Espejos

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Freddie y yo habíamos llegado a Budapest gracias a mi inesperada huida. Él me siguió y aquí estamos, ocultos detrás de un biombo. Escuchando los susurros de Brian, Roger y John aunque no son muy entendibles.

- Freddie. -dije en voz baja. -Lamento hacerte recordar esto.

- No. Descuida. -me miró con dulzura y limpió las lágrimas de mi mejilla. -Ven, sígueme.

Me tomó del brazo y atravesamos una puerta secreta detrás del biombo. Seguimos caminando por un largo pasillo hasta llegar a otro camerino.

Freddie entró primero. Encendió la luz y reconocí que era su propio camerino. Había ropa de él tal y como apareció en aquel concierto.

Era un lugar muy bonito. Había un gran espejo y luces alrededor.

Freddie se sentó enfrente y admiró su imagen reflejada. Lo hacía como si en años no lo hubiera hecho. Creo que los espejos en el más allá son difíciles si no es que imposibles de tener.

- Freddie, no es necesario todo esto. -empecé. -No quiero hacerte pasar un mal momento. No tenemos mucho tiempo y odiaría tener este recuerdo de tí.

Me miró a través del espejo. Su mirada estaba perdida. Me acerqué a él pero la oscuridad me invadió como una ola.

Bienvenida realidad otra vez.

Living On My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora