Little high, little low

123 18 4
                                    

Sí, era espeluznante aquello. De hecho, parecía sacado de una película de terror. Un féretro abierto en medio de una tormenta, que a decir verdad parecía más bien un huracán, no era lo que uno podría decir "agradable" o "deseable".

Sin embargo, la curiosidad por mirar dentro del féretro abierto era aún más descabellado. No por nada la curiosidad mató al gato.

- Phoebe. -susurré. -Dime que tú...

- No, yo no fui. -respondió en murmullos.

- ¿Y ahora qué hacemos? -le pregunté.

- Ve a mirar. -respondió colocando la vela en mi mano.

Incrédula proteste.

- ¡¿Yo por qué?!

- Porque yo...

- ¿Tú qué?

- Iré a revisar la instalación eléctrica. -dijo al fin Phoebe corriendo hacia donde creí debía estar la instalación eléctrica.

- ¡Phoebe! -grité desesperadamente.

Vaya. Qué caballeroso resultó mi amigo. A lo lejos, escuché varios pares de pasos que se acercaban hacia donde yo me encontraba... o mejor dicho se acercaban hacia la luz de mi luminosa vela.

- ¿Qué ocurrió? -dijo Brian sin aliento. -Escuchamos que gritaste.

Con la punta de mi dedo señalé el féretro abierto.

- ¡Dios mío! -exclamó Roger. -¿Quién dejó el féretro abierto?

- Creo que esa no es la verdadera pregunta Roger. -dije al cabo de unos segundos titubeando de mi próxima respuesta. -Más bien por qué está abierto.

Y como si nada, regresó la luz.

- ¡Listo! -gritó Phoebe al dirigirse a nosotros. -Lo he arreglado.

- Bien. La oscuridad me aterra. -respondió una voz masculina. -De hecho, me aburre en realidad.

Todos giramos nuestras cabezas hacia el origen de aquella voz. Venía del ataúd.

Una figura humanoide salió del féretro. Vestía de capa y traje oscuro. Un traje similar al de... al de un mago. Pero no uno convencional.

- ¡¿Quién demonios eres?! -gritó Roger.

La figura no respondió. Su rostro estaba cubierto por una máscara veneciana.

- ¡Quién eres! -insistió Roger en tono grave.

La figura caminó hacia nosotros. Se detuvo a pocos pasos y por fin habló:

- Una especie de magia.

Quedé petrificada ante su respuesta. No podía ver su rostro, pero si reconocía ese tono de voz.

- Hola chicos. -se acercó más retirando su máscara. -Brian, Rog, Deaky. -quedó a unos centímetros de distancia. -¿Cómo es la vida teniendo más de 70 años?

Nadie decía nada. Sí, sin duda sería una larga noche.

Living On My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora