13. Verdades

2.7K 445 275
                                    

Creo que, como niños, no tendemos a darnos cuenta de lo que tenemos. Como adultos, lentamente comenzamos a ver cuán condenadamente temporal es todo. Me hace darme cuenta de que necesito apreciar lo que tengo cuando lo tengo.
(D.B.)

* * *

<<Tenemos el pasado, pero yo quiero el presente contigo y ganarme un futuro, quiero ganar tu corazón como cuando fuimos Ángeles, Magnus.>>

Las palabras de Alec habían quedado flotando en la habitación. Esa habitación que, a veces, tanto torturaba a Magnus, porque, como Alec había notado, tenía la misma vista que ellos compartieron de niños.

Se quedó en su lugar, todavía sentado sobre su escritorio, mirando el lugar por el que Alec se había ido, sintiendo como la piel de su mejilla hormigueaba y se calentaba.

Ellos se habían separado durante años. Magnus lo había creído para siempre, porque parecía que Alec, su Alec, ya no quería nada de él... Atrás, muy atrás, quedó el pequeño que se coló en su cama y lo abrazó mientras él lloraba, "Yo te cuido, Magus. No llores", el que le pedía besos y le regalaba chocolates. Aquel con el que mantuvo en contacto mediante videollamadas y libros compartidos en la distancia, aquel que tuvo citas con él, como si fueran...

-¿Ahora me dirás que ya son novios? -Camille sonaba molesta.

Novios.

Ahí estaba la palabra. La última etapa de sus vidas habían parecido novios. Con las citas, los regalos, los besos en los labios, besos que ya no eran de niños, pero nunca perdieron aquella inocente pregunta de Alec: ¿beso?

Los labios fruncidos en un puchero de su pequeño Aleg se habían convertido en aquellos inocentes pero seguros labios de su Alec en cada cita que tuvieron a los quince años. Y ahora, los labios de Alexander, habían vuelto al contacto con su piel.

¿Por qué?

-¡Magnus! -Camille llegó hasta él, sin que se diera cuenta, y quitó su mano de su mejilla donde todavía ardía el beso de Alec-. ¡Deja de actuar como un niño!

Magnus la miró furioso, ya no sabía si era con ella la molestia, y se movió lejos de ella. -No actúo como un niño.

Pero antes de que alcanzara la puerta y fuera por sus niños, incluido en pequeño Max Lightwood, Camille tomó su brazo. -Lo haces, cariño. Cuatro años, han sido años, Magnus, años llorando, años con la mirada apagada que sólo a ratos se enciende de nuevo... ¿Y hoy vuelve y le perdonas todo?

-No es así, Camille. No he olvidado ni perd...

-¡Pues eso parecía! -Camille apretó su brazo hasta que Magnus hizo una mueca-. Recibes al hermano sólo porque tu amiguita te lo pidió. Lo tratas como a uno más de nuestros niños. ¿Y dónde quedó aquello de no tener contacto con Alexander? Porque hoy vi bastante contacto entre él y tú. Ya no eres el niño con miedo a las tormentas que él cuidó, que prometió cuidar y luego se fue. Ya no eres el niño que se quedó esperando que su mejor amigo respondiera sus llamadas, que le dijera "¡Es una broma, tonto. Por supuesto quiero seguirte viendo!". ¡Eres un hombre! Las excusas que se pusieron antes ya no sirven. Ya no hay inocencia que justifique el dolor que se provocan. Den un paso lejos del camino del otro y dejen de hacerse daños. No se vive de recuerdos, Magnus. Hay historias destinadas a no ser.

Magnus parpadeó varias veces, negándose a llorar de nuevo en brazos de su amiga. Sabía que, en gran parte, ella tenía razón.

Y por supuesto que no había olvidado cómo su corazón se oprimió todos esos días, ¿quién podría cuando todavía soñaba con el dolor insoportable, cuando todavía despertaba llorando como aquel niño, cuando las tormentas -aunque nadie lo sabía- todavía le daban miedo, mucho más que antes?

Pero era cierto, ya no era un niño para llorar y buscar un abrazo y alguien que lo cuidara.

