Despedida de soltera. Segunda parte

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Regina no era de bailar, pero el efecto del alcohol en su cuerpo ya se notaba. En pocos minutos, una mujer se puso a su lado a bailar, a Regina no le importó, se puso a bailar con la desconocida. Se sentía bastante mareada, probablemente había bebido más de la cuenta, buscó a Zelena por el pub, la desconocida estaba agarrada a la cintura de la morena.

-¿Quiere decir que eres la novia? Debo darte la enhorabuena...o mejor, felicitar a la que te tendrá como esposa...- la mujer hablaba al oído de Regina -¿Cómo se llama la afortunada?- preguntó moviendo a la morena al ritmo de la música.

-¡Emma!- respondió Regina gritando, la música estaba alta.

-¡Bonito nombre! Por cierto...Soy Milah- se presentó la morena de ojos azules

-¡Regina!- Mills se presentó a su vez y siguieron bailando. Antes de que la morena de ojos azules girara a la latina de espaldas para un baile sensual, Regina divisó a Zelena siendo arrastrada hacia el pasillo del baño.


-Mills...¿Sois siempre tan calientes y provocativas?- Kathryn jadeaba mordiendo la nuca de la pelirroja

-¡Tenemos sangre latina, rubia!- la pelirroja no sabía el nombre de la comisaria. Ni le importaba, la rubia se mostraba ardiente y a Zelena le gustaba aquello, soltó un gemido cuando sintió a la comisaria meter su muslo entre los de ella -¡Ahnn!

-¡Voy a apagar ese fuego, Mills!- Kathryn agarró a Zelena por la nuca y le dio un violento beso y la condujo hasta el último aseo del establecimiento.


La camisa de Emma ya estaba completamente abierta, silbidos y palmas resonaban entre el público. La morena bailaba sobre el cuerpo de Emma, sus manos apretaban firme la cintura de la bailarina, ella bailaba moviendo los largos cabellos sobre el rostro de Swan, se giró de espalda para abrir parte del ceñido vestido, el liguero quedó a la vista, la mujer agarró las manos de la rubia para que le pudiera quitar parte de la lencería. Emma se mordió los labios, su expresión era pícara, la bailarina le guiñó un ojo exhibiéndose aún más, balanceó los pechos al ritmo de la música a la altura de los ojos esmeralda, la morena clavó las uñas en el maxilar de la rubia y la lamió dejando una gran marca de labial rojo, el corazón de Emma disparó, sus manos descendieron hacia las caderas de la bailarina que sonreía con mirada lasciva, se mordía los labios con constancia, cada cierto tiempo miraba a las mujeres más allá del escenario, ellas ansiaban por la mejor parte, a cualquier mujer de las presentes le gustaría estar en lugar de Swan.

La música cambió a una aún más sensual, las luces centelleaban sobre la bailarina, pero el humo llenó el escenario y ella comenzó a quitarse el sujetador de forma lenta y provocativa. Emma estaba adorando aquello, pero le golpeó un sentimiento diferente, ¿sería culpa? Quizás lo fuera, la rubia se quedó pensando un momento, la streaper se quitó el sujetador por completo, Emma parecía hipnotizada mirando a la mujer, pero no prestaba atención, sus pensamientos vagaron hacia cierta morena. ¿Acaso ella estaría viendo un show como este? A Swan no le gustó imaginar tal escena, Regina era de ella, solo de ella, no quería que su futura esposa estuviera deseando a otra persona.

La bailarina se mostraba a las otras mujeres que gritaban y aplaudían su exuberante belleza, de hecho, tenía bellos pechos, silicona seguramente, aún así, eran extremadamente atrayentes, ella se giró hacia Swan bailando animadamente, moviendo las caderas, se deshizo el nudo de la corbata negra que llevaba al cuello y enlazó a la rubia, exhibiéndose aún más, agarró los rizos rubios y comenzó a acercarse a los finos labios, sus hálitos se mezclaban, el alborozo y los gritos de las mujeres que asistían el show era ensordecedor.

Una promesa de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora