⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]

T R E I N T A Y C U A T R O

Deuz se mantuvo en su lugar bastante tiempo, mirando a su anillo, algo en él pedía quitárselo y otra parte estaba demasiado tranquila.

Entre un suspiro se levantó para seguir con sus cosas, por alguna razón no podía quitarse ese mal de boca.

¿Qué era lo que estaba saliendo mal? El trabajo de Félix no podían ser... O tal vez... ¿Si?

Últimamente pasaba demasiado tiempo en esa endemoniada clínica.

El pobre omega decidió que debía ignorar todo y seguir con su día, antes de llegar a romper algo por su frustración.

-o-O-o-

Por el otro lado...

Félix quería colgarse, habían tantos trabajos, reportes y casos por atender; se sentía un poco culpable de abandonar por bastante tiempo a su familia, sabía muy bien que a Deuz le molestaba cuando los interrumpían o prefería al trabajo antes que pasar tiempo con ellos.

Juraba que incluso James lo había empezado a notar y eso era aún más preocupante.

Golpeó su cabeza contra su escritorio, estaba frustrado.

¿Sería tan malo pedir unos días libres? Él ya había ayudado bastante de todos modos.

Sus nervios eran como abejas en su estómago, y podían con él; aunque intentó hablar solo obtuvo más trabajo, maldiciendo en su interior.

Era su culpa, lo sabía. Y era un idiota por no admitirlo.

Preocupaba a su familia intentando parecer una perfecta figura para ellos.

Tuvo que esperar hasta la última hora para poder irse a casa.

-o-O-o-

Félix no quería bajarse del auto.

Suspiró frustrado para al fin dignarse a hacerlo. Fueron pasos lentos antes de abrir la puerta.

—¡Estoy en casa! ¿Deuz? ¿James? ¿Harry? —y la realidad lo golpeó.

Era demasiado tarde como para que alguno de ellos estuviera despierto, se golpeó la cara con su palma, dejando sus cosas en la sala y subiendo para buscar a su omega.

Miró a su esposo dormir tranquilamente, aún había espacio para él, lo que era bastante bueno.

Se sentó en un lado para masajear suavemente el hombro del contrario. Despertándolo.

Se miraron a los ojos antes de que él frunciera el ceño y volviera a lo suyo.

Félix se mordió el labio, algo nervioso.

—Hola cariño, eh... —rascó su nuca—Lamento haber tardado. Me dieron más trabajo y...

En ningún momento Deuz se había girado a verlo. Félix sintió una punzada cruzar su pecho cual flecha. Sonrió tristemente y acarició con cuidado los crespos cabellos cafés.

—Lamento haberte despertado sin una buena causa...

El alfa se levantó de la cama y fue a darse una ducha fría, intentando no pensar en todo el trabajo que tenía.

La clínica/hospital era muy frecuentemente por exploradores heridos. Félix tenía que tratar, aparte, con la gran cantidad de niños que estaban llegando, presos de alguna epidemia o necesitados de terapia.

El alfa suspiró y una vez seco salió desnudo a ponerse solo un pantalón para dormir. Pilló de infraganti a Deuz observándolo y sonrió. Cuando se giró a la cama el omega estaba de espaldas.

—... Buenas noches, Deuz. —comentó abrazándolo para dormirse.

Sin embargo el omega se alejó. Por lo que Félix tuvo que dormir con las manos en su abdomen y no alrededor del suave cuerpo de su marido.

Y suspiraron. De nuevo, al mismo tiempo.

-o-O-o-

Al día siguiente. Deuz despertó sin ver a su esposo al otro lado de la cama. Algo frustrado se levantó.

Al ir a la planta baja de la casa, se encontró a sus dos hijos desayunando sándwiches del Subway y guardándole uno a él.

—¿Y eso...? —dubitó tomando asiento. Aún buscando con la mirada al alfa.

—Papá tenía una reunión temprano, así que salió a comprar esto para nosotros antes de irse. —respondió el alfa con un poco de comida en su boca.

Deuz observó a los dos distraídos chicos antes de resignarse a desayunar también.

Mordió sus labios suavemente, Félix, como siempre tan atento, había elegido el tipo favorito del omega. Miró de reojo a sus hijos y algo contrariado interrogó:

—¿Ustedes... No han sentido a su padre algo... No sé, lejano últimamente? —comenzó.

—En realidad sí, mamá. Pero no lo podemos culpar... Es su trabajo después de todo...

El pelirosa menor levantó la mano intentando tener una oportunidad de hablar.

—Papi me había prometido llevarme a acampar junto a la tía Lily hace poco, pero... Ha estado cambiando las fechas muchas veces... —James hizo un suave puchero. Pero siguió ignorando el tema.

Deuz miró a su hijo. Con un leve tic.

Iba a matar a ese alfa.

-o-O-o-

—¿Chikungu-qué? —sonó la voz del moreno, ansioso.

—Algo así es el nombre... Tranquilo, solo hay que estar atentos a que no nos piquen los mosquitos y estaremos bien... —la voz del pelirosa se escuchaba a través del smartphone, algo estresado—Nos vemos en casa. Tengo un paciente.

Mientras se colgaba la llamada, se escuchó a una mujer algo histérica pasar con un niño gritón a la oficina de Félix, y el suave suspiro de este.

Deuz se quedó con el teléfono aún en su oreja. Analizando todo.

—También te quiero... Nos vemos... —murmuró a la línea ya muerta del teléfono y lo bajó. Apoyando la espalda en la pared de la entrada.

Poco a poco, se deslizó por el muro hasta caer sentado y cabizbajo, mirando su mano donde yacía la argolla, empezó a jugar con ésta, algo ansioso.

Por el rabillo del ojo notó a Harry bajar las escaleras y dirigirse a la cocina. Ese día los dos niños faltaron a clase por una reunión de maestros.

A los minutos. Escuchó el suave carraspeo del rubio y subió la vista levemente.

—Ojos rojos... —murmuró el chico. Halando a su madre del brazo para hacerlo levantarse y caminar a la cocina. Dónde lo sentó a colocarle gotas en ambos zafiros.

—Ugh... —el omega se quejó, haciendo muecas graciosas con el rostro. Un sonido seco a su lado le llamó la atención.

Era una taza de café.

Miró a su hijo, que también cargaba una junto a una bolsa de galletas.

—Es nuestra hora, mamá... —comentó sonriendo y dando un sorbo a su taza—Cuéntame ¿Por qué has estado tan mal últimamente?

El omega suspiró, mostrando una pequeña sonrisa.

Adoraba a su hijo.

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Es el mejor hijo del mundo (¿

Wattpad me cae mal a veces :( no me publicaba el cap