Hiraeth
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Cuando Damian apoyaba la cabeza contra el pecho de su amante tendía a olvidar cosas, el corazón se le aplacaba y los miedos retrocedían respetando que las bajas pasiones morían para contenerse en los brazos de quien sostenía al que alguna vez pudo ser el gobernante del mundo entero.
Damian solía echar la cabeza hacía atrás con gesto debil y anhelante, los labios temblorosos entreabriendose en una invitación evidente cuando se sostenía de los brazos contrarios y cerraba los ojos con tranquilidad.
Antaño había sido el príncipe que alguna vez heredaria el imperio de su abuelo. El hombre que conquistaria el mundo y lo guiaria a una nueva era.
No había ocurrido así.
La liga cayo con los últimos resguardos de la resistencia humana tras la destrucción que el ejecito kriptoniano había causado tras haber llegado a conquistar el mundo de los hombres.
Los heroes lucharon.
Los gobiernos trataron de sostenerse.
Y entonces.
Entonces Kal El había tomado conocimiento del joven que trataba de sostener lo poco que quedaba de sus hombres.
Un susurro en la noche.
Una espada golpeando contra el suelo.
La amenaza de forzarlo en la arena.
Los ojos ardiendo de ira y temor.
Temor de perder su orgullo. El último rezago de su dignidad.
Le habia retenido tratando de averiguar la información que tenía en la mente aunque el chico no soltara nada de buen grado... Y cuando soltaba algo era información a menudo falsa.
Resultaba frustrante.
Atractivo.
Y una noche de muchas. En que buscaba alguien que no fuera a hablar se acerco a él. A su celda. Y vio sus ojos claros de mar atormentado.
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Un día no le hablo.
Un día le pidió un beso.
Un solo beso.
El AlGhul le observo y le ofreció la misma boca que había escupido interesantes ofensas en su contra.
Ese día Kal El comprendió que se daba inicio uno de los mas peligrosos juegos que podían pensarse.
No era tonto.
Pero no podía imaginar sus razones y por ello fue fácil para el otro dominarlo.
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Porque Damian estaba enamorado.
"Un beso"
No era la primera vez que le pedían un beso.
Él que se lo había pedido la primera vez había sido un jovencito de cabellos de fuego.
Un muchacho que antes de decirle adios le había pedido un beso como despedida.
Había temblado cuando el alien se lo había pedido.
Y por eso se lo había dado. Por el brvee instante en que retorno a un tiempo mas feliz que aquel.
Era estupido de su parte.
Era tonto resistir porque la guerra la habían perdido los humanos más aquello no le impidio retornar a ese tiempo feliz.
Un beso por un recuerdo de la unica vez que había amado.
Era débil . en lo profundo.
Cedió la boca y el cuerpo sin saber que un movimiento solo serviría para agregar un espía en la cama del tirano.
Aunque lo único que él buscaba... Era recuperar aquello que ya había perdido.
Eso que ya no existía.
Colín.
