secreto 2

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Nunca preguntaba por sus amantes pasados, aunque sabía bien, conocía a algunos, era fácil distinguirlos de lejos prque le observaban del mismo modo, antiguo afecto teñido de algo muy semejante al odio, al deseo, o a la desesperación.

No le sorprendía, porque Damian era una hoguera cuando sentía alguna cosa, no era por tanto extraño que arrastrara a cualquiera a sentir de formas violentas.

-¿En que piensas? -la voz de su joven amante le arranco de su abstracción, le observo acariciando su mejilla con cuidado, la primera vez que le había visto no tenía más de catorce años, era apenas un polluelo que despegaba, pero ¡Que alas más hermosas! tenía ya por entonces un porte nada despreciable, una forma de caminar, de mirar, de sostener la mirada que habían dejado estático a Oliver Queen.... pero los años lo habían convertido en un joven atractivo, uno que destilaba sensualidad en cada paso.

Parpadeo al escuchar el chasqueo de la lengua de Damian y se permitió una sonrisa de disculpa y burla lo observo removerse en el lecho, levantándose y dejando que el camisón se cayera por uno de sus hombros, su cuello desnudo lo llamo unos segundos.

-Pensaba en ti -comento en voz alta, esperando que las palabras obraran el milagro de calmar los animos ligeramente exaltados del otro, el mismo que no soportaba ser ignorado ni objeto de burlas.

-Estoy a tu lado -soltó unos segundos después el joven, volviendo a su lado, sentándose sobre suyo, contuvo sus ganas de atraerle un poco más, pues aun estaba agotado por el ejercicio pasado, y lo observo simplemente - ¿Acaso tus pensamientos pueden ser más atractivos que yo?

Oliver sonrió torpemente, sin saber que contestar, sabía que al otro no le agradaría saber que estaba pensando en sus amantes pasados.

"no puedo cambiar mi pasado, Oliver" había susurrado una vez, contra sus labios, con la voz dos tonos por lo bajo, peligrosa como una cobra real, cuando le había preguntado por Timothy Drake y sus miradas de odio eterno hacía él "no me preguntes por eso ¿no nos divertimos lo suficiente acaso?"

-No -logro soltar en un gemido bajo, moviendo sus manos hasta las esbeltas piernas del muchacho y acariciándolas con parsimonia, lo observo de vuelta a sus maravillosos ojos, Oliver solía terminar arrodillado por culpa de esos ojos... y sabía que a Damian eso le encantaba -nunca.

Damian se inclino hasta él, besandole los labios con lentitud, no se mostraba culpable nunca, por lo que hacían, sintio que su respiración conjunta le embriagaba.

-Demuéstrame -pidió entonces, en voz baja, siempre baja el último de los wayne -quiero gritar tu nombre.

Drabbles Dc-comicsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora