Rehab. -Machine Gun Kelly.

80. He mejorado.

Machine Gun Kelly.

Jueves, 08 de Noviembre. 11:15am.

Hace dos días llegamos a Australia. Perth para ser más exactos. Tendremos un concierto aquí, otro en Broken Hill y el último en Sídney. Estamos a una semana de volver a casa. Muero por ver a mi hija y por supuesto a Jade.
Tengo todo listo para pedirle matrimonio. Me he encargado de organizar todo en mis tiempos libres.

–Kells iremos a comer en el restaurante italiano ¿quieres ir? –pregunta JP.

–Si. Me pondré tenis y los alcanzo.

–Bien, te esperamos en la planta baja. –dice antes de salir de la habitación.

Como dije; me pude mis tenis. Tome mi cartera y mi tarjeta de acceso. Salgo e la habitación y camino rumbo al elevador. Después de bajar por este, llego a los chicos. Sólo Slim, JP y Dub.

–¿Lista princesa? –bromea Dub.

–Si mi príncipe. –digo fingiendo voz de niña. Ellos ríen.

Salimos del hotel y subimos a la camioneta que nos esperaba para llevarnos al restaurante de comida italiana. Uno de los pocos deliciosos lugares de comida italiana en Australia.

Al llegar ordenamos diferentes platillos y luego esperamos en una mesa a que nos atendieran.

–Ya casi termina esto. –Comenta Slim. –¿Estás listo Kells?

–Sí te refieres a el anillo. Si. Estoy listo. Algo nervioso por recibir la respuesta.

–Amigo, no quiero que te molestes pero es mi deber preguntarte sí estás listo para el matrimonio. –dice Dub mirándome de forma seria. –Ella parece ser buena para ti, pero debemos asegurarnos de que estés en buenas manos.

–Te agradezco tu preocupación, pero sé que ella es la correcta.

–Bien, debe cubrir todos los aspectos. –dice Dub intentando sonar como un padre. –Ya sabes. Tendrás que compartir el resto de tu vida con ella y debe ser lo que necesitas.

–De acuerdo. –digo algo confuso. ¿Qué le sucede?

–Hablamos de hacerte algunas preguntas. Debes contestar si ella te ofrece o no lo que nosotros digamos. Sólo para ayudarte. –dice Slim.

–Suenan como sí estuviese a punto de cometer suicidio.

–Puede serlo. Por eso debemos ayudarte.

–Bien. Ya.

–Sexo. –sonrío. –En todas las relaciones debe haber sexo, y tratándose de ti eso no debe faltar. –explica Dub. –¿Jade te complace?

Y que lo digan. Jade me complace completamente. Recuerdo aquellos días en los que teníamos sexo casi diario. Ella comenzaba a preocuparme, era como sí fuese adicta al sexo y yo comenzaba a enviciarme junto a ella. Siempre usando métodos de seducción casi invisibles –que para mi amiguito eran muy visibles– logrando hacerme caer a sus pies.
Jade no suele ser la chica más experimentada en esto, nunca pasamos del sexo normal y el sexo oral. Pero con eso me basta. No quiero utilizar cosas extrañas para causarle más placer porque sé que no lo necesito. Estamos bien con eso.
Sé que en nuestro matrimonio no faltará el sexo. Claro que no. De hecho, ese será el mejor método para arreglar alguna discusión.

–Completamente. –digo respondiendo a su pregunta con una sonrisa en mi rostro.

–¿Celos? –dice Dub. –Es bueno que haya un poco. Pero celos extremos pueden arruinar todo y más tratándose de ti. Hay muchas fans bastante intensas que podrían hac... –no lo dejo terminar.