NO ENGAÑES A MI CORAZÓN

la boda

La boda fue pequeña e intima. Naturalmente, ninguno de los familiares de monsieur Uchiha pudo asistir considerando la prisa con que habían tenido lugar los acontecimientos . Naruto estaba adorable con su recatado vestido de seda color rosa pálido y Sai se veía muy apuesto con su traje de terciopelo azul oscuro. Jiraiya y Haku fueron los únicos testigos de la ceremonia.

Sai ya le había comunicado a Namikaze su intención de volver inmediatamente a Natchez y así preparar el hogar para la llegada del novio. Éste se sintió un poco molesto al saber que el Uchiha no pensaba llevarse al novio con él, pero no puso ninguna objeción.

Satisfecho por haberlo hecho todo para asegurarse el futuro de su nieto, el abuelo volvió a su casa después de brindar varias veces por la felicidad de la pareja. "ya esta hecho" se dijo con orgullo "Naruto esta salvo."

Éste estaba cualquier cosa menos a salvo. Habían cenado juntos en las privacidades de las habitaciones que Sai reservara. Por evidentes razones, no había querido mezclarse con la gente del comedor, y Naruto tampoco deseaba que nadie lo viese. Durante toda la comida, los ojos del falso Sasuke no se le quitaron de encima, mirándolo con voracidad.

El cabello dorado caía en rizos enmarcando su rostro. El color del vestido resaltaba su piel canela, suave a la luz de las velas. "¡Mi Dios, es un pequeño adorable!" pensó con anhelo ¿y por que negarse a tener una noche de bodas? cuando estuviesen a sola en su dormitorio, sus preciosos documentos no valdrían de nada.

A Naruto no se le había pasado por alto la mirada libidinosa en sus ojos. !Mon Dieu , me alegro de no haber confiado mucho en él!", pensó con desprecio. Apenas hubieron terminado la comida, se disculpo y escapo hacia su habitación. El sitio era uno de los más cómodos que había visto en su vida. La cama era encantadora, protegida de los insectos por miles y miles de tul, y acarició la colcha con deleite infantil. "Todo es tan acogedor" pensó con placer. Entonces se alzó de hombros. Mañana volvería a la casa de la ciudad y luego partirían al castillo Namikaze.

Pero primero tenía que pasar esa noche. Fue hacia el ropero de caoba y saco el camisón que el abuelo había insistido que usara. "¡Mon Dieu! ¡que cosa perversa para usar en la cama" La prenda era muy atrevida y después de ponérselo se miro al espejo y rió con nerviosismo. Nunca había visto una tela tan transparente y a través de ella, veían con mucha claridad sus pezones rosados y la curva suave de su cintura. Acababa de volverse hacia la cama cuando la puerta que comunicaba su habitación con la de monsieur Uchiha se abrió de golpe.

Sai había estado bebiendo desde que Naruto le diera las buenas noches y cuanto más lo pensaba, mas seguro estaba de que se merecía su noche de bodas, Por un momento permaneció tambaleante junto a la puerta mientras sus ojos lo recorrían de arriba abajo . Entonces, casi relamiéndose con anticipación, dio un paso hacia el doncel.

Pero Naruto no iba a ser tomado por sorpresa. Sin vacilar un segundo, tomo la pequeña pistola de su bolso y, con una calma que no sentía, apunto hacia Sai. Su corazón latía con tanta fuerza que parecía querer salírsele del pecho.

-Monsieur...si mal no recuerdo hemos hecho un trato ¿verdad?-hablo con frialdad.

El rostro del falso Sasuke se oscureció se de ira. Por mas codicioso que fuera, no iba a intentar violar a alguien con una pistola en la mano.

-¡Me pagarás por esto, desgraciado!-exclamo Sai antes de girar sobre sus talones y salir de la habitación.

Naruto se dejo caer en la cama tembloroso. Si no fuera por la pistola, ese tipo le hubiera hecho lo mismo que el desconocido en la casa del gobernador. Tal idea le llenaba de repulsión. "¡Merde, que susto he tenido!".

No durmió mucho esa noche. Permaneció sentado contra el respaldo de la cama con la pistola en las manos. Cada tanto el sueño lo vencía y cabeceaba un momento para volver a despertar sobresaltado.