6. ¡Es el destino, Alec!

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Solía tener miedo a las tormentas. Hasta que me di cuenta que con una tormenta tienes una advertencia. Ahora la calma es lo que temo.
(E.F.)

* * *

-¡Siii! -Max Lightwood iba feliz, una de sus manos llevando la de cada uno de sus hermanos mayores. Isabelle iba a su izquierda y Alec a su derecha.

Cuando Izzy le había preguntado si quería ir a una nueva escuela y tener un maestro brillante, su respuesta había sido un rotundo "¡Sí!".

"¿Cómo se llama?" había preguntado esta mañana, antes de que se dirigieran a Pequeños Ángeles.

"Magnus -había dicho Izzy, con un guiño hacia Alec- y será el mejor profesor que puedas tener".

"¿Magus?" aquellos ojitos grises de Max se habían abierto enormes.

Y claro, pensó Izzy, Max ya conoce a Magnus. "¡Sí! Él. ¿Te gustaría que él sea tu profesor?".

Y de ahí el emocionado "¡Siii!" del pequeño Max.

-¿Izzy? -Alec sintió sus nervios crecer mientras se acercaban a la entrada de Pequeños Ángeles. Nervios, miedo, nostalgia, tantos recuerdos. Nunca se imaginó volviendo aquí.

-¿Qué?

-No creo que Alice y Magnus acepten esto.

-¿Por qué no? No sé si lo sepas, pero lograron llevar a cabo su plan de estudios incluyendo niños que no son parte de Pequeños Ángeles, así que Max puede aplicar...

-Me refiero a que Magnus no aceptará a Max, específicamente a él, un Lightwood, hermano de quien le rompió el corazón.

Isabelle ya estaba tocando el timbre de Pequeños Ángeles. -Lo hará como un favor a alguien que él quiere mucho.

Alec hizo una mueca, sintiendo un dolor en el pecho. -No creo que Magnus, después de cuatro años, me quiera todavía y esté dispuesto a hacerme un favor.

Isabelle mordió su labio inferior mientras tomaba a Max en brazos y volvía a tocar. -Alec, yo... Uh... Me refería a mí. Un favor para mí.

-Ah -Alec hubiera querido no demostrar su decepción, pero no pudo.

Aunque no tuvo mucho tiempo para regodearse en su dolor porque una chica rubia de ojos verdes les abrió. -¡Hola! -ella estaba muy animada. Miró a Izzy y a Max-. ¿En qué puedo ayudarles?

A Alec no le cayó bien, supo con sólo verla quién era. -Queremos hablar con el profesor Bane.

Aquellos ojos esmeralda lo recorrieron y ella también lo reconoció. Sonrió mientras preguntaba: -¿Mags los espera?

Alec hizo una mueca, pero Izzy se adelantó. -De hecho, sí. Le llamé hace un rato y dijo que nos recibiría. Dile que Isabelle Lightwood está aquí.

Camille intentó no perder su sonrisa y los hizo pasar. Pequeños Ángeles estaba en calma, mientras los niños estaban en sus clases. Alec miró a su alrededor, muchas cosas habían cambiado, pero todavía sentía que podía cerrar los ojos y verse con Jace y con Magnus, su Magus. En aquellos tiempos felices.

-¿Izzy? -la voz alegre de Magnus sacó a Alec de sus pensamientos.

Volteó a tiempo para ver a Magnus ir hacia Izzy y besar su mejilla, darle un medio abrazo antes de revolver el cabello de Max. -¿Y tú otra vez, pequeñito?

Magus! -Max, como si lo conociera de toda la vida, alzó sus brazos hacia él.

Magnus se rió mientras lo abrazaba. Todavía no había visto a Alec a unos metros de ellos.

-¿Qué es lo que necesitas? -le preguntó a Izzy.

Isabelle hizo un puchero y sus ojos llenos de chantaje se dirigieron a su amigo. Alec conocía esa cara. -La cosa es, Magnus. Mis padres y Jace se fueron a Francia unas semanas. Alec está en la universidad y yo tengo...cosas importantes que hacer. No quiero dejar a Max con una niñera o alguien que no conozco. ¿Crees que podrías aceptarlo en tus clases sólo por unos días? Por favooorr.

Magnus claramente estaba dudando.

-Por favor, Magnus. Max es muy importante. Sólo en ti confío. Yo estaré a tiempo para venir por él a la hora que tú me digas.

-¿Estaría en contacto sólo contigo, entonces? Ni tus padres o...

-¿O yo? -Alec habló entonces, acercándose a ellos, sosteniendo aquella mirada verde dorada como si no sintiera sus piernas temblar y su corazón latir como loco.

Magnus sintió que se perdía en esa mirada celeste que, a pesar del tiempo y la distancia, conocía tan bien. -O tú.

-Seré yo quien lo traiga y venga por él -Izzy se metió entre ellos. Por favor. De verdad es importante y Max ya te ama. ¡Dile Max! ¡Dile que amas a Magnus!

Max, sin entender qué pasaba, aplaudió como su hermana mayor. -¡Amo Magus!

Los ojos de Alec y Magnus se llenaron de lágrimas. Alec dijo algo como "Te espero afuera" y Magnus aceptó ser profesor de Max por unas semanas. -Ven por él a las tres, Isabelle. .

Isabelle parpadeó con fingida inocencia. -Por supuesto, Mags. Pórtate bien, Max. Vas a estar en clases con Magnus, vas a tener amiguitos nuevos. Y yo voy a venir por ti más tarde, ¿sí?

-¡Siii! -el entusiasmo de Max era contagioso.

Isabelle encontró a Alec en el auto. Sus ojos enrojecidos. -No quiere ni verme.

-Sí. Bueno. No podemos culparlo. Dale tiempo. No va a perdonarte con unos minutos que vuelvan a estar juntos. ¡Tienes trabajo que hacer, hermano!

-¿Y cómo va a ser eso, si ni siquiera quiere verme? Ya dijiste que tú vendrás por Max.

-Sí -Izzy dio un falso suspiro-. A menos que yo tenga un contratiempo y seas tú quien venga por Max. El destino, Alec, el destino.


CONTINUARÁ...

Mi pequeño corazón (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora