⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]

E X T R A # 1

—Esta vista es muy linda... —comentó el ojizarco al cielo estrellado, acurrucado a su pareja.

—¿Sabes quién más es lindo? —empezó, mirándolo de reojo y éste puso cara incrédula—Yo.

—Qué sorpresa. Eres un tonto, Michael. —se burló James de su moreno compañero—Tienes mucho ego...

—Me va perfecto ya que tú eres un mimado. —objetó el moreno, acercándose más al rostro de su pelirosado novio—Aparte, igualmente eres muy lindo, James...

El nombrado sonrió, acercándose también para plantarle un dulce beso, que se siguió de varios más pequeños.

Cuando el omega estaba colgándose al cuello del contrario, su teléfono empezó a sonar. Y ambos adolescente se quedaron mirando el aparato con odio. James no tuvo más opción que revisar el mensaje con un suspiro mientras se acomodaba en su asiento y Michael lo imitaba.

—Es mi papá... Me quedan quince para que empiece mi toque de queda... —informó mientras el moreno alfa hacía andar su deportivo negro del mirador de regreso a la ciudad.

—Tu viejo es muy amargado. —declaró cuando James sintonizaba en la radio Surrender de Cheap Trick.

—No lo es. Yo soy su pequeño omega, es obvio que me cuide tanto. —refutó sonriendo a los ojos tornasoles algo irritados—Tú eres el amargado, Michael.

—No lo soy.

—Sí, lo eres. —sonrió el pelirosado, logrando que el otro hiciera una pequeña guerra de quejas con él, entre risas y vanidades.

-o-O-o-

—¡Llegas dos minutos tarde! —exclamó el pelirosado alfa a su hijo omega que le sonrió con cinismo para besar a su novio en despedida y entrar a la casa.

—Ay papi, no exageres. Ya estoy mayorcito como para cuidarme solo. —declaró, saludando a su madre con un abrazo y dejando en la encimera de la cocina unas hamburguesas que había comprado—Además, son las nueve treinta apenas.

—¡Deuz! —buscó apoyo Félix en su amado esposo que no estaba interesado para nada en su conflicto.

—Félix, eres un exagerado. —dijo sin más y sonrió ante el quejido dolido de su marido—James tiene diecisiete, deberías brindarle la misma libertad que le diste a Harry cuando vino Leo.

—Hay diferencia. —murmuró el dolido padre, viendo a su mimado niño subir a buscar a su hermano menor—Harry es responsable, míralo ahora. Es abogado y un buen padre. Pero James... James es mi bebé...

Deuz rió en respuesta.

—Debes confiar un poco más en él. Nosotros lo criamos lo suficientemente bien como para que se cuide solo. —explicó calmado—Sé que no le tienes mucha confianza a Michael, pero se ve que es un buen chico y que es estable. Dale la oportunidad cuando venga a cenar el viernes, estoy seguro de que te caerá bien.

Félix hizo un pequeño puchero. Mientras James bajaba saltando las escaleras y tras él el serio Jeremías de diez años estaba completamente atento a su consola.

—Sí papá. Te caerá bien porque es igual de diva que tú. —sonrió, apoyando su peso en los hombros de Deuz—Mamá ya lo aceptó en definitiva y solo faltas tú.

—Y seguiré faltando yo. —confirmó, con el quejido de su hijo y el regaño de su marido para que cenaran de una vez.

No se esperaron que la semana pasara tan rápido.