Un cafe

798 82 37
                                        

Un café ubicado en el centro de la ciudad el mejor lugar para convivir con amistades o para encontrase con la persona que amas, son las 7:30 y un joven peliverde entra usa unas gafas y una bufanda elige un lugar cerca del mostrador y en el perchero cuelga su abrigo gris, saca un pequeño libro y comienza a ojearlo, un mesero rubio va a tomar su orden, sin mirarlo a la cara pide un latte machiatto con crema batida.

Todos los viernes va ordena lo mismo, se sienta y escribe durante un rato, luego un tipo peliazul entra se sienta con el y pide un expresso, lo bebe de un trago y paga las dos bebidas.

El mesero observa como el chico lame la crema batida y en algún punto las miradas se encuentran, el joven se sonroja y mira a otro lado, el mesero sonríe le da gracia lo erótico que aquel joven se ve al hacerlo y es obvio que ni lo nota.

Han pasado tres meses las miradas han avanzado y el mesero le lleva un cheesecake además de su bebida.

- Va por mi cuenta -

El chico sonríe, comienza a comer minutos mas tarde llega el peliazul, esta ves la cuenta la paga el menor, al hacerlo acaricia la mano del mesero, y dice en un susurro - me gustas -

El mesero trata de contener su emoción apenas y sonríe pero se siente muy feliz el siguiente viernes lo invitara a salir.

Viernes 7:25 pm el mesero revisa que todo este en orden, y se prepara a verlo llegar, los minutos pasan y el joven no aparece, a las 8:00 como cada viernes el peliazul aparece hay algo raro en el, el rubio se acerca a tomar su orden esta vez pide un expresso largo, al entregar la bebida observa las grandes ojeras del tipo, el rubio trata de no suponer nada y se retira angustiado.

Mira al hombre sacar un libro pequeño, el cual reconoce al instante, es el que el chico siempre lleva.

El hombre toma su café y enciende un cigarro, no lo había visto fumar antes, se aproxima dejando un cenicero a su alcance.

- Muchas gracias -

- De nada estoy a sus ordenes Señor -

El hombre se retira, el rubio siente una opresión en su pecho, pasan los meses, y los años, el rubio es gerente de la sucursal, van nuevos amigos y se encuentran nuevos amantes pero los viernes siempre espera ver llegar al chico del cabello verde.

El rubio se caso tuvo hijos e incluso nietos y llegó a comprar aquel café pero jamas olvido a ese chico.

Un viernes a las 7:30 un canoso anciano vio entrar un jovencito de cabellos verdes después de tantos años su corazón dio un salto.

- Perdoname no podía venir antes, pero ya estoy aquí -

-Eres tal como te recuerdo- una voz cargada de sentimiento invadió a aquel anciano.

- Tu tambien eres igual de atractivo - dijo el joven que sonrió dulcemente.- dame tu mano -

El anciano extendió su mano y noto con sorpresa que cuanto mas se acercaba al joven mas tersas y lisas eran sus manos.

-Ahora puedes hacer lo que siempre quisiste, anda besame-

El anciano se ruborizó pero del mismo modo entre mas se acercaba era como si rejuveneciera, a centímetros de su cara el era otra vez el joven rubio que lo atendía hacia años.

- Vamos tengamos nuestra cita - le dijo el peliverde tomando de la mano al rubio.

Salieron tomados de la mano dejando en aquel local un alboroto al parecer el dueño del lugar había muerto.

Un domingo cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora