Café por la mañana

Cuarenta y nueve

— Está bien— dije, traté de tocarlo—, no se lo he dicho.
— ¿Qué?— dijo, asombrado—, ¿Crees que me gusta Ben?
— Puedes decirle. Está bien por mí. Pero...
— ¿Qué demonios hizo que pienses que me gusta Ben?— dijo, parecía muy perturbado.
— Es así, ¿No? Por eso trataste de separarnos y... te fuiste con él...
— ¿Por qué me gustaría Ben?— parecía no aceptar lo que acaba de decir—, ¿Por qué yo sentiría algo por Ben?

Lo pensé. ¿Me habré equivocado?

— Pero parecía que tú... parecías saber mucho de él y...
— Lo conozco desde niño. No saber de él es imposible.
— Entonces— dije, me sentía avergonzado—, todo esto... no lo entiendo. Sólo tratabas de ser un buen amigo, ¿No?

Observé sus ojos. Me observó a mí. Tenía una expresión indescifrable.
Entonces empezó a reírse. Era más como una sonrisa irónica de asimilación.

— ¿En verdad creíste que me gustaba Ben?— dijo sin dejar de reírse—, ¿En verdad crees que todo esto es por él?
— Pues... eso creí.

Me sentí tonto. Sabía que no debía armar conjeturas con Madie, que era muy exagerada.

— ¿Crees que llegaría tan lejos por alguien con Ben?— dijo—, en verdad no me conoces.

No dije nada, sólo lo observé.

— Ben es lo peor— dijo—. Viví siempre a su lado y no podía ser más terrible. Es la persona más tonta del mundo.
— Claro que no— dije.
— Es ingenuo, torpe y creé que puede ir por el mundo haciendo su voluntad.
— ¿Lo odias?
— No, para nada— dijo—, es mi amigo. Sólo no es una buena persona. Pero estaba bien. Yo aceptaba e incluso acepto hoy en día que siga siendo así pero...
— ¿Entonces por qué?— pregunté—, ¿Por qué parecía que no querías que él y yo estemos juntos? ¿Por qué parece que haces todo lo que puedes en eso?
— ¡Por que no aceptaré nunca que estén juntos!— me gritó, su rostro parecía el de otra persona.
— ¿Qué?— pregunté incrédulo.
— ¡No hay forma posible en la que yo acepte que alguien tan tonto como Ben esté contigo! ¡Nunca voy a permitirlo!

Sólo me quedé mirándolo con la boca abierta sin creer lo que estaba viendo.

— ¿Por qué él?— me gritó, parecía invadido por una ira inmensa—, ¿Porqué de todas las personas a las que podrías amar lo amas a él? ¡Es un idiota! ¡Tiene el peor sentido común del mundo! ¡Es indeciso y él... no te merece para nada!

Las ideas estaban tratando de conectarse en mi cabeza pero me negaba a creerlas.

— Pero qué se...
— ¿Por qué lo amas?— me interrumpió—, ¿Por qué crees que es mejor que yo? ¡No lo es en lo absoluto!

Me sentía tan abrumado que a penas podía moverme. Él se acercó rápidamente y me tomó de los hombros.

— Lou— dijo muy serio— yo soy lo mejor para ti. Conmigo nunca tendrás que sufrir. Siempre mejoraré para ti. Nadie te amará más de lo que yo lo hago. Haría todo por ti. Ya lo he hecho. No hay nada que no esté dispuesto a hacer por tenerte a mi lado. Sólo... deja que te ame. Serás muy feliz conmigo, lo juro.

Me dolía a cabeza. ¿Qué estaba pasando? ¿En qué momento todo eso se transformó?

— Yo— acerté a decir—... amo a Ben.
— ¿Por qué?— me gritó, cerré los ojos asustado, traté de liberarme pero él me sujetó del brazo—, ¿Por qué no puedes ver que soy lo mejor para ti?
— ¡Suéltame!— dije asustado.
— ¡No, escúchame!
— ¡Déjame ir!

Traté de irme pero no me dejó.

— Lou, no me obligues a hacer algo que no quiero— dijo mientras trataba de dominarme.

Lo observé con miedo. Ya no se parecía al Logan que yo conocía. No podía reconocerlo. Estaba asustado. Él era mucho más fuerte que yo. Mientras más duraba el forcejeo, más desesperado me sentía, tanto que quería llorar.

Sujetó mis brazos y me lanzó al suelo. Se inclinó hacia mí y me sostuvo de las muñecas. Desde abajo lo observé aterrado. Mi respiración estaba muy acelerada y sentí que quería llorar.
No salía ninguna palabra de mi boca, no podía hablar ni gritar. Sólo sentía la desesperación invadiéndome por completo. Mis ojos lagrimaban pero me negaba a llorar. Pensé en salir corriendo. Sólo en eso pensaba.

— Lou— dijo él con dificultad—, deja de resistirte. No voy a lastimarte. Sólo quiero que me escuches.

Negué con la cabeza muchas veces mientras cerraba los ojos, como si al abrirlos pudiera despertar de la pesadilla. Empecé a sollozar. Seguía moviendo la cabeza. Él estaba diciendo unas cosas pero yo ya no lo escuchaba. En mi cabeza todo era miedo. Estaba muy desesperado. Agitaba mis pies pero era inútil. Él estaba sobre mí y no había nada que yo pudiera hacer.

Tenía miedo. Mucho. Entonces, repentinamente, sentí que me soltaba. Abrí los ojos. Él ya no estaba ahí. Escuché la voz de Ben. Él, que apareció de la nada, me miraba.

— ¿Estás bien?— preguntó, parecía agitado.

Verlo ahí hizo que casi me pusiera a llorar. Me ayudó a levantarme. Me quedé sentado en el suelo. Busqué a Logan. Estaba en el otro extremo, inclinado en el suelo. Se levantó. Le bajaba un hilito de sangre por la comisura de su labio.

¿Ben lo había golpeado?

— ¿Qué crees que estabas haciendo?— preguntó Ben enojado, sin dejar de mirarlo. Jamás lo había escuchado de ese modo.
— ¿Qué haces aquí?— preguntó Logan mientras se llevaba la mano a la boca.
— Lo sé— dijo Ben—. Lou te gusta.

¿Qué? ¿Qué acababa de decir?

— No eres tan idiota, finalmente— dijo Logan, nos observó.
— No fuiste tan bueno tratando de ocultarlo— le dijo Ben.

Lo observé. Ben estaba de pie, junto a mí. Yo seguía en el suelo, sentado, sosteniéndome fuertemente con mis brazos, que no dejaban de temblar.
No entendía nada de lo que pasaba.

— Tú comenzaste el rumor de que Lou salía con Victoria, ¿No?— preguntó Ben.

Miré a Logan sorprendido. Me negaba a creer eso.

— No exactamente— dijo él.
— ¡No mientas!— le dijo Ben.
— No lo hago— dijo—. En realidad no inventé ese rumor. Sí lo inicié, pero no era así.
— ¡Eres un desgraciado!— le dijo Ben.
— Si el rumor hubiera salido como yo quería sí lo sería— dijo Logan—, pero lamentablemente no fue así. Yo sugerí que Lou salía con un alumno, pero todos se inclinaron a pensar que era Victoria. Debí ser más específico.
— ¿Querías que nos descubrieran?— pregunté horrorizado—, ¿Por qué? Ben y yo ya no teníamos nada... no serviría para nada... sólo... nos hubiera ido mal.
— Quería que les fuera mal— dijo—. Agradezcan que sólo fue eso. Cuando vi que aún después de todo volvieron a hablarse, sentí que podía ir hacia ustedes y matarlos. En cambio, sólo inventé un pequeño rumor que obviamente no era cierto.
— No has cambiado en nada— le dijo Ben—. Pensé que sí. Pero no.

¿Cambiado?, pensé. ¿Logan no era como yo lo conocía? ¿Entonces quién era?