Rehab. -Machine Gun Kelly.

70. Caí en su juego.

Jade.

Jueves, 28 de junio. 11:41am.

—¿Y bien? —pregunta Elena cuando salgo del baño.

—No lo entiendo. —digo tocando mi vientre.

—Nena tranquila. Ese bebé tendrá una madre genial. Sé que no eran tus planes pero deb...

—No Elena. —levanto la voz. Ella me observa asustada.

—No es tan difícil, enserio. Tienes a MGK. Él va a estar muy feliz. Quiere un bebé y esto será una... —dejo de oírla al tomarla del brazo y llevarla al baño.

—Mira.

—¿Negativo? —me observa. —¿Entonces? ¿Por qué estas preocupada? Tú no quieres bebés y no estas embarazada.

—No lo entiendes. —me siento en la tapadera del escusado. —He tenido sexo con Kells más de lo normal. Enserio. Cien veces a la semana.

—¿Y? Te estas cuidando. Estoy confundida ¿Quieres o no tener bebés?

—No me he estado cuidando. Nada. No condón, no píldoras, ningún método. Nada.

Su cara muestra la preocupación que crece en mi. Estoy realmente impresionada por esto. No sé que sucedió.

—Yo... yo quiero darle ese bebé que tanto quiere Kells. Planeaba darle la sorpresa ahora que se irá de gira. Esperaba hacer eso. Y no sé qué salió mal.

—¿Planeabas tener un bebé?

—Si. No me cuidé por ello. No entiendo qué pasó.

Elena.

Viernes, 20 de julio. 11:56am.

Y aquí estoy por tercera vez. Es la tercera vez que intentamos que Jade tenga un positivo en las pruebas.
Me encuentro sentada en la cama con Xu a mi lado y Jeremy durmiendo sobre ésta.

—Me parece una idiotez que lo haga por él. —murmura Xu.

—¡Cierra la maldita boca idiota! —grita Jade desde el baño.

—Agh. —suspira pesadamente.

Jade abre la puerta y ambos nos levantamos de la cama. Se ve preocupada.

—¿Y bien? —digo.

—Dime que no viene un mini MGK en tu vientre. —dice Xu.

—¡¿Podrías cerrar la puta boca Deng?! —dice en voz fuerte. Coloca sus manos presionando su cabeza y se sienta en el escalón que se utiliza para entrar al baño.

—¿No?

—No puedo ver. Tengo miedo. —dice.

—Tranquila. Lo haré yo. —digo y camino hacia el baño. Paso a su lado y observo las cuatro pruebas sobre el mueble de lavabo.

—¿Qué hay?

—Nada. —murmuro. —Negativo otra vez.

—Genial. —susurra. Camino hasta colocarme frente a ella. Me pongo en cuclillas y la abrazo.

—No es el momento. Sólo es eso. No tienes que preocuparte por esto. —digo.

—Mi deseo se cumplió. —dice levantándose. —Nunca seré madre. —susurra. —Genial. —finge una sonrisa. —Genial.

—Así se habla. Piensa en que ser mamá no es tan lindo. Preguntale a Elena, ya ni siquiera se divierte. Además los niños lloran mucho y son muy caros. Te dejaran en banca rota.