— ¡Lo voy a matar!— dijo mi mamá enojada.
— No es necesario— dije—. Madie dijo que la inflamación bajará pronto.
— ¿Cómo pudo ser capaz de golpearte?— dijo ella.
— En realidad lo entiendo— dije—. Estaba enojado porque perdió y por unas cosas que le dije... lo que no entiendo es cómo te enteraste tú de esto.Observé a Madie, enojado.
— Jamás me dijiste que era un secreto— se excusó ella.
— Pensé que indirectamente te diste cuenta de que era un secreto— dije.
— ¿Entonces no ibas a decirme?— preguntó mamá.
— No— dije.
— ¿Por qué no?— preguntó furiosa.
— Por eso— dije—. Te alteras con facilidad.
— ¿Cómo no voy a alterarme? ¡Él te golpeó sin ningún derecho!
— Tranquila mamá... no es como si fuera la primera vez...Ella me observó horrorizada. Madie percibió que todo estaba poniéndose incómodo y salió del lugar discretamente.
—Soy...— dijo mi mamá con tristeza—... una madre terrible, ¿No?
— ¿Qué?— pregunté sorprendido.
— Nunca estuve al pendiente de ti como debía...
— Estabas trabajando— dije.
— ¿Pero para qué? ¡Mi familia es un desastre! ¿De qué me sirve tanto tiempo trabajando si no pude protegerte?
— Estoy bien ahora— dije—. No soy un niño. También creo que las cosas estarán bien desde hoy. No creo que mi padre quiera volver a molestarnos.
— Pero sufriste.
— Estoy bien ahora. Además, gané.
— ¡Qué bien!— dijo mientras me abrazaba.Entonces, el doctor Hermes entró de la nada.
— ¿Lou está bien?— preguntó asustado.
Nos observó.
— Lo estoy— dije—. Y se suponía que nadie debía saber esto.
— Jamás me dijiste que lo guardara en secreto— gritó Madie desde afuera.Le explicamos al doctor lo que había pasado.
— Creo que te quedarás con un horrible moretón por unos días— me dijo él.
— Lo sé— dije—. No sé cómo voy a explicar eso.
— No tienes que hacerlo— dijo Madie—. Usa maquillaje para cubrir la piel. Quedará bien. Nadie lo notará.
— Me alivia saber eso— dije—. Aunque no sé nada de maquillaje.
— Te ayudaré— dijo mamá.
— Por cierto, ya que ganaste deberíamos ir a festejar— dijo el doctor.
— Es una gran idea— dijo mi mamá.Iba a negarme pero no pude. Fuimos por pizza. A Madie no parecía gustarle otra cosa.
Mientras comíamos y el doctor Hermes nos contaba las cosas que le habían pasado en el día, me di cuenta de que me sentía muy cómodo. Me agradaba cómo pasaba todo cuando estábamos juntos. Así debía sentirse una verdadera familia.
Después de un rato, mi mamá y el doctor Hermes se pusieron a hablar sobre trabajo y Madie se acercó a mí.
— ¿Se siente bien ganarle a tu padre?— preguntó.
— Se siente bien ganar, pero no por eso. En realidad aunque se suponía que ese era mi objetivo, en algún momento del proceso se perdió. Me importaba más ganar por mis alumnos.
— Entonces ellos deben estar felices— dijo ella—. Sobre todo Ben, ¿No?Me deprimí sólo de escuchar su nombre. Lo olvidé por un momento.
— Deberías hablar con él— dijo ella al ver mi cara angustiada.
— ¿Cómo hago eso?
— Eres un verdadero tonto— dijo ella—. Siempres tienes que pensar en todo. No es lo que debes hacer ahora.
— ¿Por qué pensar me hace tonto?
— Porque no todo en la vida se trata de planear cosas con antelación. Sólo debes ir a donde está él y dejar que las palabras fluyan.
— Me conozco bien— dije—. Probablemente diré algo estúpido.
— Yo te conozco bien y sé que así será— dijo ella—. Pero aunque sea estúpido, será la verdad. Necesitas un poco más de verdades en tu vida que mentiras.Ella tenía razón. Yo trataba de solucionar las cosas pero... ser honesto con Ben no parecía una buena idea. Además, estaba todo lo demás.
