Caminé unos pasos más hasta tocar la puerta. Esperaba con ansias que fuera Phoebe quien abriera. Si veía a Mary, ¿qué le diría?: "Hola Mary, ¿qué tal? Vi a Jim cerca del lago Leman y manda saludos". ¿Qué clase de respuesta era esa?
Esperé unos segundos más mientras el agua seguía goteando de mi ropa. Hacía frío afuera. Por fin oí ruidos cerca.
La puerta se abrió y ¡oh sorpresa! era Peter quien me recibió.
- ¡¿Katherine, qué te ocurrió?! -sonaba como una madre angustiada. -¡Entra, rápido!
Me hizo pasar un poco avergonzada por su reacción. No quería preocuparlo.
Acto seguido salió como bala hacia el baño donde preparó la tina caliente para evitar un resfriado. Mientras lo hacía dejaba mi boina y lentes en la mesa de noche. Luego me quité los tenis que en teoría eran los mejores que tenía. Minutos después una sombra se acercó, no muy feliz, claro.
- Ve a darte una ducha y después hablamos. -respondió Peter algo alterado.
- Phoebe estoy bien. -expliqué con una pequeña sonrisa falsa. -No creerás lo que pasó.
- Lo creeré cuando entres al agua.
- Está bien. -le di un beso en la mejilla antes de ir a mi encuentro con la ducha.
Media hora después (o tal vez menos) salí con mi piyama amarilla (hermosa por cierto, de dos piezas) hasta la pequeña sala donde estaba Peter sentado en el sofá. Se veía pensativo y más tranquilo que antes. Me senté junto a él.
- Phoebe. -inicie. -Sé que quieres una explicación de lo que ocurrió y te la daré. -tome un respiro.- Salí de casa y caminé un tiempo. Llegué a la estatua de... él y salté del muelle.
- ¡¿Qué hiciste qué?! -gritó en voz baja. Sabía la razón de su tono. No quería despertar a Mary. -¿Cómo se te ocurre?, ¿sabes lo peligroso que es sumergirse en medio de la noche?, ¡pudiste haber muerto!
- Casi lo estuve. -declaré. -No podía respirar.
Lo miré directamente sabiendo que mi historia no estaba completa del todo.
- Aguarda. -expresó Phoebe. -Si estabas bajo el agua, ¿cómo saliste? No pudiste haber llegado a la orilla. De lo contrario, te habrías cortado con las rocas.
Me observó como si estuviera viendo un fantasma.
- Katherine, dime que no es un espíritu tuyo lo que estoy viendo. -cerró los ojos. -Suficiente tengo con haber visto a Freddie en carne y... lo que sea de lo que esté hecho. -incluso se levantó del sofá.
- ¿Qué? -eso si era absurdo. -No. Sigo con vida. Me salvaron de morir ahogada. -le sujeté una mano e hice que volviera a tomar asiento.
- ¿Quién te salvó? -abrió los ojos. -¿Un residente?, ¿un turista?
Pensé antes de responder.
- Un muerto. -confesé encongiendome de hombros.
- ¿Más muertos? -suspiró sorprendido. -¿Eres cazafantasmas o qué? De verdad, debo hacer algo para acercarte al mundo de los vivos. -se llevó las manos al rostro.
- Peter. -toque su hombro. -Jim me salvó.
- ¿Jim? -se giró hacia mí. -Espera, ¿Jim Hutton?
- Si, él. -contesté. -Vio que estaba en problemas y salió en mi ayuda.
- ¿Cómo llegó...? -hizo una pausa. -Olvídalo, ya sé la respuesta. Seguramente Freddie lo envío como a Delilah y...
- No. -lo interrumpí. -Fue porque Jim lo decidió. -mire al suelo y dejé caer mi mano de su hombro. -Freddie no hizo nada. -respondí limpiando una lágrima.
- Pero si ustedes...
- Lo sé. Pero ya no. Me olvidó. Él... no me necesita.
- Lamento oírlo. -limpió otra lágrima de mi mejilla.
- Descuida. Él puede verlos y puede estar aquí con ustedes. No me requiere para hacerlo. -sonreí fingiendo que no me dolía.
- Katherine, créeme que aunque Freddie ya no te necesite nosotros si que lo hacemos. -me levantó del sofá ofreciéndome un tierno abrazo.
No sé que me dolía más: si saber que Freddie había muerto o que aunque me conocía deseó alejarse de mí.
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Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...