Me dirigí a mi vieja casa atravesando distintas calles. Aquellas donde usualmente había poca gente. Caminaba usando mi oscura ropa informal bajo la luz de la tarde. Mis antiguos tenis y anteojos negros completaban mi desaliñado atuendo.
Me introduje sigilosamente a mi hogar con la maleta en mano. Estaba lista para dirigirme a mi habitación y recobrar energías. Sin embargo, los murmullos en la sala captaron mi atención. Me acerqué un poco, sin hacer el más mínimo ruido.
- Dividiremos los bienes en partes iguales. -decía Alice o mejor dicho mi madre.
- De acuerdo. Empezaremos con los trámites tan pronto como sea posible. -contestaba John, el hombre al que conocía como padre.
- Solo restará decirle a Katherine. -replicaba de nuevo ella. -Es lo mejor para todos.
Al escuchar mi nombre no pude evitar sentir preocupación. En respuesta, salí de mi escondite y me encaminé hacia la sala junto a ellos.
- ¿Sí? -dije tomando asiento. -¿Qué necesitan decirme?
- ¿Hace cuánto estás espiandonos? -hizo una mueca de desagrado mi madre.
Usaba un vestido corto color uva que enmarcaba su silueta femenina. Irradiaba belleza. Era joven cuando nací, y ahora parecía que el tiempo no pasaba por sus facciones. Se veía un poco diferente desde mi partida. No era la misma mujer, eso era claro.
- No mucho. Los escucho. -mi voz sonaba afligida. Había llorado tanto que ahora enfrentaba las amargas consecuencias. Mantuve mis lentes en su posición para disimular un poco.
- Katherine hace tiempo tu madre y yo no nos llevamos bien. -explicaba mi padre desde el sofá contrario. Sonaba tranquilo, algo inusual.
- "Llevarse bien" creo que es quedarse corto. -respondí sin importarme su reacción. Carraspeaba para evitar fragilidad en la voz.
- Bueno, entiendes el punto. -resopló él. -Tu madre y yo hemos tomado la decisión de separarnos. Pensábamos decirte cuando llegaras y ha llegado el momento.
- ¿Cuándo lo decidieron? -pregunté curiosa.
Habíamos pasado varios años en terribles o distantes situaciones. Por ello, escuchar la palabra "separación" sonaba tan fuera de lugar que parecía un chiste. Nunca fue parte del vocabulario familiar.
- Cuando hicimos el viaje a ver a mi familia y cuando te fuiste a tu dichoso viaje con la familia esa. -contestó mi madre con un tono agrio. -No podemos vivir juntos porque en realidad no somos una familia. -negó con la cabeza. -Nunca estamos en casa. Tú estas en clases o trabajando. Yo estoy con mis asuntos y tú padre igual. -lo señalaba como si se tratará de algo sin importancia.
- Decidimos tomar este camino para hacer lo que creemos correcto. -concluyó mi padre.
Hablando de él, estaba en condiciones similares que mi madre. También era joven. Sin embargo, en contraste con ella, usaba anteojos desde antes de mi propia existencia. Su aura era tranquila, no como en mi infancia, donde llegaba e insultaba todo a su alrededor.
Reflexioné por un momento la idea del divorcio. La verdad no tenía problema con ello. Inclusive, mi madre tenía razón. No éramos una familia. Lo único que en realidad me preocupaba era lo que pasaría conmigo. ¿Tendría que mudarme? No podía vivir con la incertidumbre.
- No voy a oponerme a su decisión. Solo quiero saber qué sucederá en mi futuro. -manifesté sin más.
- Katherine eso depende de ti. -replicó mi madre. -Puedes venir conmigo o quedarte con él. Yo regresaré a Escocia.
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Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...