Fui a clases al día siguiente. Me dolía la cabeza. Me preparé un café bien cargado. Era más café que otra cosa. Necesitaba mantenerme despierto. Pero no sabía para qué. El día estaba tan brillante que pensé que era una lástima andar por el mundo sin un propósito. Era una lástima ser yo.
Me encontré con el profesor Gomez. Me saludó. No dije nada. Sólo quería dar mis clases. Las di. Miré a Ben un par de veces cuando tuve que dar su clase. Se veía feliz. Así estaba bien.
Quizá... sólo me había aferrado a él como lo había hecho muchas veces, cuando me sentía vulnerable.Tuve ganas de salir corriendo. Pero ser adulto significa darte cuenta de lo miserable y cruel que es la vida, y de saber que debes quedarte a vivirla. Saber que sólo tienes lo que hay entre tus manos. Sin futuro. Sólo un pasado que a nadie le importa. Sólo lo que se supone que debes hacer, esté bien o no. Después de todo, el mundo llegaría a su fin algún día. Y todo eso no importaría. Sólo pasaremos a ser una mota de polvo más dentro del basto universo.
Fui a ver el proyecto. Entré al salón y todos aplaudieron. No entendía porqué. Hasta que lo recordé. La presentación del proyecto sería en dos días. Iban a llevárselo para trasladarlo al lugar. Lo había olvidado.
— ¡Estoy nerviosa!— dijo Victoria.
— Saldrá bien— le dijo Connor—, ¿No?Me observó. Asentí un poco confundido.
Todos los miembros del proyecto empezaron a felicitarse. Después me felicitaron a mí.
Honestamente, sentí ganas de lanzar al proyecto al suelo y aplastarlo hasta que no quedara nada.Pero aunque su intención no era la que todos esperaban, no era sólo mío. Para ellos era real.
Lo pensé. Observé sus caras sonrientes. Ser adulto significaba saber que el futuro no era siempre brillante. Y el pasado pesaba más que incluso nosotros mismos. Pero el presente, ese sí era mío.
— Profesor— dijo Victoria—, diga algunas palabras.
— ¿Qué?— dije confundido.
— Vamos— insistió ella—, antes de que se lleven el proyecto.Los demás insistieron. No supe qué decir.
— Bien— dije, traté de enfocarme—. Antes que nada, quiero agradecerles por hacer esto. Fue difícil. Sé que quisieron renunciar muchas veces pero me alegra que no lo hayan hecho.
En realidad... hace unas horas no sabía qué significaba esto. Es extraño porque pensé que sabía bien qué estaba haciendo. Quise ponerle un nombre a esto... aún cuando es de todos. Creo que todos crecimos un poco al estar en este proyecto. Crecer significa madurar. Las personas dicen que cuando maduras y eventualmente te vuelves un adulto, dejas de creer en cosas que pensabas de niño. ¿Saben en qué pensaba yo cuando era un niño? En ir al espacio. Ser un astronauta. Crecí y me di cuenta de que era un sueño tonto. Probablemente muchos de ustedes piensan algo parecido. Pero no tiene que ser así. Sí, siempre va a existir alguien que te dirá que tu sueño es tonto y que debes madurar. Ser un adulto. Pero ser un adulto no significa abandonar todo en lo que creías. Significa ser realista. No seré un astronauta. Pero si nuestro proyecto gana, una parte de mí será lanzada al espacio. La vida no es como la imaginamos. Es mejor. Porque estos meses han significado más que cualquier cosa. No los cambiaría ni siquiera por ser astronauta. Así que espero que estén tan satisfechos de esto tanto como yo. Que le tengan fé. Que aunque no ganen, sientan que ganaron. Porque eso significa ser adulto. Ganar sin que necesariamente haya alguien que te diga que eres un ganador.
— Pero usted creé que somos ganadores, ¿No?— preguntó Victoria—, así que técnicamente lo somos.
— Sí— dije—. Para mí lo son.Aplaudieron y se festejaron entre ellos. Suspiré.
La vida no era perfecta para nadie. Y quizá el mundo desaparecería y sería como si jamás hubiéramos existido... pero eso no significaba que no tuviéramos un propósito. Quizá sí había algo en alguna parte del mundo para cada uno de nosotros. El destino trabajaba de maneras diferentes. Maneras insospechadas. Como dándonos pequeñas pistas que seguíamos sin saber que lo hacíamos. Guiándonos a donde se suponía que debíamos estar.
Parecía demasiado triste pensar que mi propósito en la vida era envejecer y morir. No me consideraba alguien pesimista. Tampoco un genio cuyo destino fuera grandioso. Pero siempre había sentido que había algo más. De niño pensaba que era salir y ser grandioso. Volverme inolvidable. Como un astronauta. Quizá simplemente debía saber que sentirme bien conmigo era suficiente.
Las cosas llegarían a mí lentamente, sin que las planeara.
Sólo debía sentirme bien con lo que era. Sólo debía ser feliz.
En ese momento, no me sentía totalmente feliz.
— Profesor— me dijo Victoria, que se acercó a mí—, ¿Ya habló con mi tutor?
— Aún no— dije.
— Debería hacerlo ya— dijo ella entre risas—, creo que es el momento indicado.
— ¿Por qué lo piensas?
— ¿No tiene la sensación de que todo va a estar completamente bien pronto? Como si estuviera a punto de salir de una tormenta.
— Un poco— dije.
— Entonces no lo piense más. Hágalo.Dicho esto, se giró y corrió hacia Connor. Él la abrazó.
Me quedé pensando en eso mientras el tiempo pasaba. Se llevaron el proyecto. Luego todos se fueron. Me senté en una silla en medio del salón vacío.
Se sentía como estar en medio de una tormenta. Sólo que no sabía cómo salir de ahí.
Pero sabía que pasaría pronto.Debía hablar con Ben.
Salí. Caminé hasta mi auto. Quise ir a buscar a Ben. Estuve a punto de hacerlo muchas veces. Pero había otra cosa que necesitaba hacer.
Dejé mi auto en el estacionamiento del hospital. Entré al edificio. Me dirigí a la recepción. Pregunté por mi madre. Me indicaron en dónde estaba. Subí por el ascensor. Bajé y caminé por el pasillo. Habían muchas personas pero ninguna me importaba. Sólo quería ver a mi madre. Y salir de esa tormenta.
La encontré. Me observó. Se acercó a mí.
— Bebé— dijo—, ¿Qué haces aquí? Te esperé ayer pero... nunca llegaste.
— Estaba con papá— dije.
— ¿Fuiste a verlo?
— Él vino a mí. Dijo muchas cosas. Realmente no me importan porque no hay nada que pueda hacer al respecto. No quiero odiarlo, aunque sé que no puedo. Sólo quiero saber la verdad.
— ¿De qué hablas?— dijo consternada.
— Él sí es mi padre, ¿No?
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Café por la mañana
Storie breviUn profesor saliendo con su alumno. ¿Por qué me pareció una buena idea? Pues no, no pensé que estar con Benny sería tan difícil, sobre todo por todos aquellos líos que comenzaron a aparecer... empezando con que ambos somos hombres.