— ¿Crees que... Ben quiera volver a ser mi amigo?— pregunté consternado.
— ¿Quieres que sólo sea tu amigo?— dijo ella.
— No— dije.
— ¿Entonces?
— Su vida y la mía serían más fáciles así.
— Si crees poder soportar desearlo y saber que no puedes acercarte, entonces adelante, trata de ser su amigo— dijo ella—. Pero no te quejes conmigo.
— Puedo soportarlo— dije.
— Entonces hazlo. Habla con él, sin ser honesto. Seguro que sabrás solucionar las cosas. Además, ya tienes algo de qué hablar con él. Seguro conversarán por horas sobre el proyecto. Serán amigos de nuevo, pero ambos serán unos idiotas para mí. ¿Te agrada saber que te consideraré un idiota?
— Pensé que ya lo hacías— dije.
— Sí, pero eras un idiota simpático. Si haces eso sólo serás un idiota mentiroso.Madie estuvo enojada conmigo toda la tarde. Aún así me pidió que la llevara en mi auto a mi casa. Estaba molesta, pero no lo suficiente como para dejar de vivir conmigo.
Me quedé dormido esa noche pensando en todo lo que me dijo. Lo dudaba demasiado. Pero de hablar con Ben a no hacerlo... era infinitamente mejor hablar, aunque sea como amigos.
Al día siguiente, todos me recibieron con reconocimiento. El rector estaba feliz, más que de costumbre. Además la noticia de nuestro triunfo había salido en los noticieros y en varios periódicos. Todos hablaban del joven profesor que había guiado a sus alumnos a ganar un difícil concurso.
En un periódico que leí desde mi teléfono, decía que yo debía ser la persona más feliz del mundo, pero no era así. Para nada.Fui a dar clases. Por alguna razón los alumnos me respetaban más después de saber que me había vuelto famoso.
Mi mamá me llamó para decirme que me había visto en la televisión. Decía estar orgullosa. Todos lo estaban, menos yo. Sentía como si no mereciera todo ese reconocimiento.En el intermedio de clases, Victoria se acercó a mí.
— Profesor Callahan, no va a creer lo que escuché por ahí— dijo.
— ¿Qué cosa?— pregunté.
— Hay rumores sobre que el rector se retirará pronto. Y todo indica a que usted podría ser el siguiente rector. ¿No es asombroso?
— Yo no creería en esos rumores— dije.
— Pero tiene sentido. Usted sería un rector genial.
— No lo creo— dije.Entonces, me di cuenta de que estaba rechazando la posibilidad de ser rector. Lo pensé y en verdad no quería ser uno. Ya no. Repentinamente no tenía sentido. Era extraño porque se supone que eso deseaba más que nada...
Quizá no era lo que en verdad deseaba más.
Repentinamente mi vida no parecía tener sentido de nuevo. Como si todo por lo que pensaba que había trabajado simplemente fuera una ilusión que inventé para sentirme menos perdido. Quizá mi vida no tenía un rumbo. En ese momento dudaba de todo lo que había hecho pero estaba seguro sólo de una cosa: necesitaba a Ben. Estar con él era la única decisión honesta y consciente que había hecho en mi vida.
— ¿Está bien?— me preguntó Victoria, seguramente me veía muy angustiado.
— Claro— mentí.
— Oh, ahí viene mi tutor— dijo ella.Me giré. Era Ben, que venía por el pasillo. Lo observé sorprendido. Sus ojos se encontraron con los míos por unos segundos. Bajé la mirada. Pensé que se pasaría de largo, pero no, se detuvo.
— Tengo cosas qué hacer— dijo Victoria—. Pero los veré luego.
Dicho esto, se fue. La observé irse. Luego observé a Ben. No me sentía listo para hablarle. Mi corazón latía mucho, como si quisiera escaparse de mi pecho.
![](https://img.wattpad.com/cover/102102589-288-k587616.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Café por la mañana
ContoUn profesor saliendo con su alumno. ¿Por qué me pareció una buena idea? Pues no, no pensé que estar con Benny sería tan difícil, sobre todo por todos aquellos líos que comenzaron a aparecer... empezando con que ambos somos hombres.