Mi plan de venir a un país extranjero fue un éxito... o una idea absurda de mí parte.
¡¿Dónde rayos se encontraba Freddie Mercury?! Él sabría qué hacer. ¿Por qué me había olvidado?
Como sea, tenía que seguir a mi manera. Con ayuda divina o no debía establecer un nuevo plan para Mary. No quería ver a sus hijos y en cambio estaba con nosotros dos, pasando sus últimas semanas de vida.
Salí fuera del lugar para caminar por la orilla del lago Leman. Pronto caería la noche pero la verdad eso no me importaba. Quería respirar un poco para agilizar mis pensamientos.
Caminé con lo que llevaba puesto desde que despegamos de Londres. Unos tenis descoloridos grises, un pantalón de mezclilla azul oscuro, una camisa de manga larga con cuadros color roja, mi cabello envuelto en una especie de boina tinta y unos lentes oscuros que encontré en casa de mis padres. Algo lindo, ¿cierto?
Mi atuendo, ahora que lo pienso, resultaba absurdo y sin sentido. No combinaba para nada. Solo me vestí sin saber qué desastre sería después.
Caminé y caminé hasta ver una silueta a lo lejos. Acerqué mi minúsculo cuerpo hasta ese sitio. Una pose peculiar y un puño directo al cielo. Sonreí en medio de la noche. Una estatua fue mi compañía esa noche, la estatua del gran showman Freddie Mercury.
Me senté a los pies de la misma. Me llevé las manos a la cabeza y como si hubiera oprimido un botón las lágrimas brotaron hasta llegar a mi abdomen.
En otras circunstancias hubiera bailado de alegría o iniciado una danza espiritual por llegar siquiera a conocer esta estatua. Ahora solo podía ofrecer mi llanto por varios motivos. En primer lugar llegué a conocer a Freddie frente a frente, en segundo había fallado en mi promesa de cuidar a Mary y en tercer sitio estaba la situación que se había esfumado de mis sueños desde aquella cena en Garden Lodge.
Sí, estaba destrozada. No necesitaba alcohol para ahogar mis penas aunque podría ahogarlas de otra forma.
Me reincorpore lentamente y quité de mi cabeza la boina ridícula junto con los lentes oscuros. Caminé al pequeño muelle de madera frente a mí y salté al vacío, al frío y tétrico vacío.
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Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...