Dirigí mi mirada al techo de la habitación, lugar donde compartía la cama con mi querido esposo. Ambos habíamos perdido la ropa en el proceso de "experimentación", como él solía decir, por lo que el calor humano era placentero en realidad. Sin embargo, no lograba estar tranquilo. Decidí entonces fumar un cigarrillo mientras analizaba el plan que tenía en mente.
Desvíe mis ojos del techo y preferí mirar la nuca de mi acompañante. Jim descansaba boca abajo sujetando una almohada blanca contra su mejilla. Estaba en un completo estado de calma, interpretando la imagen más tierna y vulnerable que podría existir.
Fumé un poco más. Aquel momento me hizo recordar el primer día que Jim apareció en mi mundo, en este infierno celestial. Cuando lo hizo llevaba consigo una pequeña caja, la cual tenía en su interior una versión de mi anillo de compromiso. El mismo que él me había dado en vida ahora me lo entregaba de nueva cuenta en la muerte.
Cuando mi cuerpo fue cremado en el mundo de los vivos ese anillo desapareció con él. Y cuando llegué a los sueños de Katherine no poseía más que mi retorcida dentadura. Era especial ese anillo para mí, claro. Nunca creí que tal cosa aparecería de nuevo. ¿Por qué no lo imaginé para hacerlo realidad? Podía regresar el tiempo y verme de 20 años o adelantarlo y reencontrar mi viejo cuerpo de 35. Estúpidamente no me pasó por la cabeza esa idea. Como sea, fue maravilloso recibirlo de sus manos una vez más. Aunque me sentí como un imbécil por no haberlo hecho antes. Aunque claro, era un imbécil enamorado y feliz.
Apagué mi cigarrillo en el cenicero colocado sobre la mesita de madera hecha por Jim, junto con otras colillas más, la cual estaba situada a un lado de mí. Después, me apoyé en un codo y empecé a acariciar su espalda dibujando pequeñas líneas imaginarias, esto con el propósito de sentir su piel desnuda y recordar aquellos tiempos a su lado en el Londres real.
Un par de ojos acusadores me miraron en respuesta. No era ese mi objetivo pero era lindo verlo despertar.
- Lo siento. No quería... -susurré tímido. -Perdón. -alejé mi mano de su espalda.
- Nunca es tu intención hacerlo y vaya que lo haces bien. -refunfuñó bajo la almohada.
- ¡Qué exagerado eres! -rodé los ojos.
Me levanté de la cama y tomé un kimono para salir al jardín. No me gustaba que Delilah me viera desnudo por la casa, mucho menos que presenciara mis fantasías sexuales en compañía de Jim. Podía aceptar ir al infierno por mis macabras hazañas, pero no deseaba corromper a otros. Eso no.
Llegué a una silla y mesa de madera para beber más té. La dichosa idea seguía inundando mi mente. Era peligroso llevarla a cabo. Tal vez debería evitarla. Pero vamos, siempre he vivido de los riesgos. Sólo que ahora era algo diferente.. ¿valdría la pena?
En ese momento, una silueta inundó mi vista. Se sentó a mi lado sin decir nada. Él sabía que "aquello" seguía rondando en mi cabeza. Al cabo de unos minutos incómodos intervino:
- Freddie, es una estupidez. -soltó sin más.
- Y vaya que lo es. -reí por lo bajo.
Nublé mi vista con mis párpados y medite unos minutos. ¿Qué podía perder? Además, de cualquier manera me arrepentiría. Si lo hago y resulta un desastre lo lamentaré. Pero si no lo hago me sentiré desdichado. ¡Al demonio!
- Jim Hutton. Quieras o no lo haré. Puedes venir conmigo o quedarte sentado en esa silla lo que resté de la noche como una bruja irlandesa amargada. -tomé un respiro. Se sentía bien ser honesto.
Pasaron otros minutos de silencio hasta que la voz de Jim se hizo presente.
- Insisto, me arrepentiré siempre de esto. -resopló. -¿Cómo quieres manejar la situación Melina?
- ¿Qué?, ¿Melina? -abrí los ojos confundido. -Hacía tiempo no me llamabas así. De hecho, casi nunca me has llamado así.
- Lo hago porque te comportas como una señora caprichosa queriendo conseguir la joya más cara del mundo sin importarle si está en venta o no.
- Para empezar querido, no soy una señora. -hice una mueca de desagrado. -Y en segundo, tu historia no representa mi caso.
- ¿No?, ¿por qué no? -se cruzó de brazos Jim.
- Porque yo no esperaría una respuesta, crearía la mía. Nada de "si está en venta o no". -levantó una ceja en respuesta. -Robaría esa joya de ser necesario.
- ¡Freddie! -gritó disgustado. -Basta, sólo dime qué quieres que haga y ya.
- Esa respuesta me gusta aún más. -sonreí pícaro.
- ¡Siempre te sales con la tuya!
- ¡Tienes toda la razón! -concluí satisfecho. Siempre era así.
------------------------------------------------------
Hola. Antes que nada quiero agradecer su estadía aquí. La verdad tenía mucho tiempo sin actualizar, aunque he trabajado en ello.No sé cuándo pero les prometo publicar el "dichoso plan" que Freddie trama 😅. Pero les garantizo que será en este año.
ESTÁS LEYENDO
Living On My Dreams
Random- ¿Dónde estamos?- pregunté con curiosidad. - ¿No es maravilloso este lugar?- respondió emocionado. - Si, lo es. ¿Por qué me trajiste aquí?- dije mirándolo fijamente. No hubo respuesta. Él seguía mirando aquel hermoso paisaje. Era interesante estar...