Félix estaba en ese periodo nostálgico que siempre afecta a los tipos cuando van a convertirse en abuelos.
O eso creía él, al menos.
Le llenaba de vida ver en su casa a sus tres preciosos niños, tan vivos y permanentes como ellos eran por la crianza tan extraña que él y su omega les habían proporcionado.
Jeremías, el pequeño moreno próximo a cumplir los cuatro años, tan estoico y sereno que casi no parecía ser hijo del gruñón de Deuz y de su extravagante marido.
James, el mimado e ingenioso niño, siempre queriendo la atención de sus familiares y de alguna forma sabiendo crear estrategias que lograban convertirlo en el centro sin hacer el ridículo.
Y Harry, ese ya técnicamente adulto semi psicótico, que a pesar de no ser su hijo de sangre siempre lo ha amado como uno. Recordar todas las ocurrencias del sereno, directo con sus indirectas e inteligente alfa le llenaban de un orgullo que solo los padres sentían al saber que habían hecho un buen trabajo criando a sus retoños.
Félix siempre vio a su familia como monarcas; y a su casa como un gran castillo, con muros de cincuenta metros de altura y tres de grosor en los cuales nadie podía adentrarse a menos que ellos les permitieran acceso. Y con la actitud de su omega, e hijos creía que era imposible.
Hasta tenía la idea de que Harry crecería y se iba a independizar individualmente, que con el apoyo de Deuz y él le bastaba y sobraba al rubio.
O bueno, eso fue hasta que ese altanero y supuesto caballero azabache llegó a la vida de su hijo mayor y por ende, a la de él. Rompiendo los muros de su castillo como el propio subnormal que era en vez de pedir acceso con respeto.
Y sí, confirmaba lo subnormal y suicida que era el gran Leonard por haberse enamorado de el chico más difícil del maldito planeta, su hijo Harry.
Ah... Leonard le recordaba tanto a él cuando se enamoró del demonio en persona, su omega Deuz. Tenía que admitir que Leo le caía bastante bien.
Le tenía un cariño muy inestable a su nuero, en el sentido de que a veces lo quería y otras lo odiaba. Una de la razones por las que más lo odió y adoró, fue cuando se enteró de que había embarazado a su hijo de recién dieciocho cumplidos. Es decir ¡Un alfa con un alfa! Vaya karma el que tenía.
Realmente la idea de convertirse en abuelo le agradó mucho, adora a los niños. Deuz en cambio no se lo tomó tan bien, que sí, asegura siempre apoyar a su hijo en todo lo moralmente correcto; pero la misma noche del día en que la joven pareja supo que en verdad esperaban, el moreno se le dirigió:
—No me agrada la idea de que Harry esté en espera. —confirmó, directo mientras se sentaba en la cama. Sabiendo que su hijo se había disque escapado con Bryan y Leo.
—Pensé que apoyarías a Hazza siempre... —respondió el alfa con los brazos tras la cabeza.
—Lo hago.
—¿Entonces? —Félix se apoyó en sus codos mientras Deuz se acostaba.
—Es que... No lo sé... Siento que él es aún muy joven. Félix por Dios, que ya es políticamente adulto y tiene beca del próximo año para la universidad más prestigiosa del estado pero...
Félix sonrió, jalando al omega a su pecho y expulsando leves feromonas para calmarlo.
—Harry es completamente independiente, cariño. A pesar de que irá a la universidad cuando su cría tenga unos cuantos meses de nacida, siempre tendrá el apoyo de Leo. Y el nuestro. Él estará de lo mejor... —alagó, calmando muchas de las dudas del moreno que se acurrucó para dormir.
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⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]
FanfictionLa banda Nightmare está en la cima del mundo en estos momentos; han decidido ir a la ciudad donde comenzó todo para hacer un mega concierto. Pero, éste se verá interrumpido cuando todo el mundo descubra un gran secreto del vocalista de la banda. ⚠ A...