En el teatro

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Shun formaba parte de una compañía teatral era tramoyista, pertenecía a esa compañía desde dos años atrás esperaba recibir una oportunidad y así volverse actor pero dado que su talento era mas útil tras el escenario no se le dio oportunidad.

La compañía a la que pertenecía era fija y todos los actores lo conocían y lo trataban bien ya que a veces hacia mas de lo que su labor requería.

El director pensó que seria buena idea presentar durante una temporada la obra de William Shakespeare, Romeo y Julieta pero para esta obra era necesario contratar personal para los roles  principales, comenzaron las  audiciones y varios actores se presentaron, sin embargo había pasado varias semanas y no habían encontrado al adecuado.

Pronto se corrió el rumor de que Hyoga un afamado actor ruso, audicionaria para el papel de Romeo, toda la compañía estaba emocionada pues la incursión de un actor tan reconocido les daría muy buena propaganda, así que todos esperaban ansiosos que se presentara, la audición seria solo protocolo ya que el director lo veía como el Romeo perfecto.

Aun así el rubio se presento un día e hizo fila como todos los demás candidatos.

Ya que no había obra por montarse aun solo el director y Shun estaban presentes pues Julian necesitaba alguien que apoyara con sus lineas el desempeño de Romeo y dado que Shun siempre estaba dispuesto a mostrar sus capacidades ponía un empeño especial por mas pequeña que fuera la línea que tuviera que leer.

Así entonces cada vez que otro candidato aparecía frente a Shun este decía sus líneas con todo su corazón

Julian observaba desde los palcos, parecía que Shun tenía mas pasión en sus lineas que quienes audicionaban así que fue fácil descartar a varios candidatos.

Varios murmullos se empezaron a oír conforme se acercaba Hyoga y para sorpresa de todos tenia sus lineas ensayadas y eran diferentes a las que había en el libreto.

Hyoga había notado que el peliverde daba las líneas de Julieta así que se acerco y viendo a Shun lo tomo de la mano y le dijo en suave voz :

-Si con mi mano he profanado tan celestial  altar, perdóneme. Mi boca borrara la mancha, cual peregrino ruboroso, con un beso-

Shun se ruborizó había memorizado casi todo el libreto y sabia que Hyoga decía las lineas del primer encuentro entre Romeo y Julieta.

De inmediato el respondió con las líneas de Julieta

-El peregrino ha equivocado el sendero pese a que parece devoto. El palmero únicamente ha de besar manos de santo-

Hyoga levanto la ceja, aquel joven conocía la línea y además  había enrojecido, lo que lo había vuelto mas bello a los ojos del rubio, sonrió y decidió continuar para saber hasta donde llegaba.

- ¿Y no tiene labios el santo lo mismo que el romero? -

Shun sentía su corazón acelerarse pero continuo - Los labios del peregrino son para orar.-

Hyoga se había acercado hasta el punto de casi besarlo y Shun había retrocedido, había sido muy convincente para el director

- Excelente, excelente - Julian detuvo la audición. - Hyoga el papel es tuyo -

Shun seguía rojo y se había agitado un poco Hyoga era de verdad intimidante.

Julian y Hyoga se estrecharon la mano, el rubio enseguida se giro dando otra mirada al tenso Shun.

Un domingo cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora