conviviendo

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Sasuke estaba bien cuerdo y aunque sus motivos eran otros no podía negarse que albergaba sentimientos de venganza. Pero si Naruto se hallaba confundido, él también lo estaba. Yukito le había resultado un niño irresistible, y Sasuke no lograba comprender como su maman le hacía formar parte de algo tan sordido. Sin embargo su aspecto mientras jugaba con el pequeño no había sido el de una ramera sin escrúpulos, y Haku tampoco parecía el tipo de persona calculadora que se asocia con alguien así Sasuke pasó un buen rato hablando con los criados de Naruto, y frustrado por no haber podido obtener ninguna información útil, se refugió en el pequeño estudio que había a un lado de la casa.

Su padre ya había enviado varias cosas para hacerla más confortable y al abrir la puerta, Sasuke descubrió que no faltaba nada en la habitación. Se sentó frente al escritorio y jugueteó con el tintero mientras repasaba todo lo que había averiguado esa mañana...lo cual era muy poco, decidió con frustración. Todos respaldaban la historia de Naruto. Era evidente que él lo había planeado con mucha astucia, tuvo que reconocer con cierta admiración. Nada, ni siquiera las ropas que usaban lograban delatarlo...ningún detalle librado al azar.

El comprendía porqué sus padres pensaban que Yukito se le parecía por el cabello negro y el menton resuelto, podían provenir de cualquier otro hombre...¡estos rasgos no eran propiedad exclusiva de los Uchiha! Por el momento, tendría que jugar con los naipes que iba recibiendo. Dejaría que Naruto siguiese adelante con su trampa, pero al menor error él estaría ahí para hacerlo caer.

Mientras tanto, enviaría a alguién a Nueva Orleans, para que hiciese averiguaciones respecto a su pasado y a la historia que contaba con un poco de suerte, alguna pequeña contradicción le permitiría descubrirlo ante todos "y por el momento...por el momento voy a disfrutar de los placeres a los que me da derecho mi t'tulo de esposo"

Pasaron cinco días. Cinco días de calma superficial mientras que por debajo, hervía un caldero de desconfianza y sospecha. Afortunadamente, sólo Naruto y Sasuke conocían esos sentimientos, puesto que los demás los veían como una pareja feliz.

Yukito era el más felíz de todos, dos días después de su mudanza a Le Petit, llegó un potrillo "negro como el trueno" y desde ese momento, se convirtió en el esclavo incondicional de Sasuke. Todo lo que papá decía cont5aba con su aprobación y apenas podía dar un paso sin que el niño le pisara los talones.

Para Naruto, este espectáculo era como un puñal que se clavaba en su corazón, y cada vez sentía más desconfianza hacia Sasuke Uchiha. Sólo él y Naruto conocían la verdad de lo acontecido en la noche de bodas, y Naruto no comprendía la razón de que hubiese reconocido al niño como suyo sin poner ninguna objeción. Solía alzarlo sobre sus hombros y llevarlo a dar un paseo por las caballerizas o a montar su nuevo potrillo llamado Trueno.

Los demás, Haku y los criados de Namikaze se estaban estableciendo en Le Petit como si hubiesen planeado no moverse más de allí. Con cada día que pasaba, Naruto sentía que se alejaban más de él y de algún modo parecían haberse aliado con el despreciable Sasuke Uchiha. Ya nadie mencionaba la posibilidad de volver al castillo Namikaze, y comenzó a temer que lo había perdido para siempre.

Sin embargo no podía decir que se sentía desdichado.

El lugar era realmente encantador y como Sasuke aún no había intentado tocarlo, se sentía en condiciones de relajarse y disfrutar...casi. La casa era adorable. Naruto tenía su propia sala de estar, vestidor y dormitorio y todas sus habitaciones eran espaciosas y llenas de luz. Pero aunque en cierta forma le agradaba estar allí, en ningún momento se olvidaba de que la casa era de Sasuke Uchiha. Él sabía que aunque los demás no quisieran seguirlo, él y Yukito deberían abandonar Le Petit.

En Sasuke y en el efecto que este producía sobre sus emociones no se atrevía ni a pensar. Él era demasiado viril y masculino para alguien como Naruto que había vivido la mayor parte de su vida alejada de los hombres. Una y otra vez trataba de revivir la repulsión que había sentido por él en Nueva Orleans, pero en lugar de ello se encontraba recordando su sonrisa o el brillo de esos ojos negros al mirarlo. "Está siendo demasiado amable. Estoy seguro que se propone algo con ello."

Sasuke se proponía algo. Lo estaba acechando con toda frialdad, pero era demasiado inocente como para comprenderlo. En lugar de entrar en su dormitorio por la fuerza, Sasuke disfrutaba con la persecución. Era un juego apasionante para él...hasta que dejó de ser un juego para convertirse en otra cosa. En algún momento durante esos cinco días, el sentimiento que Sasuke experimentara al verlo por primera vez en el baile...echó raíces y comenzó a crecer. Él aún no era consciente de ello y se lo atribuyó a la cercanía...viendo a Naruto todos los días era natural que no se apartáse de sus pensamientos. Perfectamente natural, se aseguraba una y otra vez.

Pero si era verdad ¿porque se sentía fascinado con solo mirarlo?¿por que se sentía lleno de placer con solo escuchar su risa?

NO ENGAÑES A MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora