5. Nuevo hogar

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Bianca llegó a Pequeños Ángeles.

Alice sonrió cuando la vio.

Cristie frunció el ceño y se adelantó para correrla, cuando un hombre alto apareció junto a ella.

-Licenciado Morrison -extendió su mano hacia la directora del orfanato.

Cristie tuvo un momento de pánico, ¿la habría denunciado alguna de las empleadas? Ella sólo hacía lo necesario para que los niños fueran fuertes...

Entonces el hombre señaló a Bianca y después a Alice que tenía al pequeño Magnus de la mano. -Soy representante de las señoras. Traemos los papeles para la adopción que Magnus.

-¡Siii! -la sonrisa y el salto de alegría de Magnus fueron tan grandes, tan de felicidad y alivio que los ojos de Alice se llenaron de lágrimas. Parpadeó rápidamente para apartarlas y no mostrarse débil ante Cristie.

-¿Adoptar quien? -la voz de Cristie era tan fría como su mirada.

El licenciado la miró como si fuera tonta. -Las señoras aquí presentes.

Bianca sonrió ampliamente y se agachó para tomar a Magnus en sus brazos. Cristie se interpuso. -Dos enfermas no van a llevarse a ninguno de mis niños y mucho menos éste.

Los labios de Magnus empezaron a temblar, sus ojitos llenos de lágrimas. ¿Ya no iba a tener mamis?

Pero el licenciado Morrison ni parpadeó siquiera. Le ofreció una carpeta llena de documentos. -Es la autorización de un juez para que estas dos mujeres, que están legalmente casadas y cumplen con todos los requisitos para cuidar de cualquier niño, puedan adoptar a Magnus. No es una pregunta ni se están postulando para la adopción, es un hecho, venimos sólo por el niño.

Alice le dijo a Magnus que fuera por sus cosas, su pijama de gatito y su Presidente, para poder irse, mientras ellas firmaban los últimos documentos. Magnus corrió feliz. ¡Ya tenía familia, dos mamis que eran buenas e iban a quererlo mucho! Y además vería a Alec. ¡Era el día perfecto!

-Esto no se va a quedar así -les siseo Cristie, firmando furiosa la carta de adopción.

Bianca sonrió. -Puede apostar a que no. Usted maltrata física y psicológicamente a estos niños, abusa de su posición. Si Alice no hizo nada hasta ahora, fue porque no quería alejarse de Magnus, pero ahora... Ahora vamos a demandarla para que sea retirada de su cargo.

-¡Estás despedida! -le gritó a Alice-. No quiero volver a verte por mi orfanato.

Alice no quería dejar a los niños, pero al menos ya habían hecho la demanda, pronto irían a Pequeños Ángeles y, viendo a los niños, seguramente sería destituida, entonces ella pediría ese puesto.

Magnus iba agarrando las manos de sus dos mamis, con una gran sonrisa, saltando entre ambas. Bianca y Alice se miraban entre ellas y después a su hijo.

Todo era perfecto.

-Mami Alice -Magnus hizo un puchero-, ¿puedo decirte mami? ¿Y a mami Bianca?

-Claro que sí, mi amor, somos tus mamis, eres nuestro bebé, Magnus.

Magnus extendió sus brazos hacia Alice. -¿Ahora cómo sabrá Aleg dónde estoy? -preguntó cuando ella lo abrazó.

Bianca abrazó a ambos, besando ruidosamente la mejilla de Magnus y después dejando un suave beso en los de Alice. -Vamos a avisar a Maryse y a invitarla a nuestra casa.

-¿Casa? -los ojitos de Magnus brillaron por la palabra.

-Sí, Magnus, ahora tienes una familia y una casa, un hogar.

Magnus sonrió. Tal vez ese era el castillo que iba a compartir con su pequeño príncipe.

* * *

Estaban sentados alrededor de la gran mesa de los Lightwood. Maryse e Izzy con elegantes vestidos, Jace feliz con un trajecito como el de su padre, los ojitos de Alec estaban enrojecidos, Robert no lo dejó usar su pijama de vaca.

Parecía más una junta de negocios que una fiesta infantil.

-Vamos a ir a Francia -avisó Robert a media comida. Todos, excepto Jace, se sorprendieron, incluso Maryse.

-¿Cuándo?

-Hoy mismo.

-Voy a empacar -Maryse se puso de pie-. Vamos Alec -aunque lo que pretendía era hacer una videollamada a Alice y adelantar la visita. Merecían verse aunque fuera una vez.

Robert la hizo sentarse con sólo una mirada. -No hay que empacar nada. Este viaje es un regalo para mi hijo -señaló a Jace-, le compraré todo lo que haga falta allá.

Maryse respiró más tranquila. No quería dejar pasar mucho tiempo a sus hijos con Robert, pero Jace podría soportarlo más que Alec o la pequeña Izzy.

-Papá Robert -Jace habló con lentitud, pronunciando todo correctamente-, ¿puede Alec venir, por favor?

Los ojitos azules de Alec se abrieron demasiado, miró a su mami. ¡Él no quería ir a Fansa, él iba a visitar a Magus hoy!



CONTINUARÁ...

¿Será que Robert se lleva a Alec? 😭

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora