NO ENGAÑES A MI CORAZÓN

sosurro en la noche

-.-

S&N

Al mirarlo, Sasuke sintió que se le aceleraba la respiración, pero más allá de eso sintió un fuerte dolor en el corazón. Era tan encantador y él lo deseaba con desesperación...a pesar de todo.

Naruto era la imagen de la felicidad mientras acariciaba el vestido con reverencia, ya la notar su expresión, Sasuke se sintió invadido por la ternura. Él le compraría cientos de vestidos con tal de que jamás se borrase esa expresión en su rostro, se prometió...pero entonces se burló de sí mismo. Y sin embargo...se veía como si nunca en su vida hubiese poseído algo tan hermoso. Tal vez, esos viejos vestidos eran en verdad los únicos que poseían, reflexionó lentamente. Pero entonces, furioso consigo mismo por haberse dejado conmover, se volvió hacia el señor Hayate.

-Su trabajo ha sido excelente. Si el resto de las prendas muestra la misma calidad, estoy seguro de que mi esposo estará muy complacido.

Naruto permaneció en silencio durante el viaje de regreso a casa y hasta Yukito parecía poco propenso a conversar. Sasuke estaba demasiado ocupado con sus propios pensamientos como para hablar, y cuando llegaron a Le Petit, cada uno de ellos tomó un rumbo diferente. Sasuke llevó la calesa a la caballeriza, Yukito corrió alegremente en busca de su cena, y Naruto se refugió en la glorieta para poner en orden sus pensamientos. Acurrucado en un sillón de caña, trató de encontrar una explicación para el extraño comportamiento de su esposo. "Ha vuelto a cambiar", pensó con perplejidad. "Era tan rudo y desagradable antes de partir hacia Baton Rouge, y ahora...ahora esta siendo tan encantador...tan...tan gentil. Frunció el ceño ante la idea, ya que su orgullo no deseaba ningún tipo de gentileza por parte se Sasuke Uchiha. "¿Por qué no se había enfadado por su visita al juez Aburame?" volvió a preguntarse con inquietud. "¿Y por qué, Dios mio, lo encuentro tan atractivo?" se preguntó de pronto. Pero aunque no le gustara, sabía la respuesta a esa pregunta. "¡Mon Dieu, no puedo enamorme de él!"

"No soy un tonto", decidió finalmente, "he permitido que mis sentimientos se mezclen en lo que era solo una transacción comercial. No debo seguir adelante con este error.", Se prometió con todas sus fuerzas. Sintiéndose un poco más confiado, abandonó la glorieta y caminó lentamente hasta la casa. "Lo trataré de forma fría y amable", decidió con firmeza. "No debo permitirle que vuelva a manejarme como lo ha hecho hoy." Al llegar a sus habitaciones, ordenó un baño. Mientras se hallaba sumergida en el agua espumosa y perfumada, decidió que esa noche no bajaría a comer ¡No! ya no quería formar parte de esa ridícula farsa del matrimonio feliz. Salió del agua y rechazó la ayuda de Iruka diciendo:

-Ya no te necesitaré esta noche, he decidido permanecer en mis habitaciones. Por favor, haz que Abuela Chiyo me prepare una bandeja con la cena y que uno de los sirvientes me lo suba en hora.

El rostro de Iruka mostraba su confusión, pero reconociendo la expresión obstinada de Naruto, se encogió de hombros y cumplió su petición.

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Cuando Sasuke entró al comedor esa noche, se encontró con la desagradable sorpresa de que los únicos ocupantes de la mesa eran Haku, Itachi y Obito.

-¿Naruto se ha retrasado?-preguntó alzando la ceja.

-No se reunirá con nosotros-le dijo con una mirada nerviosa-él...dijo que se hallaba indispuesto.

-Ya veo-dijo con dureza-Bueno, considerando que mi esposo no nos favorecerá con su presencia, ¿les parece que nos sentemos?-entonces miró a sus hermanos y observó-Alguna vez me explicarán por que los encuentro sentados a mi mesa con tanta frecuencia.