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-.-


S&N

-¡Pero por supuesto, querido!¿no te parece algo más agradable que podamos hacer los tres?-dijo con inocencia-Después de todo, he estado fuera varios días...¿no es lógico que ahora quiera pasar un día con mi familia?


-¿Vió a Obito anoche?-preguntó bruscamente-¿Le dijo que he ido a ver a un juez?


-Sí, vi a Obito anoche-respondió con la misma brusquedad-¿Debo suponer que sabías que estaba durmiendo en la casa?


-Claro, monsieur-le contestó dándole una mirada despectiva-¡no soy estúpido!


-No me cabe ninguna duda de ello...pero si lo sabías ¿por que se lo permitiste?-preguntó con curiosidad.


-Me preció más sencillo dejarle pensar que se salía con la suya-dijo mientras se alzaba de hombros. Entonces preguntó con incertidumbre.-¿Él le contó que fui a ver al juez Aburame?


-Si me lo dijo-respondió.


-¿Y no está enfadado?-preguntó mientras lo miraba fijamente.


-No...creo que no...-respondió pensativamente-Enfurecido sería una palabra apropiada.


Naruto estuvo a punto de caer por la escalera pero Sasuke lo sostuvo con fuerza.


-No parece enfurecido, monsieur-dijo confundido.


Sasuke le sonrió y el, brillo particular de su mirada hizo que apartara la vista de él ¿que se proponía ahora?¿Por qué estaba siendo tan...tan encantador? Notando su perplejidad Sasuke continuó sonriendole y respondió con calma.


-¿No, verdad?


Naruto se enfadó al ver la ligereza con que él tomaba todo el asunto.


-¿cual es su juego, monsieur?-preguntó-¿que espera ganar?


La sonrisa de Sasuke se desvaneció.


-¡Creo que esas preguntas bien podrías hacértelo a tí mismo! Te lo advierto, zorrito ¡No lograrás tu propósito!


Se hallaban en el vestíbulo de la casa y el mayordomo acababa de abrir las puertas. Naruto lo miró con desprecio, pero mantuvo silencio, ya que en ese momento Yukito entró corriendo con el rostro iluminado por la excitación.


-¡Allí están!-exclamó-¡Pensaba que no llegarían nunca!Rápido, vamos. Ibiki dice que los caballos están inquietos y que no deberíamos hacerlos esperar.


-¿Ibiki lo dice...o Yukito?-preguntó Sasuke con tono risueño.


Yukito adoptó una expresión culpable, pero entonces sonrió y dijo simplemente.


-Yo quería que se dieran prisa.

Momentos después, los tres se hallaban cómodamente instalados en la nueva calesa y se alejaban de Le Petit. La alegre charla de Yukito sirvió para cubrir la tensión existentes entre los dos adultos. Naruto no podía evitar mirar a Sasuke cuando creía que éste no lo veía ¿Que se propondría? No dejaba de formular esa pregunta aún cuando sonreía o comentaba algo con Yukito. Sasuke sentó al niño sobre su regazo y le permitió tomar las riendas, pero momentos después decidió que el camino que el camino que se avecinaba necesitaba de una mano más firme.


-Pronto tendrás tu propio par de caballos, hijo mío-dijo entre las quejas del niño-pero por ahora solo conducirás cuando yo lo disponga.


Mientras viajaban tranquilamente por el camino arbolado, Naruto fue recuperando la calma y cada tanto aparecía una sonrisa en su cara.


-¿Adonde vamos?-preguntó de pronto.


-Aún no hemos comido el almuerzo que abuela Chiyo nos ha preparado. Conozco un sitio muy bonito donde podemos detenernos-entonces murmuró con un brillo irónico n la mirada-Estoy seguro de que lo recordarás(1)


Naruto lo recordaba muy bien. La frondosa higuera esparcía su sombra sobre la alfombra de tréboles y la cascada de aguas cristalinas que formaba una laguna azul, igual que en el día que Sasuke le hiciera el amor. Con las mejillas ruborizadas, Naruto le observó extender la manta y acomodar la canasta de los alimentos. Yukito estaba encantado con el lugar y pronto se olvidó de los adultos para dedicarse a explorarlo. Durante varios minutos, permaneció de pie junto a la calesa. Después de quitarse la chaqueta y tenderse junto a un árbol, Sasuke dijo de forma provocativa.


-No tengo posibilidad de atacarte estando Yukito aquí. Y a pesar de que te ves muy deseable, me temo que en estos momentos tengo hambre de comida...y no de los otros placeres del cuerpo.(2)


Naruto caminó con rigidez hasta la manta y se sentó lo más lejos que pudo de Sasuke. La risita de este y el brillo irónico de sus ojos lograron aumentar se cólera. Sin embargo, cuando terminaron con el delicioso almuerzo que abuela Chiyo les había preparado, se sentía demasiado relajado y satisfecho como para iniciar una discusión. Cómo un gatito somnoliento permaneció sentado al borde de la manta, tratando de mantenerse despierto. Yukito ya había sucumbido a a tentación y se hallaba tendido a los pies de Sasuke. Éste observó a Naruto durante unos momentos y entonces rió mientras lo acercaba a él.


-Duérmete-dijo mientras apoyaba la cabeza sobre su pecho-Yo también lo haré.

NO ENGAÑES A MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora