres ese nombre?- soltó un largo bostezo alisándose los cabellos desgreñados

-Oh sí...nuestra Lana...- encontró sus ojos a través del espejo del tocador.

-¿Entonces mi panda será Lana? Porque quiero llamarla por el nombre...- Emma parecía soñar al imaginarse con la hija en brazos

-Creo que debemos esperar...no hemos pensado en otro nombre si es niña...- Regina se levantó y se sentó en el borde de la cama al lado de la esposa

-Yo sé...- la rubia se mordió el labio inferior sonriendo traviesa, sus ojos brillaban.

-¿Cuál?- Regina arqueó una ceja curiosa

-No lo voy a decir...¡Será una sorpresa!- cogió el mentón de la esposa como si fuera a darle un beso, pero la otra desvió

-Ah, Emma...¡Déjate de tonterías!- la morena la empujó fingiendo rabia

-¡No es tontería! ¡Es tradición! Cuando mire su rostrito, diré su nombre, si ella reacciona positivamente, así se llamará...- contó soñadora

-Pero...Y si espero un niño...Nuestra hija se llamará Lana...- afirmó preocupada, ¿y si Emma quería cambiarlo?

-¡He tenido una idea!- la rubia levantó los brazos entusiasmada –Vamos a hacer así, la que nazca primero será la pequeña Lana...Y si das a luz después y es niña...yo elegiré el nombre...- sonrió traviesa

-¿Por qué piensas que tú darás a luz primero?- preguntó desafiante

-No sé...Solo deseo que sea así...- acarició su vientre

-Está bien...Espero que al menos sea un nombre decente...- dijo pensativa

-¡Un nombre digno de fuerza y persuasión!- afirmó convencida

-¿Qué nombre será ese, Dios?- dijo más para ella que para la rubia, sentía recelo -¡Ok! ¡Trato hecho!- concordó con los "términos"

-Deseo que Lana sea mi hija...- sintió una pequeña puntada dentro de sí, aquella "cosita" parecía haberse despertado.

-Lo será, amor...- Regina pasó las manos sobre la saliente barriga de la esposa con cariño, ¡cómo le gustaba sentirla!

-Esperemos, quiero que nazca primero...quiero poder ayudarte cuando llegue el momento...- explicó el verdadero motivo

-¡Estoy segura de que me ayudarás aunque estés con un barrigón!- le tocó la punta de la nariz y sonrió transmitiéndole confianza.

-Sí, lo haré...- soltó un largo suspiro preocupado –Es que....No sé si estoy preparada para verte dar a luz otra vez, sabiendo que mi turno está a punto de llegar...Yo preferiría tenerlo antes...- agachó la cabeza avergonzada, Swan tenía miedo con cada día que pasaba, sabía que lo que vendría era inevitable.

-No te preocupes por eso, mi amor...Estaré a tu lado...- le acarició el rostro blanco, un poco más redondeado que antes –Te daré todo el apoyo y fuerza que necesites...- apartó algunos mechones del rostro de la rubia para besarle los labios rosados con pasión y delicadeza.

Una promesa de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora