Rain must fall

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Las horas parecían minutos junto a Brian y Roger, aunque Phoebe también era de ayuda en mis momentos de nerviosismo.

Tanto a él como a mí nos pareció conveniente seguir saludando personas. Phoebe me presentó ante ciertos invitados que en verdad no tenía ni idea de quiénes eran. Hasta donde sabía era parte del equipo técnico o habían colaborado con Queen en sus giras y por ende tenían noción de quién era Mary Austin.

Me daba la extraña impresión de que casi nadie conocía a Mary como lo hice yo. Los únicos que reconocía eran los miembros del grupo, quienes se disculparon a nombre de Adam Lambert por no asistir.

Ambos seguimos en nuestro recorrido, caminando entre gente extraña (para mí) hasta que salude a los hijos de Mary, Richard y Jamie. Ambos eran adultos y estaban devastados por la noticia. Era una lástima que no compartieran con ella sus últimos días de vida.

Me sentía fatal por ellos. Después de todo era su madre. Había compartido con ella sus últimos instantes, risas y lágrimas. Había visto mucho de ella y mucho de mí. Sentía que era necesario decirles que no murió desdichada, al contrario, se había ido en paz.

- De verdad lamento mucho su pérdida. Su madre no quiso preocuparlos. Los quería bastante. Tanto que le dolía verlos así por ella. -proseguí. -Ahora está mejor.

- Lo sabemos. -respondió Richard. Sus cabellos rubios me recordaban tanto la melena joven de Mary. Incluso su mirada era idéntica a ella. -Solo que nos duele el no verla jamás.

- Ella siempre estará con ustedes. Mientras no la olviden, ella nunca morirá.

Al final, les ofrecí un cálido abrazo a cada uno de ellos. Hablamos un poco y después me reuní con más personas.

Todo era tan extraño. Esa noche estaba experimentando una amplia gama de emociones. Pasé del miedo a la nostalgia. De la sorpresa a la extrañeza. Y del anonimato al reconocimiento. Era claro que cada que Phoebe y yo saludábamos personas éstas me conocían. Quizás así no les resultaría raro que una desconocida poseyera gran parte de la fortuna de Mary y Freddie. Quizás esto también era parte del plan que Freddie tramaba en mente. Sin duda todo lo había planeado.

                                                    - ∆ -

Mientras seguía sumergida en mis pensamientos me percate que una sombra nueva atravesaba la entrada del lugar. Phoebe y yo habíamos dejado de caminar hacía unos minutos. Yo estaba sentada a unos metros cerca del féretro, por lo que podía observar quién entraba y salía ahora que conocía a todo mundo.

Aquella sombra vestía de forma casual: una camisa formal azul claro, pantalón negro, saco negro y una especie de boina negra, parecida a la que usan los jugadores de golf. Era un hombre mayor por lo que obsevaba. Su actitud no era como la del resto. Generalmente si llegas a un velorio lo primero que haces es acercarte a los familiares, excepto que él caminaba sin ver a nadie en especial. Pensaba en dos cosas: o los conocía o no deseaba ser visto.

Phoebe siguió mi mirada y entendió quién tenía mi atención. Antes de que pudiera ponerme de pie para acercarme a ver de cerca al hombre él se puso frente a mí y me tomó del brazo. Caminamos detrás del hombre misterioso, quien seguía avanzando en busca de algo... o de alguien.

Al final, regresé hacia mis ídolos, Brian y Roger. Reconocieron de inmediato al sujeto. Lo saludaron y sonrieron al vernos caminar en su dirección.

- Gracias por aceptar venir. -Phoebe habló.

El hombre se giró y vi su rostro.

- John, te presentó a Katherine. La chica que cuidó a Mary y que es gran fanática del grupo. -señaló Roger en un gesto amable.

Mis piernas temblaron como gelatina. Extendí mi brazo como saludo. John no parecía muy seguro de hacerlo. Al cabo de unos segundos correspondió mi saludo.

- Hola. -fue toda su respuesta.

Vaya, no era lo que esperaba, pero por lo menos estaba presente y eso era lo importante.

- En verdad les agradezco a los tres por asistir en este momento. Saben lo valiosa que fue Mary para Freddie y a nombre de él les agradezco su asistencia. -añadió Phoebe en un tono gentil.

La charla con el trió no duró mucho. Ellos conversaban entre sí, por lo que Phoebe yo decidimos darles espacio. Verlos juntos otra vez me llenaba de aliento y esperanza. Era como recordar viejos tiempos.

Parecía que tanto Brian como Roger, y maravillosamente John, lograban reducir un poco mi tristeza por la partida de Mary.

Parecía que todo estaba mejorando en mi vida...

Y parecía que el clima fuera de esas cuatro paredes se tornaría frío y húmedo. A través de las ventanas podía observar como las hojas secas de los árboles se movían en un aire arrasador.

Una tormenta caería esa noche... y sería tan larga como ninguna otra.

Living On My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora