37| El impedimento eres tú
1 de septiembre, 2017
Cuatro días habían pasado, pude conseguir los días libres del trabajo para la fecha en que Chandra cumple año, había sido ignorado en su totalidad por Lauren, a tal punto en que si hacía el desayuno no guardaba para mí y si cocinaba ya ella había comido por ahí con Ava o dónde sea que cene, si le preguntaba cualquier cosa me respondía con monosílabos y por lo visto en estos últimos días había salido a tomar fotografías cada uno de ellos porque se lo pasaba editando en el balcón.
Lauren resulta ser demasiado orgullosa.
Y aunque sé que tiene su amistad con mi hermana, no creo que ignorarme sea la mejor manera de solucionar las cosas, ella misma estuvo enojada conmigo por mi rechazo hacia Ava y ahora ella hace lo mismo.
Miro mi teléfono y marco el número de Ava, a pesar de no ser por mi voluntad propia, sino por mamá y porque sé que no puedo dejar de hablarle siempre, la llamo. No significa que la he perdonado del todo, no después de haber vista a Shay, verla es como ver a mi hermana siendo su cómplice en su sucio plan. Peor es pensar que no creyera en mí y estuviera totalmente del lado de alguien a quien apenas conocía, por eso no confío en su totalidad en las amistades de Ava, porque cualquiera puede ser su amigo, a veces tengo miedo de que le pase algo o se aprovechen de ella.
—¿Christopher? ¿Sucede algo es Lauren? —sus palabras salen con rapidez pareciendo preocupada.
Es tan difícil creer que la llame que ni siquiera me ha saludado como solía hacer. Esos saludos cargados de entusiasmo ya no son para mí, supongo.
—No, ella —rasco mi barbilla, no estoy del todo seguro de como esté, si no me dirige la palabra observar es lo único que tengo a mi alcance—. Está bien.
Podría jurar que escuché como expulsó aire.
—Ah, ¿entonces a qué se debe tu llamada?
Me hecho en la cama y miro mi techo que no tiene nada de especial. Solo es blanco o creo que es algo beige.
—Hablé con Christine —digo refiriéndome a nuestra madre—. Me ha contado que ya habló contigo y que se celebraría el cumpleaños de la abuela.
—Sí. —dice muy bajo—. Te ha obligado a llamarme ¿cierto?
Me conoce tan bien.
—No precisamente —respondo—. Quiere que vayamos juntos e intento hacer las paces. Dejaré esto pasar Ava, no significa que estoy contento con lo que hiciste o que no me sienta mal de que hayas elegido a Shay antes que a mí.
—Bien.
Un silencio se instala entre nosotros.
¿Esa va a ser su única respuesta? ¿Tan malo he sido con ella o es que cree que estoy mintiendo o algo por el estilo?
—Fui una estúpida, si la vuelo a ver Chris.
Me río, ya me estaba asustando con tanto silencio. Pero escucharla hablar era lo que me hacía saber que tenía a mi hermana de vuelta.
—No creo que quiera verte pelear con ella.
—Tengo ganas de arrancarle esas extensiones que lamentablemente le quedan tan bien. Y unos cuantos puñetazos para que ese bonito rostro deje de serlo —me río a carcajadas, nunca he visto a mi hermana pelear con alguien y la imagen de ella luchando con Shay me resulta algo graciosa—. Y podría arruinar su perfecta manicura.
Ya estaba divagando, hablar con ella era escuchar básicamente todo lo que le pasara por su cabeza.
—Vale Ava, está claro que abrazarla no quieres.
—Desde que se descubrió esa farsa, claro que no he querido abrazarla, ¿Crees que esté algo loca? —siguió diciendo otras cosas y no me quedó más que reír, en algún momento tuve hasta que obligarla a colgar, bueno, tuve que cortarla, no es como si pudiera callarse más si no tiene clase o está en su turno en el hospital al que frecuenta ayudar con sus servicios de enfermería. Hasta me extraña que no estuviera aquí con Lauren.
Tras la charla intensa en la que Ava hizo de protagonista decidí buscar a Lauren e intentar hablar otra vez con ella, que aunque las últimas veces había sido en vano, esta vez me escucharía. No fue tan difícil encontrarla ella es muy amantes de la comida. Una falda holgada hasta sus rodillas y una blusa ajustada sin tirantes era lo que llevaba puesto, de la nevera sacó un cartón de jugo que sirvió en un vaso de cristal.
—¿No pretendes ignorarme durante toda tu estadía aquí o sí? —dije justo cuando se dio la vuelta y se dio cuenta de mi presencia, era extraño no verla asustarse por mi llegada, suele hacerlo cuando nadie está a su alrededor y de un momento a otro se acercan a ella.
—Tal vez —va a cruzar por mi lado, pero la detengo.
—Sé que tú y Ava se llevan muy bien y que te molestó que no le hablara y mucho menos estar en el aire con respecto al tema, ¿pero es necesario hacer todo esto?
Toma aire y me da el frente.
—Vale, que me vas a decir. —Se cruza de brazos sin apartar su mirada de la mía.
—Quiero que no te enojes conmigo, eso quiero.
—¿Eso es todo?
Paso mi mano por el cabello frustrado.
—Mierda Lauren, me gustas y quiero que esto entre nosotros funciones, pero no me lo pones fácil. Intenta no juzgar, Ava no debería ser un impedimento en esto, porque expresamente no lo es, lo eres tú, junto ahora. No quiero ligar a mi hermana en esto, porque recuerdo que la última vez que se metió en mi relación amorosa, no terminó bien. ¿Sabes lo que pasó?
Ella baja la mirada y luego niega con la cabeza.
—Pues bien te diré que paso —digo—. Hace un tiempo me gustaba alguien.
» Shay, justamente se llamaba así. Solía verla todos los días, en la misma cafetería que solía frecuentar cuando estaba libre cerca de la casa de mis padres. Porque aún vivía con mis padres. Era esa mujer que cuando pasa por tu lado tenías que mirarla y no porque tenga grandes curvas, sino porque había algo en ella que atrapaba. Y yo estaba justamente atrapado por ella.
» En algún momento un compañero me la presentó, y comenzamos a salir. Mi tiempo era dividido en dos partes, mi familia y Shay. Duramos saliendo seis meses, los primeros meses eran justo lo que yo creía que sería, una relación estable, sin problema alguno y con una compañera inigualable. Luego me di cuenta que no era lo que deseaba, podía ser muy cariñosa y seductora, sin embargo los celos y el ego eran puntos que le restaban a semejante belleza.
» Quería controlar con quien me juntaba y que hacía cuando no estaba con ella. Así que decidí romper. Ella volvió a pedirme perdón y me negué a escucharle, hasta que pronunció dos palabras "Estoy embarazada".
» Y lo estaba...
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Lila ✔️
RomanceElla hizo la promesa de que después de su viaje a San Francisco traería la felicidad con ella. Que superaría ese pasado que tanto la atormenta. Él se ofreció a ayudarla, pero nunca prometió que la ayudaría a afrontar su pasado, aunque sin darse cuen...