6. Feliz cumple, Aleg

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Era el cumpleaños número tres del pequeño Alec.

Estaba igual de ansioso que cuando venían con donaciones, o tal vez más. No había dejado dormir a Magnus. Se había metido en su cama aunque no estaba lloviendo, ignorando las quejas de Jace sobre que "Tu cama es esa".

Alec se había abrazado a Magnus y le dijo: -¡Mañana cumplo tres, Magus! Tres, ya seremos iguales tú y yo.

Magnus le había dado un besito. "Por tu cumple", "Pero todavía no es", "Entonces mañana te doy otro" Magnus sonrió mucho, una sonrisa traviesa, mariposas en su pancita, los ojitos de Alec se entrecerraron, luego Magnus le hizo cosquillas, y Jace los calló, "No me dejan dormir".

Pero Alec estaba tan ansioso, porque siempre les hacían un pastel a los niños en su cumpleaños -cuando lo sabían, o el día que habían llegado ahí cuando no-. Alec no pensaba en que llevaba ya tres años ahí, él pensaba en que habría pastel y tendría a Magnus. Magnus había tenido que prometerle un regalo, "Sólo si te duermes", para que por fin sucediera.

Alec estaba por todo el Orfanato, dando saltitos, diciendo a todos que era su cumpleaños y "¡Magus me tiene un regalo!"

Jace le había dado dos chocolates, le dio el suyo porque sabía que Alec siempre le daba el suyo a Magnus, y quería que él también tuviera uno. Después se la pasó refunfuñando y dando malas miradas a Magnus.

-Seguro no te da nada, porque no tiene nada -le dijo a Alec cuando estaban dándoles un trozo de pastel.

Alec lo ignoró. Pidió dos y fue a buscar a Magnus. Él sabía donde estaba. Bajo la cama.

Magus se metía ahí cuando estaba triste.

-¿Por qué estás triste, Magus? -Alec hizo un puchero después de arrastrarse ahí dentro con los pasteles-. ¿No me quieres? Es mi cumple.

Magnus escondió su carita con lágrimas entre sus bracitos, en su manita el gatito que iba a darle a Alec. Era suyo, pero quería regalárselo. Luego recordó cuando su mami le decía "Tus ojos son feos, como los de un gato, como los de el maldito de tu padre". Magnus no entendía, porque su papá no tenía ojos así.

Alec se arrastró más cerca de él, con más pucheros, el pastel olvidado. -¿Magus?

-Ten -Magnus le dio el gatito.

Alec no lo veía bien ahí abajo de la cama, pero lo reconoció como el que le habían dado a Magnus en su primer mes -bueno se lo habían dado a él, pero Alec se lo cambió por la vaquita que le tocó a Magnus-. Después se había arrepentido porque, aunque amaba las vaquitas, el gatito tenía ojos del color de los de Magnus.

-¡Gracias, Magus! -Alec lo abrazó fuerte-. El gatito tiene ojos como los tuyos.

-Son feos -dijo Magnus, con voz rota, recordando las palabras de su mamá.

-No es cierto -Alec, sin saberlo, arregló un mal recuerdo-, los gatitos son bonitos, tus ojos son bonitos. Tú eres mi gatito favorito, Magus.

Magnus sonrió, olvidando que sus ojos eran "feos". Le dio a Alec el besito prometido. -Feliz cumple, Aleg.


CONTINUARÁ...

Siguiendo este maratón 🙌 y se me olvidó decirles, el otro que más pidieron fue La estrella de Magnus ❤

¡Pregunta! Yo lo estaba considerando, y varios me han preguntado, ¿quieren que escriba de ellos después de su infancia?

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora