Hyoga abre los ojos y se gira hacia la rubia que comparte su cama, le da un beso, luego se levanta, se baña, toma el desayuno, ella le entrega su portafolio y el brinda una pequeña sonrisa.
Su trabajo lo espera en un enorme laboratorio dedicado a la farmacéutica y genómica, además es hijo del dueño así que no hace mucho en realidad, su trabajo consiste en aprobar el uso de ciertos fármacos y la realización de experimentos en animales e incluso humanos.
Lo tiene todo pero es infeliz, de algún modo su vida perfecta lo hace sentir vacío, tiene la sensación de que algo le falta, algo muy importante a pesar de no saber exactamente que es.
Sumado a esto ha tenido sueños extraños donde un muchacho lo llama, no le es familiar y sin embargo estar frente a él tan sólo mirándolo le da tranquilidad y la necesidad de permanecer a su lado.
Sin embargo, despierta y la rutina de nuevo lo envuelve. Pero ese sueño desde la primera vez, le provocó un palpitar irrefrenable, tenía que saber quien era ese muchacho y debía saberlo pronto.
Esa noche al dormir aquel muchacho aparece de nuevo frente a el.
— Hyoga, vuelve a mi. – esa dulce voz llena de tristeza y anhelo lo intriga quiere una respuesta y así la pregunta sale de sus labios.
—¿Como puedo hacerlo?
—Seiya ...– en un leve susurro le dice aquel nombre y entonces Hyoga despierta.
Esta aturdido, a su alrededor su habitación esta a oscuras y la rubia abrazada firmemente a el.
Recuerda el nombre que ese joven pronunció esto es una sacudida en su memoria.
Seiya era un antiguo trabajador al que no veía desde hacía unos cinco años.
—¿Que tiene que ver él en todo esto?
****
Con la idea fija en su mente, esa tarde en su oficina aprovechó su tiempo libre para buscar información en relación con el castaño.
El cierra los archivos relativos al trabajo para después abrir el buscado; el cuál rápidamente le proporciona todas la redes sociales bajo ese nombre.
En la lista de 20 individuos por fin da con él, su perfil no tiene información muy especifica pero si menciona donde vive además de tener muchas fotos.
—Demonios Seiya ¿tenías que mudarte justo a Grecia?
Da algunas leídas a su perfil buscando sus sitios de interés, gustos, pasatiempos, amigos.
Aquel chico tenía infinidad de amigos y de todas partes del mundo, Hyoga pensó que un viaje a Grecia le daría respuestas así que iría sin dudarlo pero no podía ausentarse sin un motivo.
Revisó con cuidado si existía alguna empresa filial con sede en Athenas y la encontró rápidamente.
—Merak prepara mi avión privado, iré a Grecia.
— Por supuesto señor – el rubio se retiró pero antes de obedecer a su jefe le hizo una llamada a Freya la esposa de Hyoga.
— Señora habla Hagen, le llamo para decirle que su esposo desea viajar a Grecia.
— ¿Te ha informado el motivo por el que desea partir de esa manera tan apresurada?
— No señora.
— Entonces escuchame bien, quiero que averigües la razón, acompañalo en todo momento y en cuanto obtengas información comunicate conmigo ¿entendido?
— Como ordene.
La rubia se inquieto de pronto, esa no era una conducta habitual en su marido, que era todo menos impulsivo.

ESTÁS LEYENDO
Un domingo cualquiera
General FictionUna recopilación de Shots que incluye a muchos personajes de Saint Seiya pero cuyos protagonistas principales son Hyoga y Shun en todos ellos.