Jonathan Kent contuvo las ganas de reírse de su novio pues sabía que este iba a ponerse como una vela si a él se le ocurría dejar escapar un solo soplo de aire de su boca ¡Pero era tan cómico!
Ver al arrogante, elevado, orgulloso y aristocrático Damian Wayne con un delantal de cocina, pegotes de masa en el pelo, expresión de sorpresa por verlo, un bowl con algo que parecía masa... que trataba de parecer masa... y otras cosas que no se atrevía a apreciar porque Damian cubría la mesa con su cuerpo, haciendo de separador de la mesa y Jon.
¿Y Jon?
Él solo estaba frente a Damian, tratando de no reír, porque las manchas de harina en el rostro de Damian eran graciosas, porque las mejillas de su novio estaban sonrojadas, porque ese día era el cumpleaños de Jon y él... él solo podía sonreír enternecido tratando de no reír porque adivinaba lo que el mayor había tratado de hacer pero trataba de no mostrarlo para no alterarlo más.
-Ni una palabra, Kent –amenazo el mayor, con el cucharon de madera moviéndose de un lado a otro en su mano... y Jon solo contuvo un poco más la risa, las mejillas amenazando con explotarle por lo llenas de aire que estaban y Damian apretando los labios con las mejillas incendiándose un poco más a cada segundo.
-Kent... -amenazo Damian y Jon, para evitar algún lio le echo los brazos al cuello, abrazándole con fuerza y el cuerpo temblando entre espasmos de risa...
-Perdón, perdón... de verdad...-reía sin dejar de abrazarle
Se calmó al cabo de unos segundos, pero no se separó, adivinando que el otro debía estar molesto como mínimo... y antes de separarse susurro.
-Gracias –era apenas un hilo de voz, antes de alejarse y verle la cara, la hermosa cara.
Damian solo tenía las mejillas levemente sonrojadas y una ceja elevada, mirándole sin saber que pensar de él.
-Vístete, iremos a comer fuera –declaro, sin mirarle y salió de la cocina...
Jon no dejo de sonreír en todo el día.
