Mi pequeño corazón (Malec)

11. Abrazos como los tuyos

-Magnus -Alec sentía un nudo en su garganta y los ojos llenos de lágrimas mientras Magnus lo abrazaba con fuerza.

Magnus. El niño que lloraba aquella noche de tormenta. Magnus. El niño que le dio su primer beso. Magnus. Con sus hermosos ojos de gato. Magnus. Con una sonrisa siempre. Magnus. Con abrazos fuertes y cálidos como ahora.

Magnus. Su Magnus. Magus.

Alec cerró sus ojos y se dejó envolver por el momento. No había nada que quisiera más que a Magnus, su pequeño corazón, su príncipe, su esposo, envolviéndolo en sus brazos.

Era perfecto. Ningún abrazo se sentía igual.

Magnus sentía su corazón y el de Alec latir frenéticos. Uno contra el otro. Habían crecido, más de tres años sin poderse abrazar, sin verse, sin poder tocarse. Habían crecido, eran más altos ahora, sus voces cambiaron, y seguían encajando como cuando eran dos niños huérfanos en Pequeños Ángeles.

Alec tenía su rostro enterrado en el hueco de su cuello, sentía su aliento erizar su piel, y las lágrimas resbalar hasta él. No le importó, porque él también estaba llorando. Pero no era un llanto triste como el del cielo, lloraba de felicidad, porque estaba con su corazón otra vez.

Magnus quería preguntar. ¿Cómo está mi corazón? ¿Cómo ha estado todo este tiempo? ¿Cómo estuvo estos años en Francia?

Pero no podía, el nudo en su garganta le impidió hablar. Así que sólo metió su mano entre ambos cuerpos, sobre el pecho de su príncipe. Alec sorbió y asintió, intentó sonreír, balbuceó un "Bien" y Magnus lo entendió. Su corazón estaba bien.

Magnus le sonrió, ahora mirando esos hermosos ojos azules que en videollamadas no brillaban como ahora. Aunque podían ser también las lágrimas. Magnus empezó a limpiarlas con cuidado, con las yemas de sus dedos, acariciando la piel de sus mejillas.

Alec atrapó sus manos. Mirándolas un momento, seguía amando la diferencia de su piel, los distintos tonos. Sonrió tímidamente cuando levantó su mirada y se encontró a Magnus mirándolo fijamente. Sus mejillas se tiñeron de rojo, ardían con la vergüenza, la duda.

Ya no tenían tres años, o cuatro. Tenían ocho, ya eran niños grandes, ¿estaba mal si lo pedía?

Sentía que su corazón iba a salir de su pecho para volver a Magnus. Y su cara estaba tan caliente. Su voz era un susurro cuando lo preguntó "¿Beso?"

Y la sonrisa de Magnus fue enorme antes de adelantarse y aplastar sus labios en un beso rápido.

Y Alec suspiró. Su corazón feliz y su estómago llenó de mariposas. -No te traje una flor -le dijo apenado, recordando sus viejas costumbres.

Magnus lo soltó y Alec tuvo miedo, ¿se enojó porque no le trajo una flor?

Pero Magnus sólo fue a recoger el chocolate. Se lo dio con un guiño. -Ahora yo robé uno para ti. Soy tu ladrón de chocolates.

Y Alec se rió. La que sintió como la primera risa que salía de verdad desde su alma en años.

-Te extrañé mucho, Mag...us -no pudo evitarlo.

Magnus sintió sus ojos húmedos de nuevo, mientras volvía a abrazarlo. -Yo también...Aleg.

CONTINUARÁ...

Díganme que les gustó este capítulo 😭 casi lloré, Maleg ❤