Conocer a Brian May y a Roger Taylor en persona sin duda alguna entraría a mi lista imaginaria como uno de los mejores momentos de mi existencia. Sin embargo, me hubiese encantado que las circunstancias de nuestro encuentro fueran otras.
Al cabo de unos minutos de plática ambos presentaron a sus familias, quienes lamentaban lo sucedido con Mary. Todos, evidentemente, vestían de negro. Algunos usaban gafas oscuras mientras que otros optaban por no destacar y vestir de forma sencilla. Era un gesto noble haber asistido para ofrecer un último adiós. Después de todo, fue Brian el primero en conocer a Mary, antes que Freddie quedara encantado de la belleza y timidez de aquella mujer. Y Roger también la conoció por aquel entonces. En esa época donde Queen estaba conformado por simples jóvenes con grandes sueños de triunfo unidos por la música.
Quizás esto era lo que Freddie quería mostrarme. Por eso el vestido elegante, la boina y las instrucciones de Peter. Era muy interesante vivir aquello. Como todo en la vida, se gana y se pierde. Esa noche habían ocurrido ambas.
El hecho de verlos a ambos me hacía recordar aquellos momentos donde era solo una niña que anhelaba tenerlos como amigos. Quería ser capaz de aprender del cosmos acompañada del gran maestro Brian May. O conocer algunos trucos con las baquetas por Roger Taylor. E inclusive saber alguna anécdota de las alocadas fiestas de cada gira al estilo Queen. ¿Era una locura? sí. Pero era esa fantasía lo que me dejaba dormir en las largas noches donde mis padres se insultaban y estropeaban todo a su paso. Cada persona en el mundo ha atravesado situaciones difíciles, pero no todas han salido vivos de ellas.
Mientras recordaba mis sueños recordé que no era una felicidad completa. Faltaba alguien. Y no precisamente Freddie Mercury. El arma secreta de Queen no estaba presente. Aquel hombre cuya sonrisa y silencio decían más de lo que se podría esperar. Aquel hombre que escribió éxitos para Queen y cuyas tostadas con queso parecían ser la sensación de los 70s y 80s.
Sí, damas y caballeros. Faltaba John Deacon para que mi sueño de conocer al cuarteto de la Reina estuviera completo.
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Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...