Nadie es perfecto

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Hace ya años que Hyoga escribe poesía y hasta hace poco fue que sintió el deseo de compartir todo aquello que escribía.

Fue así que quiso enviarlo a una revista que solía publicar los mejores, desde que empezó a enviarlos cada cierto tiempo publicaban los suyos por lo que se sentía afortunado, también noto que quien los publicaba era un tal Shun.

Con el tiempo se dio cuenta que solo aparecían publicados por el así que seguro le gustaba lo que escribía por lo que leyó la revista para saber quien era el.

Encontró una foto de aquel chico y se dio cuenta que era muy atractivo, empezó a sentirse atraído por el.

Fue por eso que empezó a escribir poesía especialmente para el, hablando de su belleza y de lo mucho que le gustaba.

Hyoga vio que en sus siguientes publicaciones aquel hermoso chico solía hacer comentarios, haciendo saber su preferencia hacia sus escritos.

- Nuevamente la poesía de la semana enviada por HC, particularmente fue de mi gusto y espero que a ustedes les guste también -

Hyoga se sentía privilegiado pues aquel chico seguramente sabia que todas sus letras eran única y exclusivamente por el.

Siguió publicando sus escritos casi dos veces por mes y el rubio se sentía afortunado, a sus oídos habían llegado comentarios de algunas personas diciendo lo mucho que les había gustado la poesía de la semana, pero el rubio esperaba el comentario de su editor favorito y amor secreto.

En su ultima publicación el comentario de Shun fue un detonante para que el rubio se hiciera notar.

- Ah este es mi favorito describir la belleza de manera tan sublime, debe ser afortunada la mujer que lo tenga en su vida, debe ser un hombre maravilloso.-

Hyoga estaba decidido, fue entonces que llamo y pidió por Shun directamente.

- Shun tienes una llamada -

- ¿Quien llama?-

- Dice ser HC y me dijo que sabes quien es -

- Si claro comunicarme con el enseguida por favor -

El hombre de cabello castaño le paso el teléfono y se alejo, había notado que el peliverde se había emocionado al oír HC

- Hola ¿es cierto que eres HC? -

- Si soy yo y me gustaria confesar que lo que escribo es para ti en especial -

- De verdad, vaya eso me halaga demasiado -

- Si no te molesta me gustaría invitarte a salir -

- Oh claro que no me molesta, de hecho me gustaría conocerte y saber mas de ti -

- ¿Puedes este sábado a las ocho en Bukhara? -

- Claro me encantaría -

Ambos colgaron y suspiraron al mismo tiempo.

El rubio busco entre su ropa quizás era algo precipitado pues era miércoles y tenía tiempo de buscar después que usar, pero quería lucir perfecto así que empezó de inmediato.

Usaría una camisa negra y un pantalón gris, una vez decidido pensó que unas flores irían bien para dar una buena impresión.

La emoción del rubio era tanta que no sabia como actuar, esperaba con ansias salir para poder encontrarse con el.

El sábado llego y Hyoga ya estaba afuera de Bukhara, sintió que su pecho no aguantaría cuando vio bajar de un taxi a Shun.

Los colores claros de su camisa beige y su pantalón café le lucía muy bien, al caminar en su dirección el peliverde le sonrió.

- Hola HC me puedes decir que significan esas letras -

- Son mis iniciales soy Hyoga Cygnus -era tan irreal ver a alguien tan hermoso mirándolo ruborizado - Esto es para ti - le dijo mostrándole un ramo de flores.

- Que hermosas muchas gracias - Shun le sonrió pero parecía haberse sentido un poco incómodo- Y mucho gusto, ya sabes mi nombre así que podemos entrar te parece -

- Claro después de ti -

Ambos se sentaron y pidieron un paquete para poder comer de todo un poco, Hyoga tenia predilección por los sabores especiados de la comida hindú en tanto Shun parecía inclinarse por el postre y su Lassi de fresa.

Hablaron de los poemas, y entonces Shun se mostró como un gran admirador de sus escritos, sin embargo la charla no parecía tomar el rumbo que el rubio buscaba para poder declarar su amor.

- Que bueno que te decidiste a publicar, quizás no lo sabias pero tienes lectoras interesadas en saber mas de ti e incluso algunas quieren conocerte e invitarte a salir -

- Eso es una sorpresa pero lamento informarte que las decepcionaría por que en realidad soy homosexual y lo que escribo ya le pertenece a alguien -

Shun pareció tensarse, ya era momento de tocar aquel punto y había hecho lo posible por evadirlo, bebió de su lassi  y le preguntó :

- ¿Y quien es el dueño de todos esos bellos escritos Hyoga? -

- Tu, desde el primer momento que publicaste y me hiciste saber lo buena que era mi poesía yo empecé a enamorarme de ti y en este momento quiero pedirte que seas mi pareja -

La radiante sonrisa del rubio las manos con un ligero temblor mientras el brillo en sus ojos lo hacia mas irresistible hicieron a Shun quedar en shock.

Hyoga miraba el rostro que lucia una franja intensa en tono carmín.

- Hyoga me encantan tus escritos, yo no sabia que tu sintieras algo así por mi, estar frente a ti y saber que tu eres el talentoso hombre que admiro que además eres muy atractivo y .....-

- ¿Eso es un si? -

Shun presionó con fuerza la mano del rubio y lo miro a los ojos cambiando súbitamente su gesto.

- Hyoga me gustas mucho y si las circunstancias fueran otras lo haría pero -

- ¿Que ocurre Shun? - La mirada del rubio se ensombreció la sonrisa se volvió una triste mueca, sabia que lo iba a rechazar pero ¿porque?.

- Hyoga yo estoy casado -

El rubio lo soltó de inmediato, como es que no lo sabia, se sintió avergonzado y bajo la mirada de inmediato.

- Perdoname yo no sabia que tenías a alguien, yo no soy ese tipo de hombre respeto la situación, es mejor que sigamos cenando -

Shun lucía visiblemente apenado, terminaron la cena de un modo precipitado y cada uno salio por su lado.

- Hyoga espero seguir leyendo mas de lo que escribes -le dijo mas tímidamente.

- Si claro lo seguiré haciendo -le respondió con una muy sutil sonrisa.

Los días pasaron y Shun no volvió a recibir escritos de HC, miro las publicaciones anteriores entendiendo así como el rubio le declaró su amor en su poesia y el no había hecho sino motivarlo como a muchos otros escritores pero sin saber que aquel rubio se había enamorado de el.

Hyoga sintió tan roto su corazón y se sintió tan estúpido por sentirse correspondido imaginariamente que no volvió a escribir de nuevo.

Con un poco de dolor y tiempo esa charla y esa declaración quedo en el olvido para los dos .

Un domingo cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora