19| Un Juego
Mantente alejado, eso fue lo que me dije cuando se apartó de mí y eso fue lo que hice, es lo que hago. Establecí la misma rutina que había tenido siempre, encerrarme a trabajar en mi cuarto, salir los miércoles y jueves al trabajo y en algunas ocasiones salir con Zane, aunque en estos últimos días no nos hemos visto fuera del trabajo. Sin embargo en ningún momento me he dejado de fijar en su mirada persistente, ni me he apartado tanto como para no darme cuenta de que ojeras inmensas cubren su rostro.
Crucé el pasillo hasta la cocina donde la había dejado hace un instante y me quedé observándola en lo que ella servía el desayuno en los dos platos, en el tiempo que tenía aquí, me había dado cuenta de dos cosas en ella: que no sabía cocinar mucho, porque siempre cocinaba lo mismo y que el maquillaje no faltaba para ocultar sus ojeras. Aunque está última semana había dejado de maquillarse, supongo que no quería que lo vieran, pero al parecer no tiene porque ocultarlo, es evidente que no está durmiendo bien.
—¿Puedes dejar de mirarme tanto?
Hasta ese momento no me había dado cuenta de que la miraba fijamente, que mi mirada no se había apartado de ella desde que entré en la cocina, ni que ya el desayuno que ella se empeñaba en preparar ya estaba justo frente a mí.
—¿Dormiste bien Lauren? —no puedo evitar preguntar.
Ella frunce el ceño ante mi pregunta y me mira a los ojos buscando una explicación.
—¿Por qué lo preguntas?
—Tienes ojeras. —Acerco mi mano hasta su rostro y acaricio con mi dedo pulgar las manchas oscuras bajo sus ojos—. Desde hace días están ahí, por eso pregunto ¿estás durmiendo bien?
Se queda en silencio solo viéndome a los ojos dudando que responderme y con cuidado aparta mi mano de su rostro, que aún acariciaba con delicadeza.
—Lo siento —me disculpo, no quería incomodarla.
Abre la boca para decir algo, pero luego vuelve a cerrarla, sin embargo habla.
—Estoy bien —responde y dirige su mirada al plato.
En ese momento quisiera saber porqué me evita, saber que es eso que pasa por su mente como para que se vuelva restringida conmigo y no intente hablar, que huya de mi mirada como si esta quemara. Quisiera saber porqué en estas últimas semanas no ha intentado llevarse mejor conmigo y me ha dejado colgando, me ha dejado alejarme, porque aunque eso es lo que quiere que haga, estoy seguro que no es eso lo que desea.
—Si te sientes incomoda solo dímelo —insisto.
La veo tomar un respiro profundo y luego mirarme.
—No me incomoda estar aquí Christopher —dice sin apartar la mirada—. Mi incomoda haberte hecho sentir mal y estar arrepentida de ello, no sé si lo planeas o qué, pero siento que...
—¿Sientes qué? —inquiero impaciente cuando se detiene.
—Siento que estoy en un juego, siento que solo te paseas por ahí, para que me sienta mal contigo —niego con la cabeza al escuchar sus palabras—. Y lo peor de todo es que quiero ser parte de ese juego.
Me quedo en silencio con los ojos muy abiertos y repaso las palabras que me ha dicho. No sé porqué me siento de ese modo, pero mi corazón comienza a latir muy rápido, como si estuviese corriendo al igual que todas las mañanas, sin embargo no lo estoy, simplemente estoy frente a esta mujer que con un par de palabras ha acelerado mi corazón sin razón aparente.
—Olvida lo que dije —dice poniéndose de pie al notar mi silencio de asombro.
Salgo de mi trance rápidamente y la tomo del brazo justo antes de que se pierda en su aposento.
—No sé de qué juego hablas, ni en qué momento lo empecé, pero yo quiero ser parte, quiero ser parte de esto contigo Lau. Sea lo que sea, quiero acompañarte a tirar los dados en esta partida, y apostaré, ten por seguro que apostaré.
Y nos miramos sin saber que sigue ahora, que se supone que deba pasar ahora que nos encontramos sumergidos en esta burbuja, deberíamos sentarnos otra vez a comer como hacíamos hace un instante, o simplemente quedarse así, deleitarme con su dulce mirada azul.
Sentir la piel caliente bajo el toque de mi mano en su brazo, sentir esa energía que irradia de ella, buscar la manera de comenzar el juego que aún no tiene reglas y que aún no me han dicho como debo jugar.
Buscar la manera de tirar los dados para dar inicio a algo que no tiene camino, a algo que está entre sombras y hay que construir para poder seguir.
Intentar borrar esas ojeras que esparcen dolor no dicho, sacar una sonrisa que nos lleve lejos, que nos guíe el camino de tan desconocido juego.
Y por supuesto apostar, apostar que ganaremos.
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Lila ✔️
RomanceElla hizo la promesa de que después de su viaje a San Francisco traería la felicidad con ella. Que superaría ese pasado que tanto la atormenta. Él se ofreció a ayudarla, pero nunca prometió que la ayudaría a afrontar su pasado, aunque sin darse cuen...