Y, a pesar de todo, eso no impedía que las palabras de Alec le afectaran. ¿Y si lo hiciera? ¿Si le diera la oportunidad de ganarse su perdón, de darle una explicación?

¡Se la debía! Incluso después de tantos años, se la debía. Él merecía saber la verdad, porque no creía que fuera posible...

Certera, como siempre, Camille lo dijo: -¿Olvidaste cuando su hermano habló por él y te partió el corazón? -los ojos de ella se humedecieron también-. Mags, yo lloré contigo. Mientras llorabas en mis brazos, lloré contigo, porque tu dolor se sentía, se contagiaba. Y si no fui a golpear a Jace Lightwood, fue porque tú decidiste seguir adelante. Y hoy estás retrocediendo otra vez.

<<Alec ya no quiere verte porque eres un enfermo, ¿lo entiendes? Tal vez cuando eran niños, Alec te pedía un beso, pero eran besos de niños, Magnus. Ahora hemos crecido y mi hermano quiere amigos de verdad, no de los que quieren obligarlo a ser como ellos, él quiere casarse y tener hijos, quiere una familia que tú nunca vas a poder darle. Alec no merece alguien que lo obligue a ser un desviado, porque lo haría por ti, ¿sabes? Por el recuerdo, pero no porque sea feliz siendo como tú. Déjalo en paz si lo amas como dices.>>

Por supuesto que Magnus no había olvidado las palabras de Jace, ¿cómo podría? Pensar que esa fue la razón, que Alec se alejaba de él por miedo a convertirse en algo que no era, a hacer lo que no sentía, que él lo estaba obligando... Eso había roto a Magnus. Saberse culpable incluso cuando nunca fue su intención "contagiar" a Alec.

Pero si esa hubiera sido la razón, hoy Alexander no estaría aquí, besándolo, ¿cierto?

Necesitaba respuestas. Y Alec lo había dicho, si después no quería saber más de él, al menos lo habría intentado. Ellos se merecían, aunque doliera otra vez, al menos aclarar las cosas. Ya sea que hubiera todavía una oportunidad para ellos o que cerraran definitivamente la herida y la dejaran sanar, se lo merecían.

Magnus suspiró y se sacudió la mano de su amiga. -Voy por los niños. Haz tu trabajo también, por favor. Por favor, Camille, déjame cometer mis propios errores. Tú misma lo has dicho, ya no soy un niño. Si me equivoco, sé lo que hago y no hay nadie a quien culpar más que a mí.

Magnus casi había corrido al baño. Las mejillas húmedas por las lágrimas que no derramó frente a ella. El cholate todavía en su mano. Después de la primera envoltura, de la de vaquita que él siempre guardaba, había un papel azul.

Magnus guardó la envoltura y el chocolate que tal vez nunca probaría, y abrió la nota azul:

"2: Un "Perdón" no basta. Lo sé, Magnus, lo sé. No hay palabras, y tal vez tampoco acciones, que basten después de lo sucedido hace años, de como desaparecí de tu vida. Juro que lo sé. Y aunque tú, mi pequeño Ángel, mi pequeño corazón, siempre serás mi historia favorita, yo quiero más que pasado contigo. ¿Me darías la oportunidad de ganármela?"

Magnus tardó en entender ese "2". Cuando lo hizo, sonrió a través de las lágrimas.

¿El "1" era el "Perdóname" que había dejado olvidado?

¿De verdad iba a decirle tanto con chocolates?

¿Y qué iba a decirle él cuando volviera por Max? ¿Le daría esa oportunidad?




CONTINUARÁ...

Hey ✋
Me habían preguntado sobre si Camille es mala en esta historia. No, no lo es, pero probablemente no les caiga bien 😂, no porque sea mala sino por las cosas que le dice a Magnus, no es que ella lo quiera para él, Camille aceptó ese primer "No" que Magnus le dio cuando quiso besarlo, pero ella lo vio sufrir por Alec y es por eso que no quiere que le suceda de nuevo 🙈

¿Qué les parece la idea de Alec para ganarse el perdón y la oportunidad de arreglar lo que hizo antes?

Gracias por leer y hasta el siguiente ❤

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora