Sat on a roof, named every star,,shed every bruise and, showed every scar. Sat on a roof, your hand in mine, singing "Life has a beautiful, crazy design" and time seemed to say "Forget the world and all its weight". Here I just wanna stay, amazing day ❤
[Nos sentamos sobre un tejado, pusimos nombre a cada estrella, compartimos cada moratón, y mostramos cada cicatriz. Sentados sobre un tejado, tu mano sobre la mía, diciendo que la vida tiene un hermoso y loco diseño. Y el tiempo parecía decir "Olvídate del mundo y su peso". Y aquí simplemente quiero quedarme, un día asombroso...]
👆 recomendación ❤
* * *
Ambos sentían ese abrazo como volver al hogar después de mucho tiempo. Esa sensación de poder respirar mejor, llevar más aire a tus pulmones, sonreír con más facilidad, sonrisas de verdad, de esas que salen del alma. Y eso, eso sentían ellos mientras los brazos de uno se aferraban con fuerza al otro. Era un abrazo que dolía y, a la vez, curaba. Era como una caricia más allá del contacto físico, al corazón y al alma. Aquello a lo que sólo unos cuantos pueden llegar.
Magnus cerró los ojos, lágrimas resbalando por sus mejillas, se alegraba de que por el abrazo Alec no pudiera verlas. No podía dejar de repetirse las palabras de Alec y sentirlas:
<<En palabras simples. No, yo no quería dejar de ser tu amigo, siempre lo fui, incluso si tú creías lo contrario. ¿Qué si pensé en ti? ¿Qué si te extrañé? Cada maldito segundo, Magnus, dormido o despierto, cada segundo pensé o soñé contigo, cada día me hizo falta mi pequeño corazón.>>
Alec no mentía, él lo sabía, lo veía en sus ojos, lo sentía en su corazón. Magnus metió una de sus manos entre ambos, sintiendo el latido de los dos. Habían pasado cuatro años, pero, por dios, se conocían desde que tenían tres, Alexander Lightwood era su pequeño corazón, y lo conocía de verdad. Algo había pasado, hubo una razón para que sus corazones se rompieran durante tanto tiempo.
Una de las manos de Alec acariciaba inconscientemente un lado del cuello de Magnus. Cuatro años separados es mucho, cambiaron, crecieron, lo sentía mientras estaban ahí. Alec había terminado casi encima de Magnus, sobre su regazo, parpadeó las lágrimas cuando se dio cuenta, sus mejillas muy rojas, empezó a bajarse, pero las mano de Magnus en sus caderas lo detuvieron.
-Dime.
Alec tragó, evitando su mirada, mordisqueando sus labios. Obviamente tenía que decirle todo, pero, ¿ahora mismo?
Empezó a arrancar la hierba con una de sus manos, hasta que sintió un golpecito en su mano y miró boquiabierto al culpable. Magnus no se veía para nada arrepentido, incluso sonrió, señaló el pasto que Alec estaba arrancando y luego tocó su nariz con su índice. -Deja eso, Alexander, y habla conmigo.
Alec sonrió, a pesar de las lágrimas, a pesar del dolor en su pecho. La sonrisa de Magnus -con suerte, algún día, su Magnus otra vez- era contagiosa, y esa luz en sus ojos, su mirada era mágica.
Alec se rió ante su pensamiento infantil y, por fin, avergonzado, se bajó de Magnus y se sentó frente a él. No pudo mirarlo, siguió arrancando hierba y su otra mano se posó en la rodilla de Magnus.
-Yo no quería dejar de ser tu amigo -nuevas lágrimas inundaron sus ojos-, t-tú... -se detuvo con un suspiro tembloroso-, tú no podías creer eso -lágrimas resbalaron y nublaron su vista cuando volvió a mirar a Magnus-, después de todo lo que vivimos, después de entregarte mi corazón, después de casarte conmigo -los dos rieron ante el recuerdo-, eras mi mejor amigo, mi pequeño corazón, mi esposo, Magnus, yo no quería alejarte nunca.
Magnus sentía sus ojos también húmedos mientras limpiaba las mejillas de su pequeño corazón. -Dime entonces por qué.
Alec mordisqueó su labio y evitó su mirada de nuevo. Había ya montoncitos de pasto arrancado a su lado. -Hay una razón por la que tuve que hacerlo, Magnus, y no te la dije en cuanto nos reencontramos porque hablé con Izzy...
-No estoy entendiendo nada, Alexander.
Alec suspiró. -Mira, hubo una buena razón, pero no quiero escudarme en ella, que pienses que es un pretexto. Así como quiero ganarme una segunda oportunidad contigo, de conocerte y que me conozcas, estos que somos ahora, por mis méritos y no por los recuerdos... Así también quiero ganarme tu perdón sin excusarme en lo que me hizo tomar la decisión antes...
Se detuvo cuando sintió los dedos suaves de Magnus en su barbilla, moviendo su rostro para que se enfrentaran. Había seriedad en la expresión de Magnus, pero su mirada era dulce, como siempre lo fue para él. -Entiendo tu punto y, aunque no sé lo que te obligó a tomar esa decisión, tal vez tengas razón, si hubieras llegado alegando tu inocencia...me habría molestado, porque estaba herido. Todavía lo estoy -Magnus se acercó, frotando el pecho de Alec con su mano libre- y probablemente lo estaré mucho más. Honestamente, cuando nos reencontramos estaba divido entre golpearte y pedirte una explicación, gritarte cuánto daño me hiciste, o correr, correr lejos e intentar no recordarte más, pero no se puede, no puedo olvidar. Y después de estos días, me doy cuenta que no puedo hacerlo, tú me haces volver a respirar. No puedo asegurarte que entienda tu razón, pero puedes estar seguro que eso no va a cambiar los días que ya te prometí, dos semanas, ¿recuerdas?
Alec asintió.
-Tampoco eso me hará decirte que esta todo olvidado y te quiero de regreso, puedes estar tranquilo, pero, Alexander, quiero toda la verdad. Si tú realmente quieres arreglar esto, dime todo ahora. Todo.
Los labios de Alec temblaron, recordando aquel día, hace cuatro años. No era lo que pensaba decir, pero era lo que sentía, y las palabras salieron solas: -¿Puedes abrazarme? Por favor.
Necesitaba estar en sus brazos, necesitaba sentir su corazón para poder hacerlo.
Magnus lo miró sorprendido, sus ojos muy abiertos, no esperaba eso después de lo que había dicho. Alejó sus manos de Alec, lentamente, y luego abrió sus brazos.
Alec suspiró, aliviado, su mano dejó de arrancar la hierba y con la otra, la que estaba en la rodilla de Magnus, se impulsó para lanzarse a sus brazos, para volver a su lugar favorito en el mundo.
Hubo un par de suspiros y dos cuerpos relajándose, corazones tranquilos. Alec habló después de unos minutos. Sólo un susurro: -Aquella tarde, cuando recibimos la llamada, cuando te grité te quiero, fuimos a casa. Mamá estaba tan feliz, iba a tener un hijo biológico por fin. Incluso Robert sonreía. Después él me llamó para hablar conmigo, yo como tonto creí que me diría que me quería, que tener un hijo propio no cambiaría eso. No sucedió, obviamente. Robert me dijo que si quería que mi mamá estuviera tranquila y conservara el bebé al nacer, yo debía alejarme de ti. Si yo te seguía viendo, él le quitaría al bebé, Magnus. Yo no podía. Yo... Yo... Yo lo siento tanto. Creí que era lo mejor para todos, pronto me di cuenta que no...
CONTINUARÁ...
Ya lo dijo, ¿cómo creen que reaccionará Magnus? 💔
Hola, maratón esta semana 🙌 y los invitó a leer "GEN H", es una temática completamente diferente, pero también hay un pequeño Alec 😻:
ESTÁS LEYENDO
Mi pequeño corazón (Malec)
FanficTERMINADA» ¿Quién dijo que había que crecer para entregar el corazón? ¿Quién dijo que sólo los adultos pueden amar, cuando los más sinceros y puros sentimientos vienen en nuestra infancia? Porque Alexander Lightwood había dado su pequeño corazón a a...