⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]

C U A R E N T A Y S I E T E

Bryan técnicamente se había robado el lugar delantero junto a Leo, pues él no se quiso mover de allí, dejando a Harry atrás con una cara de "¿En serio?"

—¿Qué me miras? No te dejare este lugar, no quiero verlos besándose frente a mi y que nos matemos antes de tiempo por sus distracciones. —declaró.

El rubio suspiró acomodándose en el lugar, el sueño por alguna razón le estaba ganando, algo raro teniendo en cuenta que estaba acostumbrado a cortas horas de sueño gracias a que se la pasaba estudiando. Entre su intento de no caer en los brazos de Morfeo, que lo hacía cabecear, se dio cuenta de la sonrisa estúpida de su pareja y a su hermano intentando no reírse.

—Los odio. —dijo repentinamente con la mirada fija en su hermano que se estaba cambiando de lugar para estar junto a él—No me toques Bryan. —Gruñó alejándose hasta chocar con la puerta.

—Oh vamos, solo intento ayudarte a dormir, no olvidemos que las personas en tu estado necesitan muchas horas de sueño. —respondió con una sonrisa de burla acercándose cada vez más a él para arrullarlo.

-o-O-o-

No podía creerse que despertó en los brazos de Bryan.

—Voy a cortarte las manos tan pronto estemos fuera de aquí. —murmuró al enderezarse de repente, mareado a más no poder.

—Sí, sí, Harry. Cuando trabajes en la ISIS harás lo que quieras. —ambos se mantuvieron en silencio por un momento, Harry intentaba procesar lo que pasaba, era completamente estúpida la situación donde se encontraban.

—Y así dices parecerte al viejo. —regañó alejándolo con un golpe.

—Aww, sabes que eso es una mentira, solo intento cuidarte. —confesó con un lloriqueo falso.

—Bryan, para por un momento. —dijo el otro alfa con una risa—Harry está a punto de abrir esa puerta y asesinarte, sabes, literalmente. —y con eso volvió a concentrarse en el camino.

Bryan se dió cuenta de que sí, Harry tenía la mano preparada para abrir la puerta y tirarlo o aplastarlo.

Estuvieron diez minutos gritando y peleando hasta que el rubio terminó en el asiento delantero, para gusto de su capricho.

—No puedo creer que hayas hecho todo eso para terminar junto a mí, qué romántico. —murmuró el morocho ganándose un gruñido del otro que tenía pegada su mejilla a la ventana.

—¿Estos son los cambios de hum...? —comentó el de atrás con burla.

—Yo soy así Bryan, solo cállate y déjame disfrutar de la vista.

El pelirrojo fingió una lágrima solitaria caer de su mejilla, levantando un dedo para quejarse, pero prefiriendo no hacerlo.

—Me siento como papá cuando mamá le regaña.

—Bryan... no sé como tus padres reaccionan, no me jodas. —aclaró viéndolo de reojo.

—Bueno, como los tuyos, pero no se golpean.

—Bryan... —amenazó.

—¡Estoy siendo sincero! ¡No te enojes conmigo, que hoy debe de ser tu día especial!

—Sería más especial si estuvieras callado, en la avenida y arrollado por este auto.

Y esa tonta disputa pudo llegar a más, pero al darse cuenta, y para alivio del ojiplata, habían llegado a su destino.

Leo tomó la mano de su pareja y lo guió junto a su hermano hasta estar en un restaurante, parecía extremadamente lujoso.

—¿Por qué estamos aquí? —inició viendo el ambiente mientras caminaban y llegando a otra duda de inmediato—¿Y por qué este lugar está abierto justo a esta hora? Son las doce ya.