Freddie me sujetaba como si quisiera que no escapara. Caminaba a su lado por la orilla del lago Leman sin saber qué esperar a cambio.
- ¿Vas a decirme qué está pasando?, ¿o sólo caminaremos como locos? -pregunté desesperada.
- ¿Sigues enojada conmigo?
- ¡Oh, claro que no! -expliqué sarcástica. -¡Estoy feliz!
- ¡Bien! -exclamó. -Ha pasado tiempo desde la cena navideña. Casi diría que una vida entera.
Sentía que llevaba esposas por la fuerza con la que me presionaba del brazo. A este paso perdería mis extremidades antes que mi nombre. Seguíamos andando sin parar.
- ¿Podrías soltarme? -exigí. -No quiero tener que morderte para alejarte.
- Hazlo. Tengo un sabor apetitoso. -continuó caminando a prisa.
- ¡Maldición!, ¡sueltame ya! -grité agitada.
Pero no lo hizo. Me dejé caer en el suelo como cuando cae una piedra. Esperaba detenerlo de alguna forma.
- ¿De verdad? -exclamó irritado. -¿Hice el viaje desde el más allá para esto?
Cerré los ojos sin responder nada. Para mi mala fortuna Freddie me levantó en brazos y continuó con la marcha. Nada iba a detenerlo.
- ¡Farrokh bájame en este instante! -lo miré enojada.
- Error. -sonrió.
Al cabo de unos segundos más se detuvo. Me bajó con calma observando el horizonte. Estábamos frente a su estatua, con el epitafio de "Amante de la vida. Cantante de canciones".
Freddie me soltó por fin. La verdad desconocía la razón por la cual me había traído aquí.
- Hubo un momento en el que creí haberlo conocido. -mencioné sin dirigirle la mirada, señalando la figura humana estática. -En el que pensé que podría confiar en él y que jamás me abandonaría. -las lágrimas brotaron como gotas de agua. -Pero me equivoqué. -me senté sin más.
- No serías la primera persona a la que le miente. -tomó asiento en el suelo, a mi lado. -Le dijo mentiras a todo el mundo. Incluso hizo que la gente mintiera por él.
- ¿Entonces dime a quién admiro? -lo miré. -¿A un hombre?, ¿un fantasma?, ¿a un personaje creado por ti?
Me correspondió la mirada pero no respondió nada. Sus ojos empezaban a verse indefensos, al grado de llorar.
- Me he hecho esa pregunta todo el tiempo. -respondió. -Soy el showman. La estrella de rock más grande de la historia. El hijo proveniente de una familia parsi. El vocalista de Queen. -hizo una pausa. -Al final siempre he mentido. Fingí ser "normal".
- ¿Y qué rayos es normal para ti?
- Adopté un nombre nuevo para encajar en la industria musical. Estuve con Mary porque la quería y terminé decepcionandola. Para aparentar en la prensa salía con ella cuando en realidad mi pareja era Jim. -cerró los ojos. -Mentí sobre mi salud para no causar problemas y parece que lo logré muy bien. -rió con amargura. -Sí, soy un gran farsante. Inventé un monstruo de nombre Freddie Mercury. Nada ha sido normal para mí.
Observó de nuevo la estatua. Con lágrimas derramadas en sus mejillas.
- No sé qué viste de bueno en mí. Lo único que veo yo es dolor y cicatrices. -abrió los ojos.
No esperaba esa respuesta de su parte. Yo también lloraba pero no por las mismas razones que él. Aparte un poco mi enojo para escucharlo.
- ¿Y en qué pensabas cuando decidiste cuidar de mí?
- En que podría cubrir tus heridas. Tal como yo sane las mías. -hizo un gesto teatral. -¡Con estilo!
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MaximoffRen
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Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...
