Rehab. -Machine Gun Kelly.

69. Y justo a mi lado.

Jade.

Domingo, 03 de junio. 10:51am.

El viernes se inaugura la tienda Happy Cooks Green. ¡Por fin! después de tanto tiempo de organización y preparación se llevará acabo.
Hoy tendré todo el día para descasar en mi cama sin nadie que me moleste. No digo que me molesten personas muy seguido pero hoy no quiero hablar con nadie excepto con Siri para decirle que música reproducir.

—Jade ¿puedo pasar? —dice Xu tocando la puerta.

—No. —digo. Él abre la puerta y me mira de forma extraña.

—Te ves gorda.

—Dije que no entraras imbécil. Largo.

—Ya, disculpa. ¿Qué harás hoy?

—Escuchar música mientras leo por enésima vez en mi hermosa vida la saga Maze Runner.

—¿Leer? ¿Ese es tu plan?

—Si. ¿Qué hay de malo?

—Jade. —dice mientras camina hacia mi cama para sentarse. —¿Qué sucede?

—Explica lo que dices.

—Has estado muy extraña conmigo. No entiendo qué hice.

—Nada. No estoy extraña contigo.

—Los días que yo trabajo tú vas al gimnasio y a correr. Los días que no trabajo te quedas acostada, te invito al gimnasio y rechazas mi invitación. Para cuando vuelvo del gimnasio te has ido. Intento que hagamos cosas. divertidas pero siempre estas fueras.

—Son coincidencias. Coincidencias y trabajo.

No había pensado en Xu durante todo este proceso. No pensé que a él le afectara un poco mi comportamiento y nunca pensé que le gustara hacer actividades conmigo. Sé que somos mejores amigos pero él nunca dice cosas lindas por lo que no sé que le gusta de mi.

—¿Te prohibieron salir conmigo? —dice luego de unos segundos. — ¿El imbécil no te deja salir conmigo?

—No. Él ni siquiera sabe de esto. No crees conclusiones. —digo evitando reír.

—Supongamos que es eso. —se levanta. —Pronto me iré así que pronto él estará feliz.

—¿Qué? —me levanto. —¡No! —sin pensarlo abrazo su torso de la parte trasera. —No tienes que irte. No quiero que lo hagas.

—Es lo mejor. —dice intentando zafarse de mi abrazo.

—Mira maldito asiático te necesito más de lo que parece y pronto sabrás algunas cosas que te obligarán a quedarte. —lo suelto él se gira y me observa.

—¿Cosas?

—Todo lo que estoy haciendo tiene un motivo.

—¿Qué motivo?

—Uno importante.

—No. —susurra. —Dime que no es lo que pienso. Es muy pronto Jade ¡no!

—¿Qué piensas? —digo para evitar decir la verdad y descubrirme.

—¿Te casarás?

—No. —sus hombros se relajan. —No ahora.

—Ponte algo cómodo. Iremos a desayunar y hablaremos de todo lo que me has ocultado. No aceptaré excusas. Te espero en el auto.

[…]

—¿No quieres algo más público? —digo mientras cubro un poco mi rostro de los flash al caminar hacia el desayunador.