⛓Great Escape⛓ [Félix×Deuz]

C U A R E N T A Y O C H O

Esa misma tarde. La alfa de cabellos rosas pálido hizo acto de presencia en la casa, con su paso firme y actitud elegante que contrastaban mucho con lo extravagante que es su único hijo.

Pese a esa entrada dramática que hizo. Ella les sonrió y saludó con dulzura a su hijo y a Deuz, e hizo lo mismo con la pareja joven; se sentó en el sillón particular de la sala, frente a ellos. Leo tomaba con seguridad de la mano a Harry, que se mantenía calmado, pues ya había recibido su medicamento para amenar su dolor.

—¿Entonces estás esperando, pequeño? —inició. El rubio se sonrojó levemente y ella sonrió sincera—Eso es una maravilla. Felicidades a ambos...

—Sí... Emm... Abuela, verá... Mi estado es una buena noticia pero... Pero los dolores que me causan no son para nada normales y yo me preguntaba si usted... Podría... Esto... —pidió avergonzado. Sin prestarle atención a la decaída mirada de su novio.

La alfa sin embargo, si se dió cuenta de ello. Y suspiró para llamar la atención de ambos.

—Claro que puedo, Harry. Aun recuerdo perfectamente todo lo que pasé en mi embarazo y entiendo cómo te sientes ahora...

La mujer escuchó el susurrado "Te lo dije" que el omega dirigió a su esposo. Y rió suavemente. Entonces, tomó una postura más madura y pidió que tomaran nota para sus recomendaciones.

-o-O-o-

La alfa se fue en la noche. Luego de haber aconsejado al rubio, y de recibir un ataque por parte de sus dos nietos que con gusto ella respondió; simplemente dió una despedida cálida, felicitaciones y desapareció de allí.

—Tu madre está más calmada de lo normal, Félix. —comentó el omega.

—Eso es la edad que le está afectando. —excusó el alfa pelirosa. Mientras cargaba al cansado Jeremías.

Leo y Harry no prestaron atención a los mayores. Ambos estaban afuera de la casa despidiéndose, mientras el morocho se acomodaba en su motocicleta.

Harry revisaba en el smartphone el montón de medicamentos caseros y ejercicios especiales que le dió su abuela para hacer más ameno su embarazo.

Leo aún miraba a su chico con algo de pena, él acariciaba suavemente su abdomen mientras releía todo.

—Mañana podemos ir a comprar para hacer los tés, debo probar varios para asegurarme de que ninguno le caerá mal... ¿Qué pasa, Leo? —interrogó preocupado cuando levantó la vista hacia su novio.

El alfa miró hacia varios lados de reojo, tragó seco y miró a Harry.

—Mira, Hazza... Yo... Sé que te estás esforzando mucho por esto, pero... Tú- —paró rápido para acomodar las palabras que diría, y suspiró—Sé que técnicamente yo te obligué a ti a cargar con nuestro bebé, pero ¿En verdad quieres tenerlo...? Porque... Veo que estás sufriendo mucho con este proceso, y lo que tu abuela nos contó no me da buen augurio...