C U A R E N T A Y U N O

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En la mañana siguiente, el alfa rubio despertó perezoso. Tomando su tiempo en acostumbrarse a la luz de la habitación y refugiarse mejor entre esos brazos que con tanto fervor lo atrapaban.

Un momento...

Harry, con una fuerza renovada, se levantó rápidamente, logrando soltarse de los brazos del otro con una patada que lo mandó al suelo.

-¡Auch! -quejó el pelinegro. Sobando su cabeza.

Miró a todos lados: paredes grises con varios pósters y apuntes, un armario que las mismas paredes formaban, techo de concreto blanco y un gran ventanal con cortinas claras, que ocupaba la mitad de la habitación.

Bajó temeroso la vista a la mullida cama de sábanas cafés.

Oh no.

Estaba más que muerto ahora.

-¡Mieeerrdaaaaa! -chilló. Recordando que en ningún momento sacó su teléfono de su mochila para avisarle a sus padres de su paradero.

-Ow... ¿Qué pasa, cariño? -dubitó el otro. Asomándose por encima de la cama y peinando sus cabellos para atrás-Sabes, esperaba un despertar más bonito, contigo dándome muchos besos... Supongo que no todo se puede.

Leo ignoraba olímpicamente el fuerte olor a angustia que Harry liberaba, mientras lo miraba con resentimiento.

-¡Idiota! -gritó tomando la almohada a su lado y usándola para golpear sin parar la cara del alfa. Aunque éste solo se estaba riendo por esa acción tan infantil.

Una vez que Harry no le vio remedio a la actitud de ese idiota. Prefirió levantarse y salir de la habitación rápido a buscar su smartphone que reposaba cargando tranquilamente en una mesita de el living del lujoso departamento.

Lo observó con horror anticipado. Mas, al prender la pantalla. Solo encontró un mensaje de su madre. Se mantuvo con cara incrédula por un momento.

¿No les importaba a mis padres saber de mi paradero? No, no. Sé lógico. Se dijo mientras desbloqueaba la pantalla y entraba al buzón de mensajes. Leyendo la pequeña conversación reciente, que constaba de mensajes a su madre explicándole su castigo, inconveniente con la lluvia y paradero, y el omega había respondido en completa calma, por la plena confianza que le tenía al rubio.

-¿Pero qué...? -murmuró. Él no recuerda haber tomado su teléfono en ningún momento más que solo para ponerlo a cargar.

Otra voz se hizo presente con pasos calmos.

-Yo le envié esos correos mientras tú estabas en el baño del restaurante... -Harry observó a Leo, atónito y éste sonrió-Venga, no soy tan tonto como para fingir una especie de secuestro a tu persona; con esos rumores que rondan el instituto referente a tus padres, cualquiera estaría asustado.

-¿Hay rumores sobre mis padres...? -eso no se lo esperaba, realmente, socialmente era muy reservado en su colegio.

El pelinegro rió en respuesta. Restándole importancia y le invitó a la cocina que yacía a pasos del living.

-¿Sabes cocinar, Harry? -preguntó buscando cosas en la nevera.

-Hago agua hervida y emparedados dignos de dioses. -jactó sarcástico. El mayor rió de nuevo.

-o-O-o-

Cuando estaba todo servido, fue que Harry se dió cuenta de los dos platos extras en la mesa.

-¿Y eso...?

-¿Creías que vivía solo? -burló-No puedo mantener un departamento así ni trabajando veintitrés horas todos los días, Hazza~.

⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora