Mi corazón es tan feliz al pensarte, que siempre te sueño y no quiero despertar. ¿Qué voy hacer si tú te vas de mi vida? Pues sólo tus besos me tienen despierto, no puedo vivir si no estás, regresa a mi vida y devuelve la felicidad. Quiero volver a imaginar que soy de ti y despertarme cada día junto a ti, quiero volver a imaginar que tus sueños son como antes lo fui 🎶
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* * *
Alec había evitado tanto como pudo el tema del disfraz, aunque sus mejillas ruborizadas habían dicho ya demasiado.
-Dime -Magnus había hecho un puchero que era totalmente injusto para Alec. ¡No podía hacer pucheros cuando su corazón estaba sensible todavía!
-Es s-sorpresa -había logrado balbucear Alec, con su rostro completamente ruborizado mientras recordaba su disfraz y recordaba la razón de su elección.
Su boda.
Con su pequeño esposo. Su pequeño corazón.
Un suspiro lleno de nostalgia se le había escapado, mientras volvía a mirar a Magnus, perdido en esos ojos que no habían cambiado. Seguían siendo los hermosos ojos verde dorado que lo enamoraron aquella noche de tormenta.
Dejó una de sus manos recorrer un lado de su rostro, su mirada siguiendo fascinada en movimiento. Más de quince años habían pasado y Alec todavía amaba el contraste de sus pieles, la suavidad de la de Magnus, y cómo sus manos parecían hechas para él.
-Oye -la voz de Magnus era suave, mientras él mismo tocaba su mejilla-. Ya no estás solo, ¿sí? Estoy contigo, Alexander. Esto...tu padre, tu sacrificio, tu buen corazón -puso la mano sobre su pecho-, nos rompió a ambos, pero estamos juntos otra vez, nunca lograron separarnos ni hacernos olvidar, no van a hacerlo ahora. Nada va a borrar esos años de dolor, y será difícil seguir adelante después de eso, pero estoy contigo, ¿sí? Tú me salvaste esa noche de tormenta, me prometiste protegerme, pero es mutuo, Alexander. También estoy para ti -Magnus lo atrajo a un abrazo-. Todavía soy tu amigo.
Alec había intentado relajarse en el abrazo. No le mentía, dolía mucho menos si estaban juntos, hubo otros suspiros. "Eres más que mi amigo, Magnus, eres mi pequeño corazón, mi pequeño esposo".
-Ahora que... Si quisieras decirme qué disfraz usarás... Eso sumaría puntos...
Había se había reído, pero no dijo nada.
* * *
Llegando a su casa había encontrado a Max feliz con Izzy. Ambos en sus disfraces. Izzy era una princesa de disney -¿Jasmín?- y Max...
El disfraz de Max hizo reír a Alec. Era como verse él mismo muchos atrás, una edad parecida tenía cuando se casó con Magnus en un trajecito como ese.
Su teléfono había sonado. Era un número desconocido. Su ceño se había fruncido mientras abría el mensaje y el par de fotos.
Eran Max y Rafa. Y entonces Alec recordó que les había dicho que les mostraría su disfraz y ellos debían hacer lo mismo.
Había mensajes de voz también:
"Hola, Alec -era Rafa-. Max es un brujo azul".
Y sí, Max usaba un trajecito azul.
"¡Tita Alice nos prestó su celular! -era Max-. Rafa es un pirata. Tiene un parche en su ojo, ¿ves?"
Y había una foto también de Rafa con su disfraz de pirata.
Después dos mensajes:
Veo que te has ganado a mis nietos, Alexander. ¿Vas a dejarnos ver tu disfraz?
Me trae muchos recuerdos esto, mi niño. Bianca te manda saludos. Está ansiosa por verte mañana.
Alec sonreía como tonto al leer el mensaje. Había olvidado lo que era tener a alguien que te quiera. Sabía que Maryse lo hacía y era su madre, él también la quería mucho, pero el cariño que había recibido en Pequeños Ángeles era diferente.
Alec había enviado una foto de Izzy y Max y luego una donde dejaba ver parte de su disfraz, sin llegar a usarlo.
Escribió "Saludos a Bianca. Ansioso por verlas mañana" y un mensaje de voz para Max y Rafa: "Es sorpresa. No le digan a...Magus".
Y ese Magus había roto y, a la vez, reparado su corazón.
Y ahora estaba aquí, frente a un espejo de cuerpo completo, sintiéndose ridículo en un disfraz de vaca.
Tal vez esto fue mala idea.
* * *
Magnus estaba con Camille -disfrazada de vampiresa- al lado.
Bianca y Alice vestían a juego. Alice era Blanca Nieves y Bianca era...su princesa.
Max y Rafa estaban correteando alrededor con los otros niños.
Niños de Pequeños Ángeles todos disfrazados, jugando felices, mientras los demás niños llegaban con sus papás o tutores. Y era una gran señal de cuán felices eran en Pequeños Ángeles el hecho de que no se sentían tristes al ver a los demás niños con sus familias. Ahí eran una gran familia. Además, había invitados, y muchas veces solicitudes de adopción después de esta fiesta.
-Mags, ni siquiera me estás poniendo atención -se quejó Camille.
-Sí, sí lo hago -Magnus mentía completamente. La curiosidad lo estaba matando.
¡Sus niños y sus madres se habían negado a decirle qué foto les había mandado Alec!
-Eres un mentiroso terrible -Camille se rió. Todavía seguía en desacuerdo con el arreglo de Alec y Magnus, pero era su amiga y tenía razón, Magnus debía tomar sus propias decisiones. Ella estaría ahí cuando la necesitara, ya fuera su apoyo si salía mal o para ser feliz con él. O para enfrentar a la familia de Alec con él, incluido el tal Jace.
Magnus se rió también. Había pasado más de media hora y Alec no llegaba. -Voy a ver qué hacen Max y Rafa. Espera.
Camille se quedó recibiendo a las últimas familias.
Apenas Magnus se había ido, llegaron los dos Lightwood disfrazados de vaca y la princesa Jasmin.
Camille sabía de su "boda", así que entendía esa referencia, la importancia de la elección.
Magnus venía, sólo unos momentos después, detrás de Max y Rafa, ambos gritando "¡No, no, no!", "¡Es secreto, Magus!", "¡No puedes atraparnos!", "¡Un gato no puede contra un brujo y un pirata!".
Magnus detuvo lo que fuera que iba a decir cuando su mirada se cruzó con la de Alec.
Como si lo hubieran planeado. Alec usaba un disfraz de vaca y él de gato. Una década y media después de su boda, volvían a usar sus trajes.
CONTINUARÁ...
La fiesta de disfraces por fin 🙌 ¿Qué creen que pasará?
Y el maratón es para Gen H 😻
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Mi pequeño corazón (Malec)
FanfictionTERMINADA» ¿Quién dijo que había que crecer para entregar el corazón? ¿Quién dijo que sólo los adultos pueden amar, cuando los más sinceros y puros sentimientos vienen en nuestra infancia? Porque Alexander Lightwood había dado su pequeño corazón a a...