Alec estaba sentado solo en el gran comedor. Haciendo pucheros, removiendo el helado que le habían dado de postre, todos ya se habían terminado el suyo y se habían ido a jugar, pero es que él quería de colores y le habían dado de chocolate. Hizo otro puchero y metió la cucharita en su tazón...Entonces llegó Magnus. -Te cambio mi helado... Aleg -hizo una pausa porque, recientemente, había descubierto que ya podía decir "Alec", pero 'Aleg' y 'Magus' hacía que se sintiera como algo especial, como nombres secretos o como dicho con cariño.
El pequeño Alec miró con sospecha a Magnus. Él también había tenido de chocolate y lo había devorado, ¿qué iba a cambiarle? -¿De qué es? -preguntó con sus ojitos azules entrecerrados.
Magnus sonrió y escondió el tazón a sus espaldas.
Alice los veía a lo lejos. Magnus le había rogado que le diera helado de colores para Alec. "Por favor, Alice, por favooorrr". Y Alice no pudo decir no. "Pero no le digas a nadie que te di más".
-¿Quieres o no? -preguntó Magnus.
Alec se enojó e hizo otro puchero. -No.
Magnus se sentó a su lado. -Cierra los ojos.
-No -Alec seguía haciendo pucheros-. No me dejas ver de qué es. No quiero.
-Aleg -Magnus tapó con una de sus manitas su tazón de helado y estiró la otra para acariciar el pucherito de Alec y de paso limpiar el helado que había quedado-. Por favor -el también hizo un puchero.
-Bueno -Alec hizo una mueca antes de cerrar sus ojos-. Pero si es de chocolate, no quiero, Magus.
Magnus lo ignoró y, con mucho cuidado, tomó una cucharada de helado y lo llevo hasta la boca de Alec. Y como él sólo dijo cierra los ojos, la cuchara se topó con los labios juntos y Alec quedó manchado de helado. Los dos empezaron a reír, Alice sonrió y se fue. Ojalá estuvieran juntos siempre, pensó, amistades así merecían ser eternas, nunca terminar ni separarse.
-¡De cododes! -Alec gritó, con la boca llena. ¡Magnus le había conseguido su helado de colores! Sonrió tanto cuando terminó y le pasó el suyo de chocolate-. Te doy el mío.
Magnus, aunque ya estaba lleno, se comió el helado de Alec y lo vio comerse feliz es de colores. Era tan fácil hacer feliz a Alec y tan bonito cuando sonreía, llenaba su pancita de mariposas y lo hacía sonreír también. Magnus sentía que en su casa nunca sonrió así, ni su papi ni su mami le sonreían como Alec, ni lo abrazaban cuando llovía, o le daban chocolates.
-¡Avión! -gritó Alec, antes de manchar la carita de Magnus con helado-. Avión, Magus.
Magnus hizo un puchero y limpió su cara con su manita, sólo manchándola más. Alec se rió. -Yo digo "aviooon" -Alec alargó la o-, y tu abres para que entre -agitó su cuchara, tirando helado. Iba a ser un gran trabajo de limpieza ahí.
-¡Magus, avión! -gritó Alec y esta vez sí funcionó. Magnus tenía más de tres años y en su casa nunca jugaron con él ni le enseñaron que era un "avión".
-¿Otro? -pidió Magnus, tímido y feliz como cuando pedía un beso.
Alec vio su tazón, se comió el último helado de colores, y dijo con la boca llena: -Pedo de shocodate, da yo hay de cododes.
Magnus sonrió. No le importaba el sabor del helado mientras Alec estuviera ahí.
CONTINUARÁ...
Buen domingo y gracias por seguir leyendo esta historia empalagosa ❤
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Mi pequeño corazón (Malec)
FanfictionTERMINADA» ¿Quién dijo que había que crecer para entregar el corazón? ¿Quién dijo que sólo los adultos pueden amar, cuando los más sinceros y puros sentimientos vienen en nuestra infancia? Porque Alexander Lightwood había dado su pequeño corazón a a...