Magnus seguía con Alec e Izzy cuando sus padres llegaron.
Bianca no había venido todavía por él porque aún no era la hora acordada.
Los gritos llegaban hasta la habitación de Alec donde los tres niños estaban viendo fotos de él en Francia. -¡Tienes que venir, Magnus! -estaba diciendo Alec que había sido mucho más feliz este par de días con él que todos los años en Francia-. Contigo sería mucho mejor, todo contigo es mejor siempre.
Las manos de ellos estaban unidas, ambos estaban acostados uno frente al otro. La pequeña Izzy tomó la cámara, donde estaban viendo las fotografías, y tomó una de ellos.
Sus manos unidas y la forma en que se miraban sólo uno al otro, como si no existiera nada más en el mundo que ellos.
Isabelle tal vez era sólo una niña de seis años, pero esperaba encontrar a alguien que la quisiera como Magnus y Alec se querían, ellos eran mejor que los cuentos de hadas y las películas románticas.
Ellos estaban pidiéndole ver la foto, ahora sentados frente a ella, aunque sin soltarse de las manos, cuando los gritos comenzaron:
<<-¿Siete años más, Robert? ¡Ese es mucho tiempo!
-Han estado ya años en Francia y míralos, ya no son los chiquillos incultos que recogimos y no podrían estar mejor. Creo que a ti y a Isabelle les hará bien pasar tiempo allá.
-Robert -Maryse bajó la voz-, por favor, no a un Internado. Déjalos al menos en escuelas normales, ¿podemos venir de vacaciones algunas veces?
-No. Estoy empezando con nuevas sucursales en París y se necesita mi presencia allá los primeros años. Y no voy a dejar a mis hijos aquí contigo, volveremos cuando yo pueda hacerlo.
-Pero... ¿un Internado, Robert?
-No sé de qué te quejas tanto. Yo estudié ahí, fue perfecto...
-Robert -la voz de Maryse se volvió dulce, ella todavía amaba a su marido...a pesar de todo-, tus padres habían muerto, tus abuelos no podían hacerse cargo de ti. Era diferente. Ellos nos tienen a nosotros...
-Ellos tendrán la mejor educación. Ve y haz las maletas, nos vamos hoy mismo, o puedes quedarte tú, es tu decisión...>>
Los ojos de Alec y Magnus estaban llenos de lágrimas, estaban ya abrazados, aferrados uno al otro...
...cuando un Jace muy alegre entró sin tocar.
Iba a gritar ¡Volvemos todos a París! cuando vio a Magnus.
De nuevo parecía aquel niño que llamaba "Cobarde" al pequeño Magnus por llorar, el que dijo que "Magus es un nombre tonto", "Nos van a llevar, tendremos una familia, y él no".
El niño que quería a Alec sólo para él, su amigo, su hermano, no para Magnus.
Su ceño se frunció e iba a salir y avisar a su papá cuando Isabelle brincó de la cama y cerró la puerta y le susurró "Si tú le dices a Robert, si arruinas su despedida con Magnus, Alec te va a odiar. Incluso Alec, con su gran corazón, nunca te va a perdonar si arruinas esto".
Jace sólo frunció los labios, después de un "Jum", negándose a mirarla a ella ni a su hermano con el huérfano.
-Te vas otra vez -sollozó Magnus.
Alec lo abrazó fuerte, las lágrimas corriendo por sus mejillas, pero encontró su voz porque él era fuerte, él siempre sería valiente por Magnus como esa noche de tormenta prometió, él siempre iba a cuidarlo.
-Pero voy a volver. Yo siempre voy a volver, Magnus.
-Tu mami dijo "años", Alec.
-¿Me vas a olvidar? -Alec tuvo que preguntar. Él había aguantado años lejos de Magnus porque se veían y se escribían, no podía irse si él iba a olvidarlo...podían irse juntos mejor, sin familias otra vez, ¿podían volver a Pequeños Ángeles y dormir juntos otra vez?
Pero Magnus interrumpió sus pensamientos con sólo cuatro palabras: -Yo nunca te olvidaría.
-¿Seguro? -ambos se miraron con ojos llenos de lágrimas.
Magnus tomó la mano izquierda de Alec y la llevó a su propio pecho. -Tu corazón.
Y luego llevó la suya hasta el de Alec. -Mi corazón.
Alec sonrió, aun con lágrimas en los ojos. Era cierto, ellos habían dado su corazón al otro.
-¿Aunque pasen años? -insistió Alec.
Magnus se veía muy serio, mucho más que sus ocho años. -Aunque pasara una vida. Si empiezas a olvidar, o lo hago yo, sólo pon la mano sobre tu corazón y recuerda que son mis latidos, que sigo esperando aunque tardes mucho en volver.
Alec sonrió. -Porque eres mi príncipe y mi esposo.
Magnus asintió. -Y tú el mío. Y voy a esperar a que vuelvas y me rescates para siempre.
Alec tomó a Mu y se la dio a Magnus. -Para que nunca me olvides, yo me quedo a Presi para acordarme de ti, de tus ojos...
Esos juguetes que pasaban de uno al otro varias veces, como sus caminos juntándose y separándose, hasta estar juntos definitivamente.
-Voy a volver -prometió otra vez Alec.
-Lo sé -Magnus sonrió.
Y esta vez no hubo peticiones. Ambos se acercaron por un último beso.
Maryse entró en ese momento, los rostros de sus hijos les dijeron que ya sabían, miró a Magnus y recordó que debía llamar a Bianca antes de que se fueran.
Jace salió corriendo.
Sólo entonces Magnus y Alec lo notaron.
-Izzy se apresuró a decir: -Él no dirá nada. Porque el malec es irrompible.
-¿Malec? -preguntó Maryse. Recordaba esa palabra, pero...¿de dónde?
-Magnus y Alec -Izzy los señaló-. Malec.
Ambos se sonrieron. -Malec.
Como ese pequeño dije de corazón que un día volvería a ellos.
CONTINUARÁ...
Me preguntaron cuántos capítulos serán de esta parte, creo que 17 o 18, faltan cosas importantes en la vida de ambos, no precisamente malas, no se preocupen 🙈
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Mi pequeño corazón (Malec)
FanficTERMINADA» ¿Quién dijo que había que crecer para entregar el corazón? ¿Quién dijo que sólo los adultos pueden amar, cuando los más sinceros y puros sentimientos vienen en nuestra infancia? Porque Alexander Lightwood había dado su pequeño corazón a a...