Había en el centro de la ciudad una tienda famosa por los finos diseños de ropa masculina.
El dueño era un hombre rubio que por ser atento con la clientela era asediado por cuanta mujer entraba pues, a pesar de ser una tienda para hombres muchas clientas compraban para sus parejas o familiares, el parecía ser perfecto así que era extraño que siempre se le viera solo.
Algunos extrabajadores decían que había algo extraño dentro de su oficina pues durante el almuerzo se encerraba ahí y nunca permitía la entrada.
Una chica que había trabajado ahí dijo que cuando se encerraba su jefe hablaba dulcemente como si se dirigiera al amor de su vida.
Eran muy pocos sus empleados de confianza y solo ellos habían entrado sin revelar nunca lo que ahí había.
Una chica rubia había entrado a trabajar, ella estaba enamorada de su jefe, hacia lo posible por llamar su atención, después que todos los demás empleados se iban, procuraba quedarse un poco mas.
- Erii es tarde, deberías ir a casa -
-¿Por que Hyoga, no te agrada mi compañía?-
-Ya lo hemos hablado antes, nuestra relación no puede ser mas que profesional Erii -
-Hyoga dame una oportunidad- la chica estaba acariciando su rostro y se acerco a su boca, estuvo a punto de besarlo cuando un fuerte ruido proveniente de la oficina se escuchó.
-Shun - El rubio se separo bruscamente de ella y entró en la oficina cerrando la puerta tras de si.
Erii quedo tras la puerta y pudo oír la voz de Hyoga.
- Amor, no ella no es importante sabes lo mucho que te amo, voy a demostrártelo -
La rubia escuchaba el sonido de los besos de Hyoga.
¿Que había ahí adentro que protegía tan celosamente? ¿Era lo que había ahí responsable de aquel fuerte ruido?
Erii salio de la tienda y se fue rumbo a su casa.
A la mañana siguiente noto que Hyoga estaba mas feliz que de costumbre.
-¿Y a que se debe tu buen humor?- pregunto la chica que acomodaba un smoking en la vitrina.
-Erii no puedo corresponderte, tengo a alguien en mi vida y lo amo mas que a nada en este mundo - ignoro la pregunta solo dejando clara su posición.
-¿Esa persona te esperaba ayer en tu oficina?-
- Así es y te pido que desistas en acercarte a mi, Shun es celoso y no me gustaría que tengas problemas con el -
- De acuerdo - finalizo la chica y siguió con sus labores.
Hyoga estuvo en la tienda hasta las tres en punto, momento en que saco su llave y se encerró de nuevo en la oficina.
Erii junto con Frey Hagen y Syd salieron a comer.
-¿En verdad Hyoga es muy extraño no les parece?- finalizo la rubia al preguntarles de su raro comportamiento.
-No le des importancia a un detalle así, nos trata y nos paga bien, eso es lo importante - dijo Frey cerrando el tema.
Aunque Hagen hizo un gesto que hizo que Erii sospechara que sabían mucho mas al respecto.
Los cuatro volvieron después de su almuerzo, Frey toco la puerta y espero que su jefe saliera.
Hyoga salio acomodando su pantalón y Frey desvío la vista decidiendo ignorar dicha acción, luego de cuatro años ya estaba acostumbrado a verlo hacer eso.
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Un domingo cualquiera
Ficção GeralUna recopilación de Shots que incluye a muchos personajes de Saint Seiya pero cuyos protagonistas principales son Hyoga y Shun en todos ellos.