42| Visita Sorpresa

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42| Visita sorpresa

Christopher salió por esa puerta y ahora mismo tengo las secuelas de lo que estaba haciendo. Sí, Christopher y yo tenemos algo, y si no fuese por esa llamada probablemente a punto de tener sexo, un tema que no me incomoda, pero que justo cuando el nombre de Joey llegó comenzó a incomodarme.

¡Dios! Es mi mejor amigo y no sabe que me he estado besuqueando con su primo. Y peor aún no creo que sea buena idea decírselo, sé exclusivamente que él me saldrá con alguna cosa de que en mis relaciones pasadas fui una rompe corazones, que de cierta forma sí lo fui y no temo admitirlo; en realidad no temo admitir que supe tomar muchas decisiones aceleradas y mal tomadas. Pero eso no importa. Lo importante es qué rayos se supone que hace Joey aquí. No debió haberme llamado y dicho que vendría y nos hubiésemos ahorrado este momento caliente para otro momento lujurioso.

"Dios, Lauren, concéntrate" me digo a mí misma cuando debería de estar poniéndome algo de ropa que no grite que me estaba enrollando con Chris justo ahora.

Rebusco entre mi ropa y me pongo el piyama, no es como si fuese a salir a algún lado, además es de noche. Paso el cepillo por mi cabeza para arreglar mi pelo y respiro profundo mirándome al espejo.

Diablos, se dará cuenta.

Pienso cuando noto mis labios un poco hinchados y mis mejillas altamente sonrojada.

Frotó mis manos en mi cara y escucho como tocan la puerta, no es necesario preguntar quién es porque sé que es él.

Me giro sobre mis talones y abro la puerta para encontrarme con un sonriente Joey. Lleva un suéter mangas largas color azul y un pantalón negro. Todas mis inseguridades de si se iba a dar cuenta se fueron por la borda y me uní a él en un fuerte abrazo.

Cómo lo extrañaba.

—¿Qué haces aquí? —pregunté justo cuando me aparté de él—. ¿Por qué no me dijiste que vendrías?

—Era una sorpresa —levanta sus manos y yo achico los ojos.

—¿Cómo qué una sorpresa? —digo cruzando los brazos en mi pecho.

—Vamos Lauren, admítelo. Me extrañabas —sonrío porque es totalmente cierto.

—Sí, te extrañaba —lo tomo de la mano para salir de la habitación—. Pero no me gustan las sorpresas.

Entré a la cocina junto a Joey y saqué de la nevera una lasaña que Ava trajo cuando estaba aquí, con el bol en la mano fui directo al microondas y marqué el tiempo que creí adecuado.

Me di la vuelta para verlo recostado en la puerta y Christopher sentado en la encimera.

—Iba a pedir pizza —dice Christopher levantando el teléfono—, pero ahora me apetece comer de tu lasaña.

No llevaba puesto su camisa y mucho menos el pantalón de vestir que tenía puesto cuando estaba en mi habitación. Parecía que se hubiese echado una ducha, pero no había pasado ni diez minutos que Joey había llegado así que supongo que solo se cambió de ropa.

—Solo te aprovechas, Chris.

—Como quieras —dice encogiéndose de hombros.

Le hecho un pequeño vistazo a Joey que nos estudia con la mirada, cada vez que hace eso quiero esconderme, sabe como leerme a la perfección y en estos días no quiero que lo haga.

—¿Y qué estabas haciendo Lauren? Tuve que llamar a Chris porque nadie me abría la puerta.

Aparte de saber leerme sale con las preguntas adecuadas en el momento menos indicado. Pero yo era buena buscando excusas y el era malo en identificar mis mentiras.

—Estaba leyendo un artículo sobre Emma Hope mientras escuchaba música de Maroon 5 —respondo sonriente y noto como Christopher enarca una ceja.

—¿En serio estabas haciendo eso Lauren? —pregunta Chris con voz pícara.

Yo ruedo los ojos, pero podría jurar que mi sonrojo había subido después de ese comentario.

—Y me preguntaba si Ava decía la verdad de que Emma es su prima —añado ignorando libremente lo que Christopher dijo para molestar.

Joey asiente, aunque podría jurar que no se ve muy convencido.

—Tal vez te la presente en una semana —intento enarcar una ceja en otro intento fallido y abro mi boca.

—¿Por qué no me lo habías dicho? Sabes el tiempo que llevo siendo tu amiga y no me dices que Emma Hope es tu prima.

—¡Claro que te lo había dicho!

—No, no lo habías hecho —refuto.

Se queda pensando en silencio.

—Pues si no fue a ti, fue a Pay... —se detiene de pronto, muy muy pocas veces mencionamos a mi hermana y esta vez se le ha soltado así sin más y es algo extraño porque justo en este instante no me siento afectada por eso.

—Se lo dijiste a mi hermana, me confundiste con mi hermana —hablo un poco más bajo de lo habitual.

Él sonríe de manera tímida y sigue a Christopher con la mirada mientras él saca la comida del microondas y busca platos para servir como si desde el principio fuera él quien lo estaba preparando.

No sé porqué pero la situación me divierte y envuelvo a Joey con mis brazos, porque la conversación no me trajo malos recuerdos ni me hizo sentir nostalgia. Me trajo ese recuerdo de cuando solía intercambiarme con mi hermana gemela para hacer travesuras, me trajo a la cabeza como engañábamos a todos en casa pero no a papá, también sentí que quería hablarle en ese momento, que necesitaba hacerlo. Necesitaba escuchar la voz de mi padre otra vez, aún no estaba segura de que pudiese perdonarlo o no sentirme nerviosa ante su presencia y con miedo, pero yo lo necesito, lo necesito para que me ayude a seguir.

—Quiero hablarle —le digo al oído mientras me abraza.

Joey se separa un poco de mí y me mira extrañado porque no me puse a llorar o lo evadir la mención de mi hermana.

—¿A quién? —pregunta aún sin captar que me refiero a mi padre.

—A papá, lo extraño —digo esta vez con lágrimas contenidas en mis ojos.

Él asiente con mucha lentitud dudando de lo que acabo de decir.

Christopher carraspea para llamar nuestra atención y señalarnos que ya ha servido la comida.

—Hablaremos de eso mañana ¿sí? —asiento, a fin de cuentas yo misma no he procesado la idea de hablarle porque eso no implica que lo veré, estoy muy a gusto en San Francisco ahora y salir en su búsqueda no es del todo favorecedor, no sabiendo que probablemente no reaccione del todo bien.

Así que nos sentamos juntos en la mesa los tres y conversamos de todo lo que ha pasado en los Ángeles en mi ausencia y todo lo que he conocido aquí.

Hablamos de todo y a la vez nada y al final termino sonriendo, me siento como en casa.

Me siento en familia.

Lila ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora