Rehab. -Machine Gun Kelly.

76. Sin miradas y alejarnos.

Machine Gun Kelly.

Domingo, 02 de Septiembre. 6:22pm.

Tal como mi chica advirtió me tuvo en abstinencia obligatoria por todos estos días. Mañana me iré para comenzar el Tour y ella no parece querer tener sexo. Sé que sueno como un maldito puberto que lo único que quiere es tener sexo; pero no es así.

–Jade recuerda que debes hablar con Xu, Elena y tus padres sobre el viaje. –digo observándola mientras prepara un té.

–Ni siquiera sabemos dónde será el viaje.

–Amor sólo avísales para que no hagan planes a finales de noviembre y comienzos de diciembre. Sólo para que contemplen el viaje.

–De acuerdo.

–Mañana me voy. –Digo.

–No tienes que recordármelo.

–¿Vas a llorar o algo así?

–No. –dice riendo.

–Muchas chicas lloran cuando se van sus novios.

–No voy a llorar. –afirma.

–Y volviendo al tema del siglo; cuando vuelva tendrás que estar preparada para coger conmigo un día completo.

–¿Sigues con eso? Ya supéralo Baker.

–Te recomiendo que no veas el Kellyvision porque puede que no te agrade lo que veas.

–¿Me estás amenazando?

–No. Pero el alcohol y marihuana puede ocasionar que confunda a las personas y bueno, tengo necesidades.

–No creo que me puedas confundir. –murmura.

–Tienes razón. Algunas veces extraño al viejo Kells. –digo.

Y es así. Extraño poder salir de fiesta, ponerme ebrio hasta no poder más. Terminar en algún baño o alguna habitación con una chica. Extraño esa sensación de no tener cuidado con lo que hago. Extraño tener sólo un motivo para ser mejor; porque ahora tengo dos motivos. Extraño gastar mi dinero en alcohol y marihuana; ahora lo gasto en comida y obsequios.

–¿Al viejo Kells? ¿Qué edad tienes? ¿90?

–No. Me refiero a lo que hacía antes de ti. Pero sin duda no lo cambiaría por nada. Me gusta cómo es mi vida ahora.

–¿Te sientes presionado con nuestra relación?

–No. No me refiero a eso. Olvida lo que dije. Fue una expresión tonta. Sólo eso.

[...]

Estoy sentado en la barra central de la cocina observando cómo mi chica prepara la cena. Ella ha estado algo seria desde hace algunos minutos. Se ríe de pronto y parece estar nerviosa; tengo miedo de que le esté poniendo algo a mi comida.

–To... Todo está listo. –murmura. Camina hasta la mesa con los dos platos de comida. Observo como tiemblan sus manos y camina algo extraño. ¿Estará usando algún juguete sexual? No, ella no utiliza esas cosas extrañas.

Me siento en la mesa frente a ella. Comenzamos a comer en silencio mientras ella sólo veía su comida; no levantaba la mirada para nada.

–Jade ¿estás bien?

–Si. –murmura haciendo una mueca.