Graduación

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Henry cumpliría tres meses esa semana, todo era un corre que corre, el baile de graduación de Emma se acercaba, la inauguración del restaurante, la vuelta de Regina a la empresa, sí, no tenía necesidad de regresar ahora, pero optó por decidió que durante tres días a la semana iría media jornada, Mérida era realmente fantástica, aún así, la presidenta prefería estar cerca y cuidar de su propio patrimonio. Además, el día más importante que no podría dejarlo pasar, haría un año que chocaron en el aparcamiento del hospital, el día de la inseminación de Regina, el día que todo cambió, y que para ella tendría que ser especial. No tenía idea de qué hacer, quería sorprender a la novia, Emma siempre conseguía superar sus expectativas y a Regina no le gustaría quedarse atrás.

Era sábado por la tarde, Henry dormía en la cuna de la sala, Emma estaba sentada en el suelo jugando a la consola, Regina organizaba algunos papeles de la empresa en la mesa de comedor, había traído algunos contratos que necesitaban ser revisados de forma más detallada.

-¿Amor?- Emma llamó sin apartar la vista de la pantalla, sus dedos se movían frenéticamente en el mando.

-¿Hm?- Regina llevaba gafas y hacía anotaciones en un bloc de notas, el portátil estaba encendido.

-No sé si recuerdas...Pero...- puso en pausa en juego antes de hablar –Va a hacer un año que nos conocimos...- dijo tímida, para ella era muy importante, su vida había cambiado desde aquel "accidente"

-Claro que lo recuerdo, Em...¿Cómo podría olvidarlo?- sonrió aún mirando los papeles

-Quiero llevarte a un sitio...- dijo alegre

-No me digas que a otro hotel...¡Ya hemos dejado a Henry con tus padres cuatro veces en esos últimos veinte días!- miró riendo a la novia

-¡NO!- rió alto –Vamos a parar con eso un tiempo...¡Dentro de poco habremos acabado con todas las posiciones!- se echó a reír –En realidad quiero llevarte a ese lugar desde el día en que...- se calló un segundo para pensar, no era un recuerdo muy bueno

-¿Desde el día en que te dije que estaba embarazada?- aquel recuerdo aún estaba en la memoria de la morena, ya no le dolía, pero recordó en ese momento el jardín de manzanos. Emma nunca la había llevado allí, ni siquiera después cuando ya habían ido varias veces a la hacienda.

-Bueno...Sí...Digo...Yo...- tropezaba con las palabras

-¿Cuál era el "otro momento" que nombraste aquella noche, Emma? No me he olvidado...- Regina era astuta

-Te iba a pedir en noviazgo...- Regina sonrió al certificarse que era eso –Pero después de descubrir que tendrías un hijo...Yo...- sentía vergüenza ante la estúpida actitud que había tomado meses atrás.

-Ya sabemos lo que sucedió, Em...Todo está bien...Di...¿En qué has pensado?- Regina prefería no recordar, ya no importaba, estaban bien.

-Quiero llevarte allí...pasar una tarde romántica con la mujer que amo...Creo que sería el sitio perfecto...- se levantó y caminó hasta donde estaba la novia sentada, sus cabellos estaban recogidos, usaba una camiseta y pantalones de chándal, pantuflas en los pies, parecía una adolescente en el colegio, era raro ver a Regina a gusto de aquella manera.

-Hm...- Regina gimió al sentir a Emma morderle su cogote –Creo que es una idea fabulosa...¿qué tienes en mente?- preguntó mientras seguía siendo acariciada por los dedos de Emma en el cuello.

-Pensé en un pic.nic, solas tú y yo...- le mordió el lóbulo –El delicioso sol de verano, el aroma a manzanas a nuestro alrededor...- susurró deshaciendo el moño de mechones negros – Tu suave boca pegándose a la mía...- la besó de forma calma.

Una promesa de